El proceso de aprendizaje es fascinante, tiene varias dimensiones y sucede en diferentes ámbitos. Una de las formas en que aprendemos sucede en el contexto social y se produce por imitación. O sea, se puede simplificar en que somos copiones. Este tipo de aprendizaje es más común de lo que normalmente reconocemos. El aprendizaje por copia tiene muchas ventajas, ya que podemos aprender más cosas en menos tiempo y el proceso de prueba y error es más rápido. Pero no solo eso, cuando, además, vemos que las consecuencias de esos comportamientos tienen resultados que nos gustan, imitamos con más entusiasmo y de forma más consciente.
¿A quiénes imitamos? No a todos, copiamos más a los que respetamos y a los que consideramos referentes. A los que llamamos líderes. Es por esto, que ellos son tan importantes y muchos nos dedicamos a estudiarlos, por su impacto que finalmente tienen en la sociedad. Como nuestra vida tiene varias dimensiones, vamos a copiar a diferentes personas en cada una de ellas.
Por ejemplo, en el hogar, los principales ejemplos son los padres. En general, vemos a niños comportarse igual que sus padres, como adultos en miniatura. Esto se da incluso en los casos donde no hay relación sanguínea, ya que parte del comportamiento se da por imitación y no por genética. El proceso de aprendizaje en las familias es muy potente. Algunos ejemplos de los valores que los padres traspasan a sus hijos, es el concepto de responsabilidad, del trabajo, el honor, la honradez, la lealtad, entre muchos otros.
En la empresa, dado el estatus y el poder, los jefes cumplen un rol fundamental en el aprendizaje de sus colaboradores. ¿Cómo me tengo que comportar para subir en la organización?, ¿cuáles son los comportamientos aceptados y cuáles son las normas sociales de la empresa?, ¿las reuniones son puntuales o no?, ¿qué tipo de lenguaje utilizamos?, ¿cómo tratan los jefes a las personas de la organización? La persona más influyente en el proceso de aprendizaje de un colaborador es su jefe directo. Por supuesto que no es el único, pero es muy importante e influyente.
Finalmente, este proceso también sucede en la sociedad. ¿Respetamos las luces rojas? ¿tiramos basura por la ventana?, ¿cumplimos las leyes?, ¿pagamos nuestros impuestos? ¿respetamos a la autoridad?, ¿quién se toma el post natal parental en la familia? Esta dimensión es fácil de distinguir, ya que solamente tenemos que hacer el ejercicio de pensar cómo nos comportaríamos si tenemos la oportunidad de visitar un país como Alemania, Estados Unidos o Japón, por nombrar algunos.
Estamos en una época muy interesante, donde socialmente están ocurriendo muchos cambios. Las personas tienen que aprender y adaptarse rápido. Por ejemplo, hasta ahora no teníamos que ser ni inclusivos, ni tolerantes, por nombrar solo dos atributos bastante valorados hoy en día por nuestra sociedad. Pero ¿dónde aprendemos a ser tolerantes y a ser inclusivos? ¿cómo lo podemos hacer con la rapidez necesaria? Es ahí donde el copión que llevamos dentro tiene que florecer. Hay muchos buenos ejemplos, que nos van a ayudar a aprender más rápido. Líderes chilenos y extranjeros, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, que podemos imitar y que nos pueden ayudar. Solamente tenemos que estar atentos y elegirlos conscientemente.