Aunque el gobierno de Mauricio Macri trató de presentar su plan en los mejores términos, llamando "reperfilamiento" a lo que fue denominado en la prensa internacional especializada como una "reestructuración", no consiguió pasar el test de S&P Global Ratings.
La clasificadora de riesgo rebajó la nota de la deuda en moneda extranjera de largo plazo de Argentina a "SD", acrónimo en inglés para default selectivo, desde el de "B-" que ostentó por apenas 15 días, tras el recorte que aplicó luego del triunfo de la oposición en las primarias.
"Como consecuencia de la sostenida imposibilidad para ubicar títulos de corto plazo con inversionistas del sector privado, el gobierno argentino extendió unilateralmente los vencimientos de todos los papeles de corto plazo", detalla la agencia en un informe publicado ayer por la tarde, donde subraya que "esto constituye default bajo nuestro criterio".
Argentina dejó de estar en impago apenas en abril de 2016, cuando Macri llegó a un acuerdo con los "fondos buitres".
Si bien la reacción de S&P apunta a la determinación respecto a los instrumentos de deuda conocidos como Letes, Lecap, Lecer y Lelinks, el plan presentado por el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, va más allá. Se invitó a una renegociación "voluntaria" de plazos de la deuda que tiene el país con el FMI y con bancos e inversionistas extranjeros, y además se enviará un proyecto al Congreso para definir la reprogramación.
Según declaró el recién asumido jefe de finanzas de la administración de Macri, el objetivo de las medidas es otorgar holgura al Banco Central para defender la moneda argentina. Si bien esto se consiguió en la sesión de ayer, cuando la intervención con US$223 millones del ente emisor detuvo el alza del dólar, que tras dispararse a los 60 pesos cerró plano en 58, el mercado dejó clara su disconformidad.
Dudas sobre el plan
La bolsa de Buenos Aires se desplomó ayer otro 6%, baja similar a la observada en las acciones argentinas que cotizan en Wall Street. En tanto, el riesgo país saltó 10%, según la medición elaborada por JPMorgan.
Justamente, el banco estadounidense fue uno de los primeros en presentar sus reparos frente a un plan que, de acuerdo a Macri, se configuró en conjunto con la oposición de cara a las elecciones de octubre.
Según un informe de JPMorgan, publicado el mismo miércoles por la noche, las presiones sobre las reservas internacionales "pueden persistir en los retiros de depósitos de divisas y la dolarización de los depósitos en pesos".
En ese marco, subrayan que "un gesto político del principal candidato de la oposición y favorito para ganar las elecciones es una condición necesaria para romper el círculo vicioso prevaleciente que ha afectado las reservas". Sin embargo, por el momento Alberto Fernández ha guardado silencio.
En tanto, Marcelo Elizondo, socio de la consultora transandina Desarrollo de Negocios Internacionales, si bien considera que era el camino que había que tomar en términos financieros, recalca que "desde el punto de vista de la seguridad jurídica es muy malo, ya que modifica unilateralmente los plazos".
Miguel Boggiano, CEO de Carta Financiera, también cree que era la alternativa a la que podía acudir el gobierno en este punto, pero reconoce que le "mejora su situación de aquí a las elecciones y se la complica a la próxima administración". Adicionalmente, sostiene que la decisión de S&P, en este difícil contexto, afectará solo marginalmente el riesgo país de Argentina.