"La perspectiva estable refleja nuestra opinión de que la consolidación fiscal gradual y la recuperación del crecimiento del PIB ayudarán a estabilizar las finanzas públicas de Chile y su perfil externo", señaló ayer S&P en un comunicado donde informó su decisión de dejar intacta la calificación de Chile en "A+", así como su perspectiva "estable".
Con este primer reporte de la agencia, que el año pasado rebajó por primera vez en 25 años la nota soberana del país desde "AA-", se puede ver el vaso medio lleno, considerando la confianza que manifiesta en la gestión económica de La Moneda.
"Esperamos que Chile mantenga los pilares distintivos de su economía de mercado (reglas fiscales y monetarias, apertura al comercio e inversión, seguridad judicial y previsibilidad) mientras fortalece las políticas sociales", se lee en el reporte del equipo liderado por Joydeep Mukherji, analista crediticio principal para nuestro país. "Al mismo tiempo, esperamos un crecimiento continuo del PIB, déficits moderados de cuenta corriente (CAD) y una baja inflación estabilizará las finanzas públicas de Chile y su perfil externo", agregan.
Asimismo, destacan que "un perfil externo mejorado podría llevarnos a elevar la calificación en los próximos dos o tres años".
Cabe recordar que en marzo, a días de haber iniciado el nuevo gobierno, el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, subrayó que "vamos a trabajar, desde ya, para que en el horizonte del gobierno tengamos una mejora en la clasificación de riesgo".
Para los economistas la decisión es una buena noticia. "Esto quiere decir que estamos estabilizados y hay una señal clara para mejorar porque esto ligado a las señales de la administración Piñera respecto del ancla fiscal se han recogido de forma positiva", indicó Alejandro Alarcón, economista de la Universidad de Chile. Su opinión es compartida por Patricio Rojas, de Rojas y Asociados, quien destaca que "ha sido bien mirado y bien recibido cómo se está instalando el gobierno y cómo lo ha recibido el mercado y cómo se ha comprometido a mantener la estabilidad de las cuentas fiscales a futuro".
Por su parte, Alejandro Fernández, de Gemines, sostuvo que si bien se trata de una decisión positiva, se trata más bien del "beneficio de la duda" tras el inicio de una nueva administración.
"La sorpresa habría sido que no mantuviera estable la clasificación, es un voto de esperanza más que de confianza", precisa Alejandro Fernández de Gemines.
"Cualquier gobierno que estuviese empezando tiene que darle el mismo beneficio de la duda a no ser que hubiese anunciado cosas aberrantes sobre el manejo de la economía. La pelota está en el campo nuestro", agregó,
En efecto, en informe queda explicito el espacio para la duda. S&P indica que aplicar una nueva rebaja de la calificación en los próximos años si: "una combinación de políticas fiscales inesperadamente laxas y un crecimiento económico más bajo que nuestras expectativas resulta en déficits fiscales mayores a los esperados", en caso que se genere "un debilitamiento sustancial y prolongado de las finanzas públicas" o si un deterioro inesperado en la posición externa neta de Chile o un aumento sustancial en sus necesidades brutas de financiamiento externo debiliten el perfil externo del país.
La noticia ayer coincidió con la colocación de bonos por parte del gobierno, por un total de $1.050.000 millones, que fue calificada por Hacienda como "exitosa", dada la demanda local e internacional. "Los instrumentos colocados fueron el bono en pesos con vencimiento en 2023 (BTP-2023) y el bono en pesos con vencimiento en 2030 (BTP-2030), por $440.000 millones y $610.000 millones, respectivamente", detallaron en un comunicad.