Standard and Poor's (S&P) prevé este año una ralentización del crecimiento en Estados Unidos, en la zona euro y en China, pero no considera justificados los temores a una recesión que se han dejado traslucir en los mercados, y que le parecen "demasiado pesimistas".
Este es el escenario planteado hoy por el economista jefe de la agencia de calificación, Sylvain Broyer, que en una presentación a la prensa de sus perspectivas mantuvo sin cambios las cifras que habían publicado en noviembre y reconoció que el principal riesgo es el que hace pesar "la escalada de las tensiones comerciales".
A ese respecto, Broyer dijo que el presidente estadounidense, Donald Trump, "tiene un modo de negociar muy particular" pero hasta el momento se ha quedado sobre todo en amenazas, ya que el incremento de aranceles aplicado efectivamente es residual, y se ha visto ampliamente compensado en el comercio mundial por la iniciativa china de la nueva ruta de la seda.
En cuanto al cierre de la Administración en Estados Unidos por las divergencias entre Trump y la oposición demócrata, hizo notar que su impacto estimado para la economía del país es de un 0,05% del producto interior bruto (PIB) por semana y aunque también tendrá un efecto indirecto mayor, será igualmente "marginal".
S&P augura un alza del PIB de EE.UU del 2,3% este año y del 1,8 % en 2020, tras el 2,9% en 2018. El economista jefe admitió que hay algunos indicadores del ciclo financiero que podrían apuntar a una recesión, pero otros económicos son "más bien tranquilizadores".
El riesgo, a su juicio, podría venir del nivel de endeudamiento de las empresas en el contexto de subida de tasas, pero éstos tampoco van a ascender tanto y, al mismo tiempo, "no se prevé un hundimiento de los beneficios de las empresas estadounidenses".
En la zona euro, la agencia estima un crecimiento del 1,6% tanto este año como el próximo, tras el 1,9 % en 2018, y ahí "tampoco se espera una recesión", ya que pese a que hay menos capacidades disponibles, el empleo subirá en torno al 1 %, con un aumento de salarios y una inflación más baja que dará lugar a un aumento del poder adquisitivo que debería alimentar el consumo.
Sobre el "brexit", Broyer mantuvo como hipótesis de base una salida del Reino Unido de la Unión Europea con acuerdo, aunque reconoció que ha aumentado la posibilidad de que eso se produzca sin compromiso.
En ese caso, habría "severas consecuencias" para varios países, empezando por el Reino Unido (el impacto negativo para su PIB podría superar los 1,8 puntos), pero también Malta (más de 1,4 puntos), Irlanda (1 punto), Noruega (siete décimas) u Holanda (cerca de cuatro décimas).
En Francia, el economista jefe se esforzó en subrayar que más allá de la crisis de los "chalecos amarillos", la subida de los salarios del 2 % en un contexto de menor inflación supondrá un incremento del poder adquisitivo de entre el 1,2 % y el 1,6 % este año, lo cual debería redundar en el consumo