Startup Mudango: el Uber de las mudanzas

Mudango
Ignacio Navarrete (CPO) y Roberto Picon (CEO) Foto: Luis Sevilla

Roberto, Andrés e Ignacio detectaron una complicación que afecta a muchas personas: el trago amargo y el estrés de una mudanza. ¿Por qué no hacer todo el proceso previo en línea?, se preguntaron. Y así comenzaron a crear un sistema inteligente que une a los clientes con las pequeñas empresas de mudanzas. En 2021 alcanzarán 20.000 mudanzas y proyectan una facturación de US$6 millones. Y quieren conquistar América Latina.


“A la gente le encantan los nuevos comienzos… pero odian las mudanzas”. Esa frase, dicha por Roberto Picon, CEO y cofundador de Mudango, resume cómo surgió la idea de esta startup, su funcionamiento, modelo de negocios y el rápido crecimiento en Chile, México y Colombia. “Y con el objetivo de conquistar Latinoamérica”, como agrega Picon, quien conoció a Andrés Ossa (CTO y cofundador) hace unos 15 años, en la Escuela de Ingeniería. El primero se fue por el área industrial, y el segundo, por la informática. Ambos estaban trabajando en grandes compañías, pero tenían el bichito de emprender. Fue cuando conocieron a Ignacio Navarrete (CPO y cofundador), abogado de profesión (pero actor de oficio y corazón), quien justo había renunciado a un importante estudio jurídico.

Navarrete se había cambiado 17 veces de casa en tres países de América Latina. En otras palabras, fue quien llegó con la veta del futuro emprendimiento. Ahora, había que resolverla. “Empezamos a investigar y nos dimos cuenta de que había un problema gigante. No solo para las personas que se mudan, donde la oferta es muy atomizada, no muy clara y a veces poco transparente; sino también para una gran cantidad de empresas pyme que realizan mudanzas, pero no saben de marketing, son totalmente análogas y no saben cómo abordar tecnológicamente el negocio. Había que reinventar el cambio de hogar”, explica Picon.

Tocaron varias puertas y -gracias a la gestión de la incubadora Imagine Lab- lograron a principios del 2017 levantar capital por US$345.000, entre fondos de Corfo e inversionistas ángeles. El destino de ese dinero estaba claro: desarrollar la plataforma tecnológica para que la experiencia de la mudanza fuera más ágil. O sea, cotizar, reservar, coordinar y pagar una mudanza 100% de manera digital. Y para eso crearon a Sofía, un robot virtual que interactúa con quienes están buscando un servicio de mudanza y, sobre todo, “entiende sus necesidades”, indica el CEO de Mudango.

Pero eso es lo visible. Tras bambalinas se contactaron con decenas de empresas de mudanza y seleccionaron a las que cumplieran con ciertas características de “confianza”. También, durante el primer año fueron a terreno para conocer las necesidades de las personas y familias que se mudaban y entender el proceso de principio a fin. Con todo este aprendizaje, el software escalaba y Sofía crecía cada vez más en habilidades.

“Al principio, lo único que podía hacer Sofía era generar un horario de visita para ir a ver la casa. Más tarde, el robot pudo cubicar la mudanza en línea y, con ello, agregamos la opción de cotizar por internet, pero el precio se demoraba dos días en llegar, lo que también pudimos reducir más adelante. Y así, fuimos mejorando el ‘viaje del consumidor”, incluso creando una zona de coordinación en línea. Cambiamos la experiencia”, afirma Picon.

Cuando el negocio crecía y sintieron que Sofía ya era mayor de edad, en mayo de 2019 tomaron la decisión de salir al extranjero. Primero a Colombia, donde crearon a Sara, y luego a México, donde nació María. Pero el país azteca es palabras mayores, así que estructuraron otra ronda de inversión, la que concretaron en marzo de 2021, donde participaron Genesis, FEN y Kalei, con US$1,4 millones. Además, han tenido el apoyo de Bluebox, una de las empresas dedicadas al corporate venturing con más peso en ese país, la que ha sido su especie de manager. Solo en este año han logrado que más de un tercio de su facturación total provenga de México, creciendo 30% mensual en ese mercado.

El modelo de negocios es sencillo. Cuando alguien quiere mudarse, ingresa a la página web o a la App de Mudango. Luego de completar la información e interactuar con Sofía, el sistema le da un precio final. Una parte del ingreso se va para la empresa de mudanza y la otra, para Mudango. Si bien su CEO prefiere no revelar dicho porcentaje, aclara que “es el mismo modelo que usan plataformas como Uber o Airbnb. La diferencia es que con nosotros trabajan pequeñas y medianas empresas logísticas y crece su negocio en conjunto con nosotros”. Solo cuando la mudanza es sobre los 15m3 se requiere embalaje de cajas o un servicio más complejo y se coordina una visita para definir el precio final.

Como muchas startups, fueron golpeados por los primeros meses de la pandemia. Pero también, como muchas startups que se basan en la tecnología y modelos online, rápidamente se recuperaron en un mundo en que todo funcionó de forma telemática. Antes de la pandemia tenían 12 personas. Hoy, más de 40 y, según Picon, las proyecciones de crecimiento que tenían para tres años las lograron en uno. Proyectan cerrar el 2021 con US$6 millones de facturación y 20 mil mudanzas en los tres países que operan. Solo el mes pasado lograron 2 mil.

Actualmente, en Chile trabajan con cerca de 100 empresas de mudanzas. En Colombia, con 75, y en México, con 50. El 90% de los clientes son particulares, ya que el segmento de empresas u oficinas no es una línea a la que le estén poniendo demasiadas fichas. Pero hace un año abrieron una nueva área de negocios. Se trata de Mudango Bodegas, un servicio en el cual van a la casa de los clientes, toman sus cosas y las guardan en bodegas. Desde el celular, las personas tienen un inventario digital de lo que tienen guardado. “Cuando quieran, pueden pedir que le llevemos desde una silla hasta todas sus cosas de vuelta”, explica Picon. Lo interesante es que para 2021 proyectan que solo esta área facture US$ 200.000.

¿Y cómo va la conquista de Latinoamérica? Roberto Picon cuenta que aún tienen en caja cerca del 75% de la inversión que recibieron a principios de año, pero ya están en conversaciones para “adelantar” una ronda Serie A de entre US$7 millones y US$10 millones, y la meta de llegar a 30 ciudades latinoamericanas, con foco en el otro gigante de la región: Brasil.

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