Anthony Leeming, el CEO de Sun International, espera que el gobierno le tome el peso a la decisión que adoptó su compañía, de salir del negocio de los casinos en Chile, a través de la venta del 65% de la propiedad de Sun Dreams a Inversiones Pacífico Sur Limitada (IPS), sociedad de los hermanos Fischer, en US$ 160 millones.
La operación sorprendió a la industria de juegos la madrugada de este viernes, ya que Sun Dreams es en la actualidad el mayor operador de casinos de Latinoamérica, con presencia en Chile, Perú, Panamá, Argentina y Colombia. Y, a nivel local, son el segundo actor, con presencia en Iquique, Mostazal -donde tienen su buque insignia, Sun Monticello- Temuco, Valdivia, Puerto Varas, Coyhaique y Punta Arenas.
Pero la batalla que comenzaron a dar por lo que denominan un cambio en las reglas del juego en este negocio, los motivó a dejar el país. Es que la industria criticó la licitación de casinos convocada en julio por la autoridad, que exige un puntaje mínimo a las empresas ya presentes para gatillar la opción preferente para extender su presencia por otros 15 años.
La firma sudafricana -al igual que el resto de las empresas- considera que no se está respetando la ley que en 2005 permitió a los privados invertir cerca de US$ 2.000 millones en la industria de la entretención y turismo. Ellos entendían que esas licencias que tendrían una vigencia de 15 años, serían renovadas por 15 años más, en el nuevo proceso.
La compañía argumenta que en la nueva norma de 2015, a través del artículo tercero transitorio, se estableció que los permisos otorgados con anterioridad al cambio legal, seguirían rigiendo por las normas vigentes al tiempo de su adjudicación. Con esto, afirman. se aclaraba que la oferta económica no aplicaría a las actuales renovaciones, punto que hoy no es reconocido por la Superintendencia de Casinos de Juegos (SCJ).
“Espero que ellos vean esto y piensen al respecto. Ellos deberían verlo y preocuparse. Porque eso influyó en la decisión”, asegura Leeming al teléfono desde Sudáfrica, en conversación con Pulso Domingo.
En junio habían rechazado la oferta lanzada por parte de los hermanos Fischer, ¿por qué ahora sí aceptaron concretar la operación?
-Son ofertas diferentes. La familia Fischer trató de comprar nuestra compañía en Sudáfrica, en nuestro holding, y eso fue rechazado por nuestros accionistas. Ahora ellos compraron nuestra participación en Sun Dreams, que es nuestra subsidiaria chilena.
¿Qué factores influyeron en este proceso?
-El mundo ha cambiado en relación a los desafíos de este momento en Sudáfrica y en América Latina. Hay muchas cosas pasando allá y también está la forma en que los reguladores chilenos están tratando la renovación de las licencias de los casinos. Creemos que ellos rompieron el espíritu de la ley con la cual nosotros invertimos. Así que esta es una oportunidad para que los locales manejen esto, porque nosotros tenemos nuestros propios desafíos. El acuerdo es beneficioso para ambas partes: es una buena oportunidad para ellos y una buena oportunidad para nosotros de salir. Es un buen acuerdo.
¿Qué peso tiene el arbitraje que sostenían con Pacífico Sur?
-No fue el factor principal, pero era algo que queríamos cerrar.
¿Y cuánto incidió en la decisión esa diferencia con la autoridad respecto de la nueva licitación y el concepto de hacer valer la mejor oferta en dicho proceso?
-Nosotros invertimos con ciertas reglas y vimos que esas reglas fueron cambiadas. Fue un factor relevante, aún cuando nosotros creemos que hay una buena posibilidad de que Sun Dreams pueda renovar sus licencias. Pero esas condiciones para renovar ahora son diferentes en relación a las que deberían haber sido. Nosotros no apoyamos eso, creemos que no es correcto que pase y que no es bueno para la inversión extranjera.
¿Se van molestos de Chile?
-No, no diríamos que molestos, sino que tristes. Compramos Monticello y creíamos que compramos algo realmente bueno para Chile y realmente invertimos en la industria. Entonces, nos vamos un poco decepcionados y un poco tristes de Chile.
¿Consideran que hay un cambio en la forma en que el país trata a los inversionistas extranjeros?
-No es solo a inversionistas extranjeros, es a inversionistas locales también. Es muy claro que todavía sería mejor estar bajo esa ley (de 2005), pero los reguladores parecen estar ignorando ese aspecto. Incluso la ley de 2015 está apoyando lo que estamos diciendo y debería regular todo lo demás.
Ustedes habían indicado que incluso podían ir a la justicia internacional para hacer valer su postura en el nuevo proceso de licitación. ¿Por qué no quisieron esperar y avanzar en esas tratativas legales?
-Lo primero era ver en el propio país si iban a respetar el espíritu de la ley. Entonces, la primera opción era manejarlo en el país, antes de ir a la justicia internacional. Esperábamos que la posición de Sun prevaleciera, pero no fue así.
¿Creen que la decisión que tomó Sun, de salir de Chile, podría influir en la postura de la autoridad en relación a la nueva licitación de casinos, considerando lo establecido en el artículo transitorio pactado el 2005 y ratificado en 2015?
-Espero que ellos vean esto y piensen al respecto. Ellos deberían verlo y preocuparse. Porque eso influyó en la decisión.
¿Cuánto es el impacto que estiman en el valor de la transacción, dado el conflicto legal que activaron con la autoridad?
-Creo que el acuerdo está en línea con el valor de mercado, dada la situación del Covid y todo lo que ha pasado. Pero no hay duda que la incertidumbre jurídica afectó el valor de la operación.
Algunas firmas creen que es necesario que el gobierno extienda por 12 meses o más los actuales permisos, para retomar el proceso de licitación en un mejor escenario, pospandemia. ¿Si el gobierno se hubiese alineado a ese camino, ustedes seguirían siendo parte de Dreams?
-No ha habido apoyo para la industria de los casinos en lo que ha sido la crisis del Covid. El impacto ha sido devastador y no ha habido absolutamente ningún apoyo, y creemos que el gobierno debería haber hecho algo.
¿Cómo proyectan el futuro del negocio de los casinos de juegos en Chile?
-Creemos que la industria de casinos será principalmente una industria local. Es difícil, ante la incertidumbre jurídica, que existan inversionistas extranjeros dispuestos a tomar este riesgo.