Superintendencia de Salud proyecta que podrían haber salido entre 192 mil y 327 mil afiliados de las isapres en 2024

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Según una estimación moderada del regulador, la suma de cotizantes y cargas totalizaría 2.523.348 usuarios en la industria al cierre del año pasado, una caída de 7,1% versus el término de 2023. Mientras que según la estimación agresiva, podrían haber cerrado el año 2024 en 2.388.094 beneficiarios, es decir, una baja de 12,1% versus el cierre de 2023.


Una nueva fuga de afiliados es lo que proyecta la Superintendencia de Salud para la industria de isapres producto de la implementación de la ley corta de isapres. Así lo revela una estimación de la cartera de beneficiarios de las isapres a diciembre de 2024 que calculó el regulador en una presentación interna que realizó la unidad encargada de datos y estadísticas.

Allí proyecta que, según una estimación moderada, en 2024 podrían haber salido 192.398 beneficiarios de las isapres, esto es la suma de cotizantes y cargas, totalizando 2.523.348 usuarios en la industria al cierre del año pasado, lo que implica una caída de 7,1% versus 2023. Mientras que según la estimación agresiva, podrían haber salido hasta 327.652 afiliados, totalizando 2.388.094 beneficiarios menos, es decir, una baja de 12,1% anual.

Pese a que estas proyecciones están por debajo de lo ocurrido en 2023, cuando se registró un récord de salida de afiliados, totalizando 360.876 beneficiarios menos, lo cierto es que los cálculos del regulador siguen siendo relevantes.

“Las estimaciones efectuadas muestran variaciones negativas importantes, especialmente en las isapres Cruz Blanca y Consalud”, señala la presentación a la que tuvo acceso Pulso. En el caso de la isapre controlada por el grupo inglés Bupa, la salida de afiliados que proyecta el regulador para 2024 estaría entre las 62 mil y 86 mil personas. En tanto, para Consalud la salida de beneficiarios proyectada iría entre los 64 mil y 115 mil.

Además, advierte que para la industria, “en relación a la situación de diciembre del 2019, se estima una pérdida de cartera entre -24,6% a -28,6% beneficiarios”. Esto significa que de cumplirse la estimación moderada, habrán salido 822.164 personas de las isapres en los últimos cinco años; y en caso de darse la estimación agresiva, habrán salido 957.418 beneficiarios.

Esta presentación fue realizada en la primera parte de diciembre, sin tener aún disponible toda la información respecto de la salida de beneficiarios del año 2024. Según las últimas cifras oficiales que publicó esta semana la Superintendencia de Salud en su sitio web, a noviembre de 2024 las siete isapres abiertas totalizaban 2.572.267 beneficiarios, esto es una baja de 143.479 personas en comparación al cierre de 2023.

Hay que considerar que aquellas personas que las estadísticas del regulador reflejan que salieron en noviembre, corresponden a afiliados que anunciaron su baja en septiembre de 2024. Esto, porque los empleadores pagan las cotizaciones de los trabajadores en las isapres con un mes de anticipación, antes del 10 de cada mes, y cuando el afiliado anuncia que se va de una aseguradora privada, en realidad se mantiene en dicha isapre durante ese mes y el siguiente.

Así las cosas, se espera que desde enero en adelante se refleje una baja relevante en el número de afiliados de las isapres producto de la incorporación de la prima extraordinaria que empezaron a anunciar las aseguradoras en noviembre. Eso implica que las personas que en noviembre informaron que no seguirían en las isapres producto de este incremento, recién se empezarán a ver reflejados en las cifras en enero, registrándose desde ese mes la caída de beneficiarios producto del incremento en los planes que autorizó la ley corta.

El exsuperintendente de Salud, Patricio Fernández, estima que “el impacto de las desafiliaciones en las isapres se reflejará con mayor intensidad durante el primer trimestre de 2025, debido al efecto diferido que tiene el término de los beneficios desde el momento en que el afiliado comunica su decisión de desafiliación, hasta que esta se hace efectiva”.

Agrega que “este deterioro en la cartera es un síntoma preocupante de la crisis estructural que enfrenta el sistema de salud privado, y que afecta directamente a los ingresos, y por ende, a la posibilidad de cumplir con las obligaciones en forma oportuna. Uno de los principales elementos que motiva esta tendencia, es la implementación de la ley corta de isapres. Esta normativa, al establecer un ajuste obligatorio de los planes al 7% como mínimo y sumar la aplicación de una prima extraordinaria, incrementa significativamente el costo para los afiliados”.

En ese sentido, señala que “para muchas familias, la capacidad y disposición a pagar por los planes de salud se han visto mermadas, especialmente en un contexto económico marcado por la inflación y la pérdida de poder adquisitivo. Es importante destacar que el impacto en los ingresos de las isapres podría ser severo. Menores afiliaciones no solo reducen el flujo de caja inmediato, sino que también comprometen la capacidad de estas instituciones para cumplir con sus compromisos financieros a largo plazo, incluyendo el pago de prestaciones”.

Pérdida de cartera

Las conclusiones de la presentación interna de la Superintendencia de Salud, plantean que “en todos los escenarios se proyecta una cantidad de desahucios mayor a la cantidad de contratos, es decir, la continuación del deterioro de la cartera de las isapres abiertas, con una clara desaceleración en relación a 2023″.

Afirma que “la incorporación de la prima extraordinaria intensificaría la pérdida de cartera, considerando lo ocurrido en alzas de precio de periodos anteriores, en un escenario de incertidumbre”.

Allí revelan que estimaron “una variación neta para el año 2024 de -127.926 (proyección moderada) a -244.128 contratos (proyección agresiva), lo que podría ocurrir durante el primer trimestre de 2025″. Esto considera las suscripciones y desahucios de contratos de las isapres, y cada uno de esos contratos puede contener a varios beneficiarios, producto de que se suman los cotizantes y cargas.

“El impacto en ingresos por pérdida de cartera se encontrará del orden de un -4,7% en relación a los ingresos de diciembre de 2023. Lo que sería subsanado por el aumento en ingresos por la prima extraordinaria que implicó un alza de alrededor de un 11,9% de los ingresos mensuales por cotización”, concluye el documento.

Pérdidas

La presentación interna de la Superintendencia de Salud también muestra información financiera no auditada de las isapres. Si bien públicamente existen cifras disponibles a septiembre de 2024, la presentación enseña los balances hasta octubre. Allí revela que las isapres presentan pérdidas acumuladas a octubre de 2024 de $121.083 millones, versus las ganancias de $8.949 millones que anotaban en igual lapso de 2023.

“Las pérdidas acumuladas a octubre obedecen a una disminución de los ingresos en mayor materialidad que las bajas de los costos de ventas y gastos de administración y ventas”, detalla el documento. Es que los ingresos por actividades ordinarias de las isapres disminuyeron 7,5% en doce meses, “por la disminución del valor de la prima GES”, totalizando $3.022.741 millones a octubre de 2024.

En tanto, los costos de ventas (prestaciones de salud y subsidios por incapacidad laboral) bajaron 0,8%, hasta los $2.933.295 millones. ”Las prestaciones que representan un 76% del costo de ventas, disminuyen en 17,7% ($480.264 millones), mientras que los subsidios que consumen el 23% de los costos, retroceden en 18,6% ($155.113 millones)”, indica la presentación.

Mientras que los gastos de administración y ventas se redujeron en 8,8%, a $300.372 millones. Esto sucedió por “las medidas de contención de costos implementadas por las isapres, principalmente, por la reducción de personal y cierre de sucursales”, señala el documento.

Asimismo, explica que “la gestión operacional, la proporción de los ingresos por cotizaciones que se destina a cubrir los beneficios de salud y los gastos de administración, a octubre de 2024 es de un 107%, dando cuenta que los ingresos no son suficientes para financiar estos conceptos, resultando en las pérdidas de $121.083 millones”.

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