En pie de guerra está la industria de suplementos alimenticios en Chile. Es que si bien el sector -que agrupa a todos aquellos nutrientes que están naturalmente en los alimentos, sean vitaminas, extractos de fruta, etc.- mueve cerca de US$ 200 millones al año y su consumo representa en torno al 20% de todas las ventas de alimentos procesados y bebidas del país, está en alerta ante la escasa normativa existente, y la consiguiente dificultad para poder ingresar y comercializar los productos.
"En Chile existen cada vez más dificultades para importar, elaborar y comercializar estos productos, mientras en los países desarrollados son altamente aceptados por las autoridades sanitarias y requeridos por los consumidores", explica Francisco Cáceres, vicepresidente de la Asociación Chilena de productores e importadores de alimentos y suplementos saludables (Alimsa), entidad que agrupa a las empresas del sector .
Aún más, Cáceres explica que, por ejemplo, el código sanitario no define lo que debe entenderse por suplementos alimentarios.
Pero más allá de ello, el principal problema radica en la prohibición por parte del Minsal de incluir mensajes saludables en los productos que se comercializan, es decir, en la imposibilidad de poder comunicar para qué sirve cada suplemento alimenticio, decisión tomada por la autoridad el año pasado.
Aún más, la semana pasada la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, vía una Resolución Exenta derogó la denominada "Clave Z", que es el instrumento administrativo que permite importar materias primas para desarrollar suplementos alimentarios para luego exportar.
Consultada la Subsecretaría de Salud, no se refirieron al tema.
Desde Alimsa aseguran que han recurrido al Minsal buscando explicaciones, pero no ha habido respuesta.
Incluso -disparan en la asociación- los dejaron fuera del documento firmado por los países de la Alianza del Pacífico, en junio del año pasado. "El anexo fue suscrito por los presidentes del momento, con 12 puntos.
Y en él, Colombia, México, Perú y Chile aprobaron todos los puntos, salvo nuestro país que excluyó el tema de los suplementos alimentarios, pidiendo cinco años para resolver si aceptaban o no el tema de las propiedades saludables", comenta Cáceres.
Con todo, en el sector miran el tema con preocupación. "Están coartando a las empresas, no nos dejan competir. Si no logramos salvar esto las empresas van a sucumbir y van a quedar sin empleo 8.000 personas", advierte Cáceres. Y añade que con esto, lo único que se logra es que prolifere el mercado negro.
En Alimsa precisan que para subsanar esta situación lo más urgente es que Chile suscriba todos los puntos del acuerdo sobre suplementos alimenticios de la Alianza del Pacífico. Lo segundo, vendría por ser regulados vía la ley de Fármacos II.