“Nos dimos cuenta de que los cursos online funcionan. Y bien”. La sencilla y clara opinión es de Arturo Aguilar, gerente de productos de TalkChile, un instituto de idiomas que si bien ya había empezado a experimentar con la plataforma Zoom dos años antes de la pandemia, basa la mayoría de su negocio en las clases presenciales.

A la fecha, sus cursos en línea han aumentado un 500% desde el inicio de las restricciones por Covid que comenzaron hace más de un año. Pero al principio no fue fácil. “El año pasado fue horrible. Nos cortaron las piernas. Para nosotros marzo es clave, porque logramos cerca del 40% de la matrícula del año y justo fue en ese mes (del año pasado) que comenzó la primera cuarentena general”, dice Aguilar.

Sin embargo, con la adaptación hacia la modalidad online, en marzo de 2021 cambió todo. El mes pasado llegaron a un 80% de las ventas de un año normal. Pero como los costos son bastante más bajos que el de las clases presenciales, al final del día el negocio es más rentable.

Este es uno de los tantos casos de lo que está pasando en la industria de la enseñanza de idiomas, donde los clásicos institutos o escuelas, junto a los puramente online, y los híbridos, buscan su espacio en un modelo de negocios que cambió absolutamente.

Con respecto a los institutos de idiomas más tradicionales, el viraje al online ha sido un poco más lento, como es el caso del Instituto Chileno Británico de Cultura (ICBC): “En enero de 2020 nos pusimos a preparar el comienzo de nuestro curso, luego de que varias sedes sufrieron por el estallido social, como las de Huérfanos, La Florida, Los Héroes y Maipú. No tuvimos problemas de infraestructura, pero muchos alumnos congelaron porque no podían llegar. Ya teníamos listo el plan de regreso, sin saber que venía la pandemia”, comenta Eduardo Vásquez, gerente general del ICBC.

Pero como ya venían preparando a sus profesores en la plataforma Zoom, el golpe no fue tan fuerte. Las clases de marzo se aplazaron varias veces, hasta que en abril tomaron la decisión de que tenían que mirar solo a internet, pero siempre con clases sincrónicas (con un profesor en vivo). “Fue complejo. La gente no estaba muy convencida y muchos alumnos decidieron postergar sus programas, pero como la pandemia se alargó, una cantidad importante se subió a la modalidad Zoom y verificaron que la experiencia era buena”, agrega Vásquez.

Tradicionalmente, el Británico divide el año en tres periodos académicos: marzo, junio y septiembre. Pero tuvieron que adaptarse a la nueva situación y realizar aperturas de curso prácticamente una vez al mes. Esto -junto a otras estrategias- les ha permitido en la actualidad lograr llegar al 50% de las ventas de un año normal, cuando el número de alumnos alcanzaba a unos 4.000 por periodo.

Si bien hace unos cinco años habían comenzado a experimentar la modalidad asincrónica sin muchos resultados, ahora se ha disparado. La cantidad de alumnos bajo esa modalidad superó los 1.400 el 2020.Otro clásico en el aprendizaje del idioma inglés es el Instituto Chileno Norteamericano que, aunque tenía algunos productos online, su fuerte siempre ha sido lo presencial. El año pasado también se le hizo cuesta arriba el modelo de negocios, por lo que rápidamente cambiaron a la modalidad “online/virtual”, como aclara de manera enfática Cristina Cádiz, directora de la Fundación Instituto Chileno Norteamericano. “Usamos ese término porque siempre preferimos la clase donde los alumnos y el profesor están presentes. Esta vez, bajo plataformas de videoconferencia. No es el sistema donde el estudiante ingresa por su cuenta y en ocasiones tiene un instructor. Nuestros alumnos han ido perdiendo el miedo al online y una de las razones es, justamente, porque aún pueden ver a su profesor”, indica.

En los momentos y lugares que las fases del plan Paso a Paso lo han permitido, el Norteamericano ha abierto sus puertas con todos los protocolos respectivos y clases presenciales de no más de 5 alumnos. La disminución de clases de este modelo se ha compensado por el mundo virtual y la creación de programas alternativos, recuperando hasta un 75% de las ventas de un periodo normal.

Otra empresa dedicada a este negocio que se reconvirtió rápidamente fue Poliglota. Se trata de una startup chilena que nació el 2012 creando un sistema donde un profesor y un grupo de alumnos se juntaban en cafés a practicar algún idioma (principalmente inglés). Iban creciendo en Chile y otros países hasta que el Covid hizo inviable su modelo. Tuvieron que reconvertirse a la fuerza y crear un sistema igual al anterior, pero en línea. El año pasado tuvieron un 25% de crecimiento mensual de alumnos, facturaron cerca de US$ 4 millones y abrieron su sistema en otros países.

”Esperamos este año crecer 10 veces con respecto al año pasado, con 40 mil nuevos alumnos. Todo esto de la mano de una expansión a Latinoamérica y España. Y ya para el 2022 esperamos abrir Brasil, EE.UU., Italia, Francia y Alemania”, explica Carlos Aravena, CEO de Poliglota.

Puramente online

Un caso muy diferente es el de Open English, uno de los símbolos del aprendizaje de idiomas en plataformas online. ¿Cómo han navegado en las aguas pandémicas? “Ya contábamos con la infraestructura y el conocimiento para atender el incremento en la demanda que tuvimos en el 2020 y que seguimos teniendo ahora debido a la pandemia”, comenta Andrés Moreno, fundador y CEO de Open Education, y agrega: “Desde el punto de vista de logística, tuvimos que movilizar a más de 600 empleados que incluyen nuestros centros de venta, para trabajar desde casa. Y, para poder cumplir con nuestros estudiantes, desde junio de 2020 nuestros profesores norteamericanos tuvieron que duplicar sus horas de clase impartidas”.

En la práctica, durante la pandemia, el número de estudiantes de Open English para adultos y Open English Junior se incrementó en un 60% de 2019 a 2020, y el requerimiento por clases en vivo por parte de los estudiantes creció en un 125% cuando se compara el cuarto trimestre de 2019 con el mismo periodo en el 2020.En el caso de Chile, hubo un aumento del 155% en estudiantes inscritos entre enero de 2020 y enero de 2021. Y, cuando se compara el periodo de pandemia (abril a diciembre de 2021) con el mismo periodo en el 2019, se anota un crecimiento del 116%. “Hemos observado que los estudiantes están un 40% más activos en la plataforma cuando se compara data pre y pospandemia”. Por esto, esta empresa ha incluido servicios nuevos como preparación a exámenes internacionales (IELTS, TOEFL y TOEIC), clases enfocadas a ciertas industrias, e incluso metodologías de gamificación. ¿Cómo se ve el futuro? La gran interrogante es si existe para las clases presenciales un antes y un después de la pandemia. Moreno cree que “las escuelas de inglés -tradicionales y en línea- deberán ser lo suficientemente ágiles para poder cambiar sus estrategias de negocio”.

”El perfil de los estudiantes ha cambiado. Antes estábamos ubicados en Maipú y La Florida, además de una sede en Las Condes que no alcanzamos a abrir. Pero con la pandemia, ahora los clientes pueden estar en cualquier parte de Chile. Además, cada vez aumentan más los cursos para niños. Han sido un éxito”, comenta Aguilar, de TalkChile.En el caso del Británico, Vásquez estima que sin duda “habrá un cambio importante una vez que volvamos a la pseudonormalidad. No creo que lleguemos al 100% de las clases presenciales, pero mucha gente seguirá prefiriendo este modelo”.

Incluso, desde el Chileno Norteamericano, Cristina Cádiz agrega: “Una cosa es clara: la necesidad de estudiar inglés no va a cambiar, por lo que somos nosotros los que tenemos que adaptarnos a poder cumplir con ese requerimiento”.