Febrero de 2010. Chile. Uno de los terremotos más grandes de que se tenga conocimiento cortó la conectividad de las telecomunicaciones de norte a sur del país a la altura de Concepción. Las redes de telefonía estaban en el suelo. En un trabajo en conjunto entre el gobierno de la época, los operadores móviles y el proveedor de tecnología para las telecos -Huawei-, se logró detectar el problema que estaba cerca de la ribera del Biobío y resolvieron el problema. “Se repuso la conexión, haciendo posible retomar las comunicaciones de emergencia y la coordinación de ayuda, además de las comunicaciones de las familias”, comentan desde Huawei sobre ese evento.

Quizás este tipo de hitos no es parte del día a día de la industria de la telefonía móvil, pero tampoco es algo aislado, tomando en cuenta que Chile es un país que frecuentemente enfrenta desastres naturales. Aluviones, nevazones, incendios forestales son sólo algunos ejemplos. Sin ir más lejos, por estos días existe una “alerta naranja” por la fuerte actividad del volcán Villarrica, en la Región de La Araucanía.

Un claro ejemplo de qué pasa en las redes durante una catástrofe se dio durante los últimos temporales en la VII Región, una de las más afectadas por las inundaciones: el día 21 de agosto el tráfico de voz de la red móvil de ClaroVTR aumentó un 52% respecto de un día habitual. Por otro lado, durante los incendios forestales del verano pasado, se activó el Roaming Automático de Emergencia y a través de la red móvil de ClaroVTR se observó un crecimiento de 100% en el tráfico de datos y de 287% en el tráfico de voz durante las dos primeras semanas de febrero.

El caso de Gabriela es la prueba más fehaciente del valor de la conexión. En pleno temporal logró contactar en vivo a un matinal y pedir socorro para nueve personas que aisladas y sin alimentos en el sector de Radal (precordillera de la provincia de Curicó), llevaban dos noches a la deriva, entre inundaciones y derrumbes. “La industria de las telecomunicaciones es un ejemplo de resiliencia durante las crisis. La telefonía celular es el mejor canal de comunicación para entregar información en situaciones de emergencia”, comentan desde ClaroVTR.

Hoy un teléfono móvil puede detectar, observar y medir las condiciones ambientales de un lugar. Algunos tienen sensores como acelerómetros, brújulas, GPS, micrófonos y cámaras. Puede recopilar datos sobre la calidad del aire, la contaminación atmosférica, los niveles de ruido y otros parámetros medioambientales. Hay un montón de posibilidades para utilizar estas capacidades de un smartphone en la resolución de algunos problemas del mundo real.

No todos saben que a la hora de adquirir un teléfono móvil se debe verificar que tenga en su empaque el sello Multibanda/SAE, que certifica que el dispositivo recibe estas alertas. El Sistema de Alerta de Emergencias (SAE) implementado por la Subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel) y el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred) funciona desde 2017.

A partir de ese año la autoridad exige que todos los teléfonos móviles que se comercialicen en Chile cuenten con la tecnología para recibir alertas. Anualmente se realizan pruebas del funcionamiento, operatividad, alcance y efectividad del sistema ante lo que podría ser una emergencia real, con el objetivo de salvar vidas. Los usuarios reciben una alerta para evacuar zonas afectadas por catástrofes y ponerse a resguardo.

Por otro lado, a fines del 2022 se creó el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred), que vino a reemplazar lo que era la Onemi. Se estableció que dicha entidad debe mantener un Sistema Nacional de Comunicaciones integrado y robusto, que permita el flujo de comunicaciones permanentes con las organizaciones del sistema que participan en todas las fases del ciclo del riesgo de desastres, y que considere, a lo menos, la interoperabilidad, confiabilidad, escalabilidad, portabilidad, resiliencia y redundancia.

“La normativa indica que el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, de conformidad con el artículo 6, letra f), del decreto ley N° 1.762, de 1977, deberá reservar un espectro radioeléctrico para efectos de permitir las comunicaciones del sistema en los eventos de emergencias o desastres y en cualquiera de sus fases del ciclo del riesgo de desastres. Pero de esto no hay nada aún y nos acercamos a otro verano con el riesgo que significa en términos de incendios”, alerta Rodrigo Ramírez, exsubsecretario de Telecomunicaciones.

Con respecto a la demanda de comunicaciones de los organismos que gestionan las emergencias en el país, Ramírez señala que “se instaló la idea de que debía haber una infraestructura y servicios de comunicación disponibles para toda la población cuando se produzca un desastre o una emergencia. Eso no es así. Debe haber un sistema de comunicaciones de emergencias y misión crítica para los organismo y servicios que gestionan la emergencia en el país. ¿Serán cuatro mil personas en Chile que a todo evento deben estar comunicados? ¿Será un número determinado de instituciones? ¿Los hospitales y servicios de salud? ¿Las comisarías? ¿Los cuarteles de Bomberos? Todos estos puntos son usos prioritarios y a todo evento que aún quedan por definir”.

1. A la hora de adquirir un teléfono móvil se debe verificar que tenga en su empaque el sello Multibanda/SAE que certifica que el dispositivo recibe estas alertas.
2. Si sabemos que enfrentaremos un fenómeno natural de proporciones (inundaciones, frentes de mal tiempo, incendios forestales), asegurarse de cargar completamente su teléfono principal o cualquier teléfono adicional que tenga.
3. Para obtener energía de respaldo, cargar baterías portátiles como computadoras portátiles.
4. Para prolongar la duración de la batería, activar modo de bajo consumo.
5. Descargar aplicaciones útiles como Cruz Roja (primeros auxilios). En Google Maps puedes descargar mapas sin conexión.

1. Lo primero, usar mensajería de textos. El objetivo es disminuir la capacidad de conectividad factible de alcanzar en situaciones de adversidad.
2. Informarse, comunicarse y coordinarse en su red (chat de vecinos, oficina, familia, etc).