Si algo nos ha dejado como enseñanza la pandemia, es que la tecnología ha cumplido un papel fundamental para sortear los difíciles momentos del confinamiento, entregando herramientas como el teletrabajo, que ha permitido mantener la productividad y, a la vez, ayudar al tan necesario distanciamiento social. ¿Pero qué pasa con la tercera y cuarta edad que han decidido seguir trabajando. ¿Cómo los ha afectado o ayudado esta revolución tecnológica?

Los expertos coinciden en que el factor clave por parte de las compañías es desarrollar la confianza en el adulto mayor, entregando para ello herramientas, capacitando y permitiendo que trabajadores más jóvenes colaboren de manera activa en esta transición.

Anabella Capetillo, gerenta de Diversidad e Inclusión de ManpowerGroup, enfatiza que las empresas en este nuevo escenario deberían considerar planes de nivelación vinculados a la alfabetización digital para trabajar las posibles brechas existentes y apoyar a los talentos en la adquisición de las habilidades necesarias en esta nueva era.

“La tecnología es un tema en el cual necesitamos nivelar a aquellas personas que no son nativas en el uso de esta. Sí, es necesario emplearla, pero más allá de ser negativo o positivo, hay una ventaja que poseen las personas que tienen muchos años en una empresa, y es que entienden que no todo se hace a través de un correo electrónico. Tienen la característica de favorecer las relaciones interpersonales de manera más sólida y sostenible”, destaca.

En la misma línea, sostiene que “también es muy importante desarrollar la confianza en las personas para que puedan decir lo que desconocen. Existe mucho temor en los colaboradores y colaboradoras en decir que tal vez no se manejan muy bien en algún tema, en este caso tecnológico, por miedo a que eso sea causal de no poder conseguir un desarrollo efectivo de carrera, e incluso una desvinculación”.

Patricio Delgado, gerente general de Augure, consultora especializada en transformación digital y gestión del cambio, explica que este proceso de cambio tecnológico “que hemos vivido en los últimos meses, gatillado por la pandemia, ha sido realizado a la fuerza, por lo que hay áreas que están fallando y existe una necesidad de revisar los procesos de transformación digital que fueron realizados. Uno de ellos es la inclusión de los adultos mayores, dado que no se les ha dado la suficiente atención para entender su problemas y necesidades particulares, y para poder ayudarles a ver los beneficios de la transformación digital en su forma de trabajar”.

Agrega que “las organizaciones deben darse cuenta del beneficio de incluir a adultos mayores en los lugares de trabajo, ya que poseen habilidades claves para mejorar el negocio, consolidar el conocimiento y aumentar el compromiso organizacional. Apoyar a los adultos mayores con acceso a monitores internos y talleres para nivelar sus capacidades digitales, permite ayudar a explotar el máximo potencial que pueden entregar en la organización”.

Teletrabajo

Respecto al papel que ha jugado el teletrabajo en el adulto mayor, Capetillo reconoce que “como realidad laboral representó cierta dificultad para todas las personas en general, sobre todo para aquellas que no se manejaban en el uso de plataformas digitales, o no contaban con los recursos o comodidades necesarias en su domicilio para tener dichas instalaciones”.

“La regla general dice que el adulto mayor tiene mayor dificultad para manejarse en distintas plataformas; sin embargo, allí existe una oportunidad ideal para generar espacios de mentoría con personas más jóvenes de la compañía, que fomenten la creación de círculos virtuosos de apoyo entre talentos de diversas generaciones”, explica.

Sobre este último punto, Diego Stevens, experto en temas de transformación digital y CEO de Clever-IT, coincide en que “es una tarea conjunta lograr que los colaboradores mayores se adapten a la transformación tecnológica tan bien como un colaborador más joven. Nos hemos encontrado con adultos mayores muy dispuestos y que han conseguido grandes resultados. Lo importante es que entendamos que son personas que han vivido revoluciones tecnológicas importantes en una sola vida: la aparición de internet, de los teléfonos inteligentes, incluso de los computadores, y en todas se han adaptado”.

Destaca que “siendo una población de alto riesgo (adultos mayores), era necesario que se adaptaran, no solo por no perder su trabajo o porque la empresa no quiere perderle a él o ella, sino porque, además, otros aspectos de la vida se están haciendo cada vez más tecnológicos y queremos que tengan una participación activa en una sociedad que es cada vez más digital”.