Tuvieron que armar un escritorio en el dormitorio principal o hacer un espacio en una esquina de la mesa del comedor para instalar su computador y una silla. Así se tuvieron que acomodar los trabajadores de clase media para poder teletrabajar. La nueva modalidad laboral llegó para quedarse en un Chile que buscar cómo seguir operando luego de la pandemia.

Cómo ha sido la experiencia y qué aspectos se pueden mejorar son parte de los resultados que arrojó una reciente encuesta realizada por Criteria Research, por encargo de Metlife, compañía de seguros que quiere meterse en la cabeza de la clase media y busca conocer sus principales inquietudes.

El estudio “Clase media, teletrabajo y salud en el Chile post coronavirus” es la segunda parte de un primer acercamiento que tuvo la privada con este grupo socioeconómico el año pasado, días antes del 18 de octubre, y que mostró los temores que aquejan a este grupo social.

Este nuevo informe fue elaborado entre el 17 de julio y el 3 de agosto pasado y analiza 810 casos de jóvenes y adultos de entre 25 y 59 años que están teletrabajando y que pertenecen a los grupos C1b, C2 y C3, quienes detallaron a la consultora cómo es su jornada laboral, en qué ocupan su tiempo libre, su vida familiar, sus dolores y también sus preocupaciones. Todo esto enfocado en conocer qué se puede mejorar para evitar que en el futuro, el teletrabajo afecte la salud de los chilenos.

“El teletrabajo llegó para quedarse y de ahí parte el interés de Metlife para saber cómo la clase media se inserta en este contexto y cómo aportar, según las fortalezas y las debilidades que ve este grupo socioeconómico en esta modalidad laboral. Se trata de una conversación social de algo que va a venir”, explica el director de Criteria Research, Cristián Valdivieso.

“El nuevo estudio -que realizamos junto a Criteria- concluye que el teletrabajo bien implementado impacta positivamente en la calidad de vida de las personas y en su salud mental. Entre los aspectos más valorados están el mayor tiempo libre para estar en familia o para el ocio, lo que está directamente relacionado con la disminución de los tiempos de traslados, factor que es determinante para la clase media. El riesgo que asoma es una jornada laboral extendida y la hiperconectividad”, señala el gerente general de Metlife, Andrés Merino.

Más tiempo y más trabajo

De los encuestados, el 53% considera que teletrabajar ha sido una “buena y muy buena” experiencia versus 21% que la califica como “mala y muy mala”. El 42% considera que está modalidad laboral es mejor que el trabajo que realizan en las oficinas, porcentaje que crece entre quienes antes ya habían tenido una experiencia de trabajar desde el hogar.

En este ámbito, el informe destaca que el aspecto más valorado entre los encuestados es tener más tiempo disponible para la familia y el ocio, gracias, principalmente, a la reducción del tiempo de traslado. Esta tarea requería incluso que los trabajadores destinaran más de dos horas en un trayecto de ida y otras dos horas en el regreso al hogar. “Ahora ese tiempo lo tienen disponibles para ellos”, se lee en la encuesta. La contracara, que es uno de los aspectos de riesgo del teletrabajo, es que trabajar desde el hogar “derive en un mayor tiempo de trabajo o en un trabajo extendido”.

En ese sentido, el estudio indica que hay una fuerte necesidad de protocolizar la jornada laboral y establecer un orden. Según las vivencias de algunos encuestados, es común que los empleadores hagan solicitudes fuera del horario laboral o incluso recomiendan hacer ciertas gestiones durante los fines de semana “total no hay panorama”, relata una encuestada.

Esto, indican los consultados, genera una confusión respecto a los límites en que los trabajadores están “conectados y disponibles”. De acuerdo con Criteria Research, esta conducta genera una presión adicional sobre los trabajadores que se sienten obligados a mostrarse “constantemente activos y conectados”.

“El lado negativo que aparece en la encuesta, cuando el 21% califica el teletrabajo como una “mala y muy mala” experiencia, tiene relación con el horario extenso o más trabajo. Ese es uno de los riesgos que conlleva el teletrabajo, porque eso se asocia con agotamiento, cansancio, estrés y encierro. El gran desafío es que el mayor tiempo que empiezan a ganar los teletrabajadores tenga que ver con calidad de vida en vez de seguir aumentando el teletrabajo”, explica Cristián Valdivieso.

Añade que tener un horario más claro del inicio y término de la jornada es clave. “Hay que protocolizar mejor el teletrabajo y eso es un tremendo desafío y es un desafío para las empresas y también para los trabajadores, los que tienen que hacer cumplir ese horario”, indica Valdivieso.

Espacio óptimo y salud

Otro factor que se destacan en las experiencias que recoge el estudio es el lugar donde las personas están trabajando. El 52% de los encuestados comparte el lugar que designó para teletrabajar. Y en relación al lugar donde tienen su “oficina”, el 39% utiliza el comedor, mientras que el 37% usa el dormitorio principal. Más bajo, con 6% aparecen lugares como terrazas y 1% ocupa el sótano para poder realizar sus labores. “Mientras que el dormitorio es el principal espacio para los más jóvenes, el comedor lo es para los más adultos”, indica la encuesta.

“La gente que fue encuestada entiende que este cambio a teletrabajar fue algo abrupto. La gente se tuvo que acomodar y como resultado a ese acomodo, la gente no tiene un espacio exclusivo y eso ya entrega ciertas dificultades, porque incide en la experiencia. De hecho, la gente que tiene espacios solos o separados tiene mejor experiencia con el teletrabajo”, explica Valdivieso.

Y la salud también se ha visto impactada por esta nueva forma de trabajar. Según los encuestados, el 69% ha sufrido de alguna enfermedad en estos meses de pandemia en que ha estado teletrabajando. Entre los malestares que más han aumentado, el 44% de los consultados han aumentado los problemas de ansiedad; el 42%, insomnio, y 39%, el estrés.

El aumento de peso también ha sido uno de los problemas que más se han registrado en este escenario de teletrabajo. De hecho, el 44% ha visto un aumento de su peso corporal. Pero, pese a estos riesgos, la mayoría de los encuestados muestra una mayor predisposición a seguir trabajando desde los hogares. También se habla de una modalidad mixta, que permite tener una mayor flexibilidad para ir unos días a la oficina y otros teletrabajar. “Ese es el gran desafío que viene hacia adelante: migrar hacia una modalidad mixta. Pero lo bueno es que la gente le dice: “sí, vale la pena teletrabajar”, destaca Valdivieso.

Y añade, “hay que preocuparse que la gente entienda que tiene que usar su tiempo libre en actividades que mejoren su calidad de vida. Hay que darles un impulso”, recalca.