Los mercados argentinos tienen una nueva causa para temblar: una elección presidencial cuyo resultado es difícil de predecir y que podría dar paso a un candidato libertario radical al que los inversionistas no saben si deben amar o temer.
A menos de tres semanas de la votación del 22 de octubre, los bonos están cayendo y el peso se ha desplomado a un récord de 800 unidades por dólar en el popular mercado alternativo, que refleja el verdadero valor de la moneda local mientras la paridad oficial está enjaulado por controles de capital.
”Los dólares financieros superando los 800 pesos y los bonos en caída son un reflejo de toma de coberturas por parte de los inversores”, dijo el economista Roberto Geretto, de la firma de inversiones Fundcorp.
”El ‘trade electoral’ pasó a ser miedo electoral ante un plan ‘platita’ (ayuda social gubernamental) que aumenta las distorsiones económicas y un plan dolarizador que genera más dudas que certezas”, agregó.
Las encuestas tiene al libertario Javier Milei al frente. Ha prometido algunos planes favorables al mercado, que incluyen fuertes recortes del gasto y dolarización de la economía, pero sigue siendo un candidato desconocido y volátil. También quiere cerrar el banco central.
Sus principales rivales son el ministro de Economía de la coalición gobernante de centroizquierda, Sergio Massa, y la exministra de Seguridad conservadora, Patricia Bullrich. Milei lidera los sondeos, pero los analistas esperan una segunda vuelta, aunque todo es posible.
Un candidato gana directamente la presidencia con el 45% o el 40% y una ventaja de 10 puntos sobre el segundo lugar. De lo contrario, el 19 de noviembre se llevará a cabo una segunda vuelta para elegir al próximo presidente de Argentina.
La incertidumbre electoral ha agravado una crisis económica ya compleja tras años de mala gestión, profundos déficits fiscales y una deuda creciente. La inflación es del 124% anual, las reservas netas del banco central son negativas, mientras que el gobierno se vio obligado a devaluar el peso en 20% en agosto.
La pobreza (hogares que viven con menos del equivalente a US$ 215 al mes en la capital, Buenos Aires, y sus alrededores, cifra que varía en otras partes del país) ha superado el 40% y las tasas de interés están en el 118% anual, estrangulando el crédito.
”La debilidad internacional, las políticas electoralistas para estimular la demanda agregada a costa de mayor déficit y emisión monetaria y la propia incertidumbre que los comicios irradian configuraron la tormenta perfecta”, dijo GMA Capital.
La deuda soberana extrabursátil del país sudamericano, que ya se encuentra en territorio complejo después de un importante default y reestructuración en los últimos años, cayó más del 10% la semana pasada, liderada por los bonos en moneda local, y registró una caída aún mayor el lunes.
Los inversionistas están apostando a otra devaluación después de las elecciones, lo que ejercerá presión sobre el peso y provocará una carrera por dolarizar sus tenencias. El tipo de cambio del mercado negro supera más del 100% al tipo oficial de 350 pesos por dólar.
”A menos de un mes para las elecciones generales, el mercado local parece debilitarse ante la expectativa de un salto en el tipo de cambio”, dijo Mauro Natalucci, de Rava Bursátil.
Las operaciones futuras en pesos muestran apuestas a una inminente devaluación de la moneda.