A fines de mayo, la disputa que separa a los hermanos Segundo, Magdalena, Teresa y Jonás Gómez Pacheco comenzó a despejarse. Hace algunas semanas, sus representantes se reunieron con quien ha oficiado de mediador, Herman Chadwick Piñera, para al fin -tras años de diferencia- sellar un acuerdo para distribuir los bienes familiares.

Si bien el patrimonio de la familia Gómez es liderado por la minera Carola-Coemin, además de un centenar de propiedades, existe un activo no menor: el 9,8% de Clínica Las Condes, a través de Inversiones Cono Sur y el FIP Llaima. Es que los hermanos no solo son hijos del exsenador radical Jonás Gómez Gallo, y propietarios de una fortuna de más de US$ 1.200 millones, sino que son el tercer accionista de CLC, un peso que pasa inadvertido entre las disputas y arremetidas de los principales socios de la entidad: los doctores y el grupo Auguri, con Cecilia Karlezi a la cabeza.

Caracterizados por un profundo bajo perfil, los Gómez son parte de CLC desde 2010, y hoy su participación les da derecho a un director, por lo que las decisiones tras ese porcentaje no le son indiferentes a nadie.

De la venta a la adjudicación

El conflicto de la familia Gómez Pacheco tiene ya varios años. En 2017, Segundo Gómez -con sus hermanas Magdalena y Teresa- pidió un arbitraje para separar aguas y que su hermano Jonás dejara la administración que compartían, dado que -a juicio del primero- había sido negligente en su desempeño. De ahí en adelante se sucedieron una serie de acciones judiciales cruzadas, que nutrieron tanto la arena civil como penal. Demandas, mediaciones, querellas por administración desleal, y así suma y sigue.

A fines de 2017, no obstante, se abrieron canales de comunicación, y al alero del árbitro Jaime Ríos se firmó, en enero de 2018, un acuerdo de repartición de bienes que no prosperó. En este acuerdo se establecía que las acciones de CLC serían enajenadas en un solo paquete, mediante una venta a precio de mercado en una oferta o licitación pública. De hecho, se decidió -aunque no se concretó- entregar un mandato a LarrainVial para ello y fijar como fecha probable para realizar la operación este primer semestre; el 9,8% fue incluso ofrecido al grupo de Karlezi, lo que no avanzó. Jonás Gómez se querelló contra el árbitro y el acuerdo no llegó a puerto, aunque a nivel de las acciones la enajenación no prosperó por un motivo adicional: la desconfianza entre ambos bloques impidió desarrollar la venta.

Así, las desavenencias siguieron avanzando hasta que el arbitraje lo tomó Herman Chadwick Piñera. El abogado logró poner de acuerdo a las partes y hace dos semanas salió humo blanco, el que se tradujo en un cambio absoluto respecto de las acciones de CLC.

El patrimonio familiar está dividido en tres partes: una para cada hijo hombre y otra para las dos mujeres. Dado ello, viéndolo a nivel de bloques, Segundo tiene 2/3 de los bienes -ya que está unido con sus hermanas-, y Jonás, 1/3.

El nuevo acuerdo establece que los títulos de la clínica no se venderán. Por el contrario, se adjudicarán a los bloques en relación a sus participaciones. Es decir, Segundo se quedará con un 66% del 9,8% -o sea, cerca de 6,5% de la propiedad-, y Jonás con el resto. Dado ello, aquellos grupos que podrían haber estado detrás de esa participación deberán redefinir la estrategia.

Es que cercanos a Segundo precisan que la idea del empresario sería mantener los papeles. Si bien la clínica está alejada de su core business que es la minería, su hermana Teresa y su sobrino Boris Marinkovic son médicos, por lo que preferirían no enajenar los papeles. Todo lo contrario, no se descarta que una vez sellado el acuerdo -aún faltan trámites para ello- salgan a comprar para elevar su participación hacia un 10% que les permita mantener un director. Hoy, el representante de la familia en la mesa es Herman Chadwick, el mediador de los hermanos. Hasta abril, estaba Luis Manuel Rodríguez -identificado con el ala de Segundo-, por lo que dio un paso al lado, en pos de un candidato de consenso. Dado ese escenario, no se descarta que el mismo Boris Marinkovic pueda asumir en un momento ese cargo.

Por el otro lado, el porcentaje de Jonás -un 3,3%- es bastante menor, y si bien en un momento se planteó la posibilidad de que se lo vendiera a su hermano, el distanciamiento y la desconfianza truncaron la idea. Ahora, lo que ha dejado entrever es que no estaría entre sus planes vender, puesto que, a su juicio, la acción aún tiene espacio para seguir subiendo. Hoy, el papel transa en $ 40.093, lo que implica un patrimonio bursátil de unos US$ 480 millones. En el año, ha incrementado su valor 7,37%, un alza levemente inferior al 9,61% de 2018.

El resto de los bienes también ya tiene destino. Los Gómez poseen cerca de 400 inmuebles distribuidos en Chile, España y Rumania. Estos se repartieron en tres lotes de valores equivalentes, y hace un par de semanas fueron sorteados. Ahora, se está en proceso de adjudicar los bienes en medio de un enmarañado de sociedad que hay que reconstituir e ir haciendo los traspasos. Si bien se pensaba que todo esto terminara en 150 días, hoy se estima que el plazo será mayor.

La vaca lechera, la minera Carola-Coemin, ubicada en Tierra Amarilla, con un valor cercano a los US$ 1.000 millones y una utilidad que bordea los US$ 70 millones, se mantendrá como empresa familiar. Así, cada hermano se quedará con el porcentaje correspondiente según la fórmula de 3/3, y el directorio aumentará -se estima- de seis a siete miembros, donde cinco serán de segundo y dos de Jonás. Se administrará como sociedad anónima, prevén al interior.

De esta forma, tras años de diferencias, el acuerdo ya está listo. Las acciones judiciales ya se levantaron y toda la división se firmaría este año, con el preciado botín de Clínica Las Condes aún en manos de los Gómez Pacheco.