“Un hombre que se permite malgastar una hora de su tiempo no ha descubierto el valor de la vida”, dijo Charles Darwin. Hoy evoco esta frase, con algo de impotencia, pensando en nuestra sociedad, en nuestras familias y en nuestras mipymes. Y en si realmente estamos entendiendo como país que cada minuto que pasa es irrecuperable, en medio de esta gran crisis.

Formalmente, en Chile son 993.318 mipymes. Según datos del Servicio de Impuestos internos, dan más de 4.100.000 empleos formales (de un total de 8.734.000). De ellas 75,6% son microempresas formales, muchas solo dan empleo a su dueño y venden para vivir. Según el Ministerio de Economía, existe, además, más de un millón de microempresas informales. Se calcula que asociado a estas cifras, hay aproximadamente unos 2 millones de empleos más, informales. Es por eso que se dice que las Mipymes dan entre el 50 y el 70% del empleo nacional. Lo que significa que ellas llevan en sus espaldas una carga demasiado más grande de familias, de lo que una economía robusta debería soportar.

En torno a este número de mipymes, nos encontramos con innumerables emprendimientos que tienen objetivos muy variados: desde iniciativas para que sus dueños tengan un sustento, startups tecnológicas, comercio, cultura, y una diversidad enorme. Es por estas diferencias que las medidas que deben ir en su ayuda también deben ser diversas. Ninguna por sí sola funcionaría.

No obstante, y cada día que pasa, sin soluciones implementadas, los puestos de trabajos y las empresas se pierden. Recuperarlas mañana, será mucho más doloroso, caro y difícil. Es por eso que los emprendedores son espectadores protagónicos, impacientes y ansiosos respecto a cómo las políticas públicas se aprueban, se retrasan o se dejan de aprobar.

Para nosotros como gremio, hoy hay algunas iniciativas que son fundamentales: la puesta en marcha del Fondo Crece, por medio del cual se trabaja una línea de garantía para fondos privados, impulsada por Corfo, que busca otorgar liquidez a instituciones financieras no bancarias -como factoring, leasing y cajas de compensación- para que entreguen crédito a aquellos que no puedan acceder a créditos bancarios; la promulgación y posterior bajada del proyecto que establece beneficios para los trabajadores independientes que entregan boletas de honorarios con el fin de proteger sus ingresos; los subsidios que se estregarán a través de Sercotec, Corfo, Indap y Fosis, para aquellos microempresarios del país que viven de sus ventas diarias y no pueden recibir un crédito; y los arreglos que son necesarios de hacer para que los emprendedores más sólidos y consolidados accedan al Fogape, a través de la eliminación de su deducible.

Para todas éstas y otras medidas, estamos atrasados…. Y el reloj no para de avanzar. Pero hoy las circunstancias no dan para recriminar, sino para actuar y entender que, como dijo el filósofo y activista político Jean Paul Sartre, no podemos seguir perdiendo más de nuestro tiempo… “quizá los hubo más bellos, pero este es el nuestro”.

*Presidenta Asociación de Emprendedores de Chile (Asech)