"Estados Unidos, no subestimes la capacidad de China para contraatacar". Así se titulaba una editorial publicada ayer por el diario estatal del gigante asiático People's Daily. La belicosa retórica de Donald Trunp, en el marco de la negociación comercial, está colmando la paciencia de los chinos, que presionan a sus autoridades para que consideren represalias ante la arremetida estadounidense, que ha golpeado con especial fuerza a Huawei.
Es en ese marco, donde han cobrado protagonismo las tierras raras, las cuales se están configurando como un arma ideal para atormentar a Washington. Con un control del 90% del mercado, China es el gran líder en la producción y exportación de un grupo de 17 elementos químicamente relacionados, los cuales resultan vitales para el desarrollo de tecnología.
Todos salvo uno se usan en la elaboración de smartphones. Además, son cruciales para las baterías y motores de los vehículos eléctricos. Imanes en base a ellos están presentes en las más avanzadas turbinas de energía eólica. Y, en armamento, se requiere de ellos para la elaboración de radares, sistemas de visión nocturna, misiles guiados y smart bombs, entre otros.
Se trata de una variedad de productos que desarrolla la gran industria estadounidense, la cual depende en un 80% de las importaciones desde China de estos elementos.
"¿Se convertirán las tierras raras en un arma de contraataque para que China responda contra la presión que Estados Unidos ha ejercido sin ninguna razón? La respuesta no es un misterio", señalaba el influyente y más grande periódico del país, que no dudó en ponerse a la par del tono amenazante que caracteriza a Trump: "No digan que no se los advertimos", indicaron.
Empresas en alerta
Pero ayer el análisis en la materia escaló de nivel, pasando de los medios de comunicación, donde debaten diferentes sectores del Partido Comunista de China, para llegar a gobierno.
Si bien, ayer la Comisión de Desarrollo y Reforma de China aseguró que seguirá suministrando metales de tierras raras a los mercados globales, manifestó su oposición a que aquellos que las utilizan en sus productos sean los mismos que intentan frenar el desarrollo de China. "Los chinos no estarían felices", destacó el más importante organo de decisión política del país.
En ese marco, la especulación sobre un aumento de la demanda estadounidense, en un afán por incrementar su stock de tierras raras, las compañías relacionadas con esta industria se dispararon en la bolsa. La empresa china JL Mag Rare-Earth se robó el protagonismo con alza de 10% en las operaciones de este miércoles, mientras que acumula un avance de 146% en 12 jornadas. Detrás destacan China Northern Rare Earth Group High-Tech y la australiana Lynas Corp , que avanzaron 8,68% y 15%, respectivamente.
En Chile
Cabe destacar, que en Chile también hay interesados en el sector. Biolantánidos, ligada al fondo Minería Activa (gestionado por Larraín Vial y en cuya propiedad participa el banco de inversión y privados), fue pionera en buscar prospectos de este tipo para desarrollar en Chile.
Desde 2011, está desarrollando un proyecto de tierras raras en la zona de Penco y Río Lía, en la región del Biobío, mientras que ha realizado rondas de levantamiento de capital y asegura que el proyecto identificado en Chile es el más competitivo fuera de China.
¿Para qué sirven las tierras raras?
Alta tecnología. Se utilizan en baterías, speakers, pantallas, sensores y circuitos en diversos productos tecnológicos. Por ejemplo, todos salvo uno de los 17 elementos de tierras raras se requieren para la elaboración de teléfonos inteligentes.
Energía renovable. En autos eléctricos y turbinas avanzadas de energía eólica, se necesita de imanes de tierras raras, basadas en neodymium. En tanto, la luminaria LED demanda de yttrium y cerium, entre otros.
Defensa. De acuerdo a lo consignado por la revista estadounidense Foreing Policy, el Pentagono también requiere de tierras raras para sus armas. Se utilizan, por ejemplo, en radares, láseres, sistemas de visión nocturna, misiles guiados y smart bombs.