En una nueva instancia del programa “Semana Económica” de Icare, el presidente de Cajas Chile A.G, Tomás Campero, apuntó sobre los desafíos acerca de las licencias médicas en Chile. “No pretendemos que este derecho social desaparezca, al contrario, tenemos que fortalecerlo”, apuntó Campero
Ya pasó a segundo trámite la ley de licencias médicas, que pretende otorgar mayores facultades a organismos reguladores y fiscalizadores con el fin de terminar con los fraudes por licencias falsas. A los ojos de Campero, se trata de un problema del diseño del sistema, que hay que replantear. “Yo creo que hay también problemas más de fondo, o sea que no necesariamente tienen que ver con fiscalización, tienen que ver con incentivos”, sostuvo Campero.
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“El problema es que son tres millones de trabajadores, un poco menos, que en el último año pidieron licencias médicas. Fiscalizar eso no es sencillo, no hay suficientes manos y tampoco tenemos la tecnología para hacerlo”, mencionó, para después recordar lo que sucedió en plena pandemia por el Covid-19, donde había mayor fiscalización, y que es algo que, según su opinión, se podría replicar.
Respecto al porcentajes de licencias falsas, señaló que, “hay un cálculo más o menos en el cual menos el 1% de los médicos, por lo tanto estamos hablando de pocos, no es la mayoría, la mayoría se comporta bien, llegó a ser casi el 20% del gasto”, indicó.
Otro de los temas que Campero puso sobre la mesa fue los criterios para otorgar las licencias. ”Para una misma dolencia, tú tienes una dispersión desde un día a 600, lo cual es muy variado (...) no puede ser que sea un criterio tan amplio”, comentó.
Acerca del nuevo proyecto de ley, Campero valoró que, según su mirada, la iniciativa “le da un mayor rol como como autoridad rectora a la Superintendencia de Seguridad Social y eso es muy bueno porque era tener una cabeza clara de que pudiera diseñar y repensar, y por ahí puede venir, digamos algunos cambios que no requieren ley, que sean normativos”.
Pese a lo anterior, también Campero reconoció que “no resuelve los problemas de prevención que es donde debiéramos nosotros estar trabajando, para que lo ideal es que no se ocupen licencias médicas. Que hubiera mucha más prevención en las empresas, en realidad con el involucramiento de los empleadores dando el incentivos”.
Otro problema que apunta es sobre la falta de financiamiento de los entes que deben pagar las licencias, con lo que se demoran en pagarlas. “No puede ser que no estén los recursos para pagarle a una persona enferma”, dijo.
Para Campero, otro punto a tener en cuenta respecto a la discusión, es acerca de los problemas económicos causados por las licencias médicas. “Esto tiene muchos efectos colaterales, o sea, el ausentismo en las empresas, el reemplazo. Hay muchos otros problemas asociados al problema de licencias médicas, pero hay que ver de todo cuáles son los principales, los temas de causales, como las enfermedades mentales probablemente requieren un trabajo distinto. Después está todo el tema del diseño de la política que puede ser algo, que yo creo que puede haber más acuerdo y no digo que sea más sencillo, porque todo es complejo, pero digamos ponernos de acuerdo con tasas de reemplazo en vez del 100 del 90 gradual”, explicó.
