Toyota Motor Corp. apunta a triplicar la producción de automóviles en China para el 2030 en un esfuerzo renovado por recuperar el terreno perdido en el mercado más grande del mundo, según personas familiarizadas con el plan.

El mayor fabricante de automóviles de Asia tiene como objetivo fabricar 3,5 millones de vehículos anualmente en China ese año y aumentar las importaciones en el país a medio millón de vehículos, según las fuentes, quien solicitó no ser identificado porque las metas internas son privadas por el momento. En la actualidad, Toyota puede producir anualmente 1,16 millones de automóviles en China, y el año pasado vendió 1,3 millones en dicho país, con una participación de mercado del 4,5%. Por su parte, Volkswagen AG y General Motors Co. vendieron más de 4 millones cada uno.

Las autoridades chinas han recibido con entusiasmo la tecnología híbrida –en la que Toyota fue pionera con el Prius–, en medio de una constatación de que los vehículos eléctricos probablemente no sean capaces de alcanzar los ambiciosos objetivos medioambientales de Pekín, indicaron las dos fuentes. El gobierno apunta a que una quinta parte de las ventas de automóviles para el año 2025 sean los llamados vehículos de nueva energía, que incluyen vehículos eléctricos e híbridos enchufables. Las cuotas estrictas para la producción de vehículos de nueva energía entrarán en vigencia a partir del próximo año.

Toyota está trabajando para corregir su rumbo en un mercado donde VW, GM y fabricantes locales como Geely Automobile Holdings Ltd. están fortaleciendo su presencia con líneas de producción con gran capacidad para vehículos enchufables. Geely, controlada por el multimillonario Li Shufu, superó a todos sus rivales japoneses para convertirse este año en el tercer mayor fabricante de automóviles de China en términos de ventas. Por el contrario, Toyota tuvo que retrasar la introducción de un Corolla híbrido enchufable hasta el año próximo, mientras que la versión eléctrica del crossover compacto C-HR no saldrá al mercado hasta 2020.

La iniciativa en China es una de las formas en que Toyota se está adaptando a los rápidos cambios en el mercado automotor: un enfoque en vehículos sin conductor, es otra. El martes, Toyota dijo que invertirá US$500 millones más en Uber Technologies Inc. y que planea fabricar minivans cargadas con el software de la compañía estadounidense, mientras que planea iniciar las pruebas en la red de transporte compartido de Uber en 2021.

Expansión de su fábrica

La compañía con sede en la ciudad de Toyota tiene como objetivo aumentar la capacidad china a 2 millones de vehículos al año a principios de la década de 2020, en dirección hacia su objetivo de producción de 3,5 millones de vehículos al año, informaron dos de las fuentes.

La compañía planea ampliar la capacidad en Tianjin en 120.000 unidades anualmente con su socio local, China FAW Group Co., según un documento publicado en un sitio web del gobierno local. La inversión totalizará 1.760 millones de yuanes (US$258 millones), y 110.000 vehículos de los fabricados allí serán híbridos enchufables y el resto serán eléctricos, según el documento.

Además, Toyota construirá una nueva fábrica en Guangzhou con su otro socio local, Guangzhou Automobile Group Co., con capacidad de producir 200.000 vehículos al año, informó Nikkei durante el fin de semana. La empresa conjunta también está ampliando sus instalaciones existentes para fabricar 120.000 automóviles adicionales, lo que elevará la capacidad anual a 1,7 millones de unidades para el 2021, indicó el periódico.

Toyota dijo que está analizando cómo reforzar su organización para acelerar su negocio chino, pero declinó comentar sobre medidas específicas. Toyota dijo que posiciona a China como uno de los países más importantes dentro del mercado global.

Los planes no vienen sin desafíos. Después de años de rápido crecimiento, el mercado chino está mostrando signos de enfriamiento. Las ventas de automóviles se expandieron solo un 3 por ciento en 2017, la tasa más baja de los últimos años, con un ritmo similar previsto para el año en curso, según la Asociación de Fabricantes de Automóviles de China, respaldada por el estado.

Aun así, China ha estado mejorando el acceso a su mercado y el mes pasado recortó los aranceles de importación de automóviles de un 25% a un 15% y comenzó a flexibilizar las normas que limitan la propiedad extranjera de las empresas conjuntas. Eso se compara con el mercado más grande de Toyota, Estados Unidos, donde la administración del presidente Donald Trump estaría considerando aranceles para los automóviles de hasta el 25%, incluso cuando ese mercado se contrae.

Toyota vendió más de 2,4 millones de vehículos en EE.UU. el año pasado, casi el doble que en China.