Toyota Motor ha vendido tantos autos que hay uno frente a cada vivienda japonesa. Ahora quiere llevar robots a su interior.
Conocida por sus líneas de montaje automatizadas, Toyota contempla un futuro no muy lejano en el cual los robots salen de la fábrica y se convierten en una presencia habitual en los hogares, donde ayudan con las tareas domésticas -y hasta ofrecen compañía- en una sociedad que envejece donde un cuarto de la población tiene más de 65 años y millones de adultos mayores viven solos.
Las máquinas se han hecho mucho más inteligentes en los últimos 10 años. Sin embargo, todo intento de crear una que pueda hacer cosas simples como cargar una máquina lavadora o transportar alimentos encuentra el mismo problema físico: cuanto más fuerte es un robot, más pesado y peligroso se vuelve. Toyota destina al proyecto US$29.000 millones de reservas de efectivo, un nuevo centro de inteligencia artificial y el trabajo de Gill Pratt, que dirige el proyecto.
"Es una compañía que tiene tantos recursos que nunca se la puede ignorar", dijo Morten Paulsen, analista en Tokio de CLSA Japan Securities, que cubre la industria robótica desde hace décadas.
Toyota ha experimentado con robots desde por lo menos 2004, cuando presentó un humanoide con dedos móviles, pulmones y labios artificiales que tocaba la trompeta y podía acompañar a una orquesta humana.
Del laboratorio al living
Desde entonces la investigación se ha vuelto más práctica. El último androide de Toyota, el T-HR3, es una suerte de avatar que puede manipularse a distancia por medio de gafas que permiten a los usuarios ver a través de los ojos de la cámara de la máquina. El aparato podría servir algún día de brazos y piernas a los inválidos o como reemplazo de rescatistas en zonas de desastre.
En 2015 la compañía automotriz gastó US$1.000 millones para abrir su Toyota Research Institute en Silicon Valley, que se concentra en inteligencia artificial. El año pasado creó un fondo de US$100 millones para invertir en startups y nueva tecnología robótica. Este año la compañía reestructuró su división Partner Robot para acelerar la toma de decisiones y reducir los tiempos de desarrollo.
"De pronto crece la presión interna para avanzar más rápido", dijo el gerente Keisuke Suga en un reciente foro del sector cerca de la sede de Toyota City de la empresa automotriz.
El Robot de Apoyo Humano (HSR por la sigla en inglés) de Toyota es la máquina que la compañía ve más cerca de dar el salto del laboratorio al living. Se trata del equivalente robótico de un Corolla: todo función, sin cosas superfluas. El HSR es un brazo retráctil montado sobre ruedas con una pantalla de video en la parte superior y dos grandes ojos de cámara que le dan los rudimentos de un rostro.
Pesa lo mismo que seis bolas de bowling, pero puede levantar una carga de sólo 1,2 kilos, el peso aproximado de una botella de agua mediana.
Sin embargo, equipada con el software adecuado, la máquina puede hacer algunas cosas interesantes, como aprender la ubicación de libros, lapiceras y otros objetos en un estante y ordenar una habitación caótica.
Toyota no dijo cuándo sus asistentes para el hogar estarían disponibles para los consumidores. Pero el asesor Masanori Sugiyama, un exgerente del programa de robots, dice que el HSR podría estar listo para funcionar en hospitales y residencias para ancianos en dos o tres años y cumplir tareas simples como ordenar o distribuir comidas. La espera será más larga en el caso de máquinas que tengan mayores habilidades.
"Tienen que poder entender qué piensa la gente y tener empatía", dijo Sugiyama. "La idea es que el robot sea un amigo".