El gobierno quiere acelerar la tramitación de su proyecto de adaptabilidad laboral. Y si bien ya anunció que le pondrá suma urgencia, ahora también evalúa como estrategia legislativa tramitarlo de manera paralela con la iniciativa de trabajo a distancia o teletrabajo.
Ambos proyectos están hoy ingresados en la Comisión de Trabajo del Senado a la espera de que sea despachado el texto de sala cuna universal lo que, según los cálculos del Ejecutivo, no debería ser más allá del 21 de agosto.
La idea de avanzar de manera conjunta se debe a que ambas materias tienen un objetivo común: dar mayor flexibilidad al mercado laboral.
De acuerdo con fuentes del gobierno, la decisión aún no está tomada y se encuentra en fase de estudio, pero el análisis que hacen es positivo, puesto que de esa manera se agiliza la agenda legislativa y, además, afirman, ambos proyectos son complementarios. Sin embargo, la decisión debe ser en conjunto con la presidenta de la esa comisión Adriana Muñoz (PPD), quien hasta ahora no se ha manifestado sobre esa posibilidad.
Los proyectos. La iniciativa de teletrabajo, que se viene tramitando hace un año, tiene por objetivo facilitar las condiciones para que los trabajadores puedan prestar servicios bajo condiciones de dependencia y subordinación desde sus hogares u otro lugar diferente a la empresa, buscando, de este modo, incrementar las tasas de empleabilidad de sectores de la población con baja participación en el mercado laboral.
Además, esta iniciativa legal pretende facilitar la compatibilización del trabajo y la vida familiar, toda vez que permite que los trabajadores a distancia puedan armonizar sus labores con otros aspectos como la realización de deporte u otros hobbies, que contribuyen a un desarrollo más saludable.
A su vez, el de adaptabilidad se centra -tras la indicación anunciada- en reducir las horas efectivas pasando de 45 a 41 horas semanales promedio por trimestre, pero con flexibilidad laboral. Es decir, que se pacten los horarios entre la empresa y el trabajador. La idea del Ejecutivo es igualarse a lo que sucede en países de la Ocde.
En este punto, señalan en el gobierno, se cruza con la iniciativa de teletrabajo, ya que el propósito es que las personas puedan negociar su jornada con el empleador y una opción es que la desarrolle desde su casa y, de esa manera, que sea más compatible con la vida familiar.
Se espera que la decisión final se adopte una vez que comience a discutirse el proyecto de adaptabilidad laboral.
Desde Chile Vamos salieron a defender y a tratar de convencer a algunos parlamentarios de la coalición de que la propuesta de 41 horas semanales promedio es superior a la de la oposición.Para ello, difundieron una minuta explicativa con los cambios que quiere impulsar el Ejecutivo.
Lagos aboga por la gradualidad
El expresidente Ricardo Lagos entró al debate por la reducción de la jornada laboral y señaló que se debe avanzar a trabajar menos horas, pero se debe hacer con gradualidad. "Cuál es el momento adecuado, ese es el tema que hay que discutir, no es un tema de blanco o negro, el tema es la gradualidad", puntualizó.