Más de 28.000 personas se congregaron en mayo en el Parque O’Higgins para participar de la Maratón 2022, que, en realidad, era la versión 2020 que no se había podido realizar debido al confinamiento por el Covid-19. Durante esos dos años miles de fanáticos del running estuvieron esperando ansiosos, mientras entrenaban cerca de sus casas, en sus respectivos clubes o en carreras de menos kilómetros.
Pero muchos miraron hacia el oriente… ahí estaba la cordillera. Había gente haciendo senderismo, mountain bike o trail running, disciplina que mezcla el clásico trekking, pero aplicando velocidad. En otras palabras, se trata de correr en los cerros u otros lugares con pendiente. Y así, al igual que el pádel, el trail running aumentó considerablemente sus adeptos durante los años más duros de la pandemia. Hoy, es un verdadero boom que se toma rutas, cerros y cumbres, con competencias prácticamente todos los fines de semana.
“Con los confinamientos y encierros, la gente empezó a valorar mucho más su libertad, salir de su casa y escapar de ambientes cerrados. Por esta razón, esta tendencia outdoor se vio potenciada tanto por sus beneficios físicos, como también por los emocionales, como una especie de terapia para superar el estrés, ansiedad y otras emociones complejas que se fueron dando durante la pandemia”, explica José Manuel Cartés, corredor de trail running y director del club ViveRunning. Cartés tiene el récord mundial de ascensión al cerro El Plomo (5.424 m.s.n.m.), con 3 horas y 56 minutos en un tramo de 16,1 km. Un aficionado al trekking realiza esa misma trayectoria en dos o tres días.
Para hacerse una idea, antes del coronavirus, el Climbing Tour (climbingtour.cl), una de las redes de competencias outdoor más importante de Chile, que tiene como uno de sus pilares al trail running, convocaba a unas 700 personas por cada fecha. Cuando se levantaron las restricciones de la pandemia, en dos días se agotaron las inscripciones para la primera competencia. Actualmente tienen seis fechas, con un promedio de 1.000 personas por cada una. “Y podría ser mucho más, lo que pasa es que aumentaron las carreras a lo largo de todo Chile, por lo que los interesados están repartidos, principalmente por el sur y centro del país”, comenta Fernando Demaría, gerente de Demaria Marketing Deportivo, los creadores del Climbing Tour.
Por lo general, participar de estas corridas implica una entrada que fluctúa entre los $14.000 a $35.000 por persona, dependiendo de la ruta, la distancia, la ubicación y el organizador. Además, el modelo de negocios para los organizadores consiste en el apoyo de marcas durante los eventos. No sólo las relacionadas al deporte (zapatillas, poleras, relojes, etc.), sino de otro tipo como marcas de automóviles, de cervezas y alimentación, entre otras. Esto, porque existen carreras tanto para deportistas de alto rendimiento, como para aficionados. “Si hace ocho años el trail running significaba el 15% de nuestra actividad, hoy es el 40%”, comenta Demaría, quien agrega, además: “Aparte de ser un evento deportivo, es un panorama familiar”.
Por su parte, Latitud Sur lleva cerca de una década desarrollando eventos en ambientes al aire libre con varios circuitos, entre los que destacan el de 10k, uno intermedio de 21k y los sobre 30k. De hecho, hace unas semanas realizaron uno de 42k en la Sierra de Ramón (Región Metropolitana). “Definitivamente la pandemia hizo que aumentara mucho el trail, pero se podría decir que el boom empezó un poco antes. Hace unos años llegaban cerca de 400 personas por fecha. En pandemia aumentó a unos 1.000. Ahora bajó a unos 600, en promedio, debido a la gran cantidad de carreras. En un fin de semana puedes fácilmente encontrarte con 4 o 5 en diferentes partes de Chile”, explica Pablo Garrido, director de Latitud Sur.
Inversión para los cerros
A diferencia de otros deportes, el equipamiento no es muy sofisticado. La clave está en las zapatillas, que parten desde los $70.000 hasta unos $150.000, para la mayoría de aficionados y más expertos. Solomon, Asics, Merrel, Brooks, The North Face, Adidas, Nike, y Columbia son algunas de las marcas más conocidas para este deporte que se pelean el auspicio de eventos, así como su apoyo a influencers y microinfleuncers en redes sociales, factor que ha sido clave en el aumento del trail.
“Definitivamente las redes sociales han ayudado, porque la gente se da consejos y datos”, cuenta Sofía Saphier, estudiante de ingeniería industrial de la Universidad de Chile y una de las máximas representantes de este deporte en Chile, quien ya ha participado de varias competencias internacionales. Incluso, es parte de quienes practican el formato de “skyrunning”, que son las carreras en altas cumbres. Saphier, que además es “atleta” (embajadora) de Adidas, opina: “Desde 2020 se aceleró mucho el trail en Chile, no solo porque los eventos sociales se cancelaron, sino también porque la gente sintió que la naturaleza era la mejor forma de despejarse y poder salir”.
La mochila con la bolsa de agua “tipo camello” es otro imperdible, ya que permite hidratarse sin tener que detenerse, así como los calcetines especializados. El resto de la indumentaria no es tan diferente al trekking: polera (en muchas competencias la incluyen), jockey, visera u otro tipo de gorro para el sol, bloqueador y guantes para protegerse de las caídas.
Pero hay un infaltable para quienes ya hacen de este deporte su fin de semana: el reloj GPS, donde destacan Garmin, Coros y Suunto, entre otros fabricantes. “Han crecido mucho las ventas para productos con funciones especializadas en trail, como por ejemplo los sensores de altimetría, o los indicadores de velocidad de ascenso vertical, lo que permite tener más datos al correr por la montaña, así como la resistencia a los golpes”, explica Alberto García, specialist trainer de Garmin Chile. Según el ejecutivo, en los últimos tres años las ventas de los productos con funciones de trail running y outdoor se han incrementado en casi 200%.
Otras características de los relojes son los mapas, que pueden cargar el trayecto, para indicar al corredor si se está alejando de la ruta. Un reloj de este tipo va desde los $300.000, hasta incluso más de $1 millón.
“El running convencional si bien ayuda a mejorar la calidad de vida, controlar el peso, y fortalecer la capacidad cardiovascular, al realizarse en superficies duras y de forma relativamente monótona, genera mucho impacto en articulaciones y desgaste, mientras que el correr el cerro es más favorable para prevenir las lesiones, fortalecer mejor la musculatura, otorgando mucho más variedad y alternativas de entrenamientos, carreras y aventuras”, dice Cartés, quien añade que Chile posee un enorme potencial en relación al deporte de montaña. “Tenemos cerros de casi 7.000 metros de altitud, el 66% de nuestra superficie está cubierta por ellos, y los paisajes y entornos son tremendamente variados, desde altiplano, desierto, glaciares, hasta bosques, lagunas y ríos”, señala.