Cuando hablamos de transformación digital, generalmente nos referimos a los procesos de cambios profundos que están llevando a cabo las grandes empresas de todos los sectores. Clínicas, estudios de abogados, empresas de alimentos, distribuidoras eléctricas, grupos económicos diversificados, bancos, compañías de seguros, empresas de retail, universidades, entre muchas otras de gran tamaño, han visto cómo sus industrias están cambiando su configuración rápidamente en todos los países del mundo.

Sin duda estas compañías ven su supervivencia a largo plazo amenazada, si no se adaptan a las nuevas reglas del juego: mejorar su propuesta de valor hacia el mercado y lograr eficiencias operacionales, a través de incorporar innovación, nuevas tecnologías emergentes y cambios en su modelo de negocio. Los directivos de todas las grandes empresas ya tienen claridad de que esta situación, lejos de ser una moda, es el nuevo entorno de negocios, por lo que cada cual está realizando los esfuerzos por adaptarse lo mas rápido posible.

Pero, por otro lado, las empresas Pyme parecieran estar más desconectadas de esta visión de largo plazo debido a que están enfocadas en los resultados de corto plazo y sus esfuerzos están puestos en la optimización del modelo actual. Las razones son variadas, aunque el efecto a largo plazo será el mismo: pérdida de competitividad, lo que, sumado a la actual situación del país, las afecta aún más.

Las pymes por su tamaño, tienen mejores oportunidades para hacer cambios profundos en menor plazo que las grandes empresas, sin embargo, muchas veces no están dispuestas (o no están en condiciones) de hacer las inversiones que permitan explorar nuevos modelos, nuevas tecnologías o nuevas formas de hacer para proyectarse hacia el futuro.

Con robotización de procesos, ventas por canales digitales, aumento de sus tickets promedios por el uso del análisis de datos u optimización en sus stocks de mercaderías o mantención de la maquinaria, pueden bajar sus costos de captura de clientes, de distribución y de producción. Por otro lado, identificando necesidades no cubiertas correctamente en sus clientes y desarrollando soluciones que hagan calce con esas necesidades, pueden aumentar sus ventas, simultáneamente a que bajan sus costos por las optimizaciones. La transformación digital de las pymes, ya no es opción, sino es una obligación. Será otro requisito para seguir sobreviviendo en el largo plazo con la actual competencia en las diferentes industrias. Es fundamental que se atrevan pues los resultados que obtengan marcarán la diferencia en las próximas décadas.

- El autor es director de Transformación Digital de Digital Bank Latam