Por amplia mayoría de 123 diputados, la Cámara aprobó la propuesta del gobierno de aplicar el IVA a los servicios digitales "prestados por personas residentes o domiciliadas en el extranjero". Fue una de las pocas votaciones en que la división de partidos no operó, ya que entre los 20 votos de rechazo y las cuatro abstenciones que obtuvo la idea, se contaron 12 diputados socialistas, dos radicales, un DC, dos PC, dos independientes y dos RN (Sofía Cid y Camila Flores).
El ministro de Hacienda, Felipe Larraín, fundamentó este nuevo impuesto como recomendación de la Ocde: "Gran parte de los países están aplicando IVA a los servicios digitales, porque no puede ser que no paguen mientras en la economía tradicional sí se hace, eso es competencia desleal. Hay que colocar las vallas a la misma altura para todos", dijo.
Eso sí, la autoridad manifestó que aplicaciones como Uber y Cabify, entre otros, deberían estar exentos de este impuesto en su calidad de transporte de pasajeros, lo cual se concretará cuando se despache la ley que regule estos servicios en tramitación en el Congreso.
Quiénes no estarán exentos, admitió, serán las aplicaciones de servicios de comida, como Rappi y Uber Eats.
Por su lado, la Asociación de Fiscalizadores del Servicio de Impuestos Internos (SII) se manifestó en contra de este nuevo gravamen. "El experto de la Ocde indicó que había que avanzar en cobrarles a las empresas digitales, pero el gobierno está haciendo otra cosa, porque ese impuesto no lo va a pagar Netflix ni Spotify, sino que las personas que consumen esos servicios", indicó su presidente, Juan Apablaza.
Asimismo, expuso su preocupación porque en el caso de las aplicaciones de servicios de comida, las personas terminarían pagando dos veces IVA: por el pedido y por el transporte.