Tres isapres concentran el 65% del total de la deuda de esa industria con las clínicas del país
Mediante un documento enviado el pasado 28 de marzo a la Comisión de Salud del Senado, Clínicas de Chile informó que la deuda total de las isapres con su sector ascendía a $507 mil millones a fines de 2022, donde lideran Colmena, Consalud y Cruz Blanca. En cambio, la deuda de Fonasa a enero de este año se ha reducido $259 mil millones.
Al alza se ha movido la deuda de las isapres con los prestadores de salud privados desde que en 2022 los resultados de las aseguradoras privadas de salud cayeron en picada, amenazando con esto la salud financiera de las clínicas del país.
De hecho, a fines de marzo el Colegio Médico de Chile y Clínicas de Chile expresaron su preocupación por “la situación que atraviesa el sistema de aseguramiento privado, por el impacto que esta crisis puede tener entre los pacientes, así como también en los prestadores”, señalaron en una declaración pública conjunta.
“Requerimos que esta situación se resuelva a la brevedad y en el menor tiempo posible, ya que seguir operando bajo estos niveles de incertidumbre es muy dañino para el sistema de salud en su totalidad” aseguraron.
En este contexto, mediante un documento enviado el pasado 28 de marzo a la Comisión de Salud del Senado, Clínicas de Chile -gremio que agrupa a los prestadores privados-, respondió a las consultas realizadas durante la cumbre de la isapres que se realizó en el Senado a mediados del mes pasado, a la que asistieron autoridades de gobierno, académicos y exautoridades.
La información entregada por el gremio detalla las deudas que tanto isapres como Fonosa tienen con la industria. Según el documento, con una muestra de prestadores privados que conforman el 57% del total de las ventas a beneficiarios de isapres, se estimó que los prestadores tienen un total de cuentas por cobrar por $714.164 millones. De dichas cuentas, dice el oficio, hay una parte que es deuda de los beneficiarios (copagos) y según estudios de la Superintendencia de Salud, en el ámbito hospitalario, estos alcanzan al 29% de las cuentas en promedio.
“Es decir, en promedio, 71% de las cuentas por cobrar por hospitalizaciones son deudas de las isapres con los prestadores. De esta manera, a diciembre 2022 las deudas de las isapres con los prestadores privados se estiman en $507.057 millones”, dice Clínicas de Chile en el oficio.
En el detalle, tres isapres concentran el 65,6% del total de dicha deuda: Colmena adeuda $127.436 millones, Consalud $103.258 millones y Cruz Blanca $102.249 millones. En el caso de Banmédica, la deuda asciende a $77.064 millones, en Nueva Masvida es de $47.487 millones, en Vida Tres es de $31.266 millones, en Isalud es de $13.649 millones (cerrada), mientras que en Fundación (cerrada) y Esencial llegan a $2.731 millones y $1.197, respectivamente.
Cabe recordar que en 2022 las isapres redujeron sus pérdidas, pasando de los -$148.465 millones de 2021 a -$138.117 millones el año pasado. Cruz Blanca, controlada por el grupo inglés Bupa, fue la isapre que más perdió durante 2022, anotando un resultado de -$42.963 millones. La segunda mayor pérdida fue la de Banmédica, del grupo estadounidense UHG, con -$32.277 millones.
A éstas les siguieron la isapre de Inversiones La Construcción (ILC), Consalud (-$26.563 millones); y la isapre de propiedad de Bethia e inversionistas reunidos por LarrainVial, Colmena (-$26.031 millones), Vida Tres (-$8.306 millones), también controlada por UHG; y Esencial (-$2.528 millones), de la Corporación Chileno Alemana de Beneficencia.
La única que logró ganancias fue Nueva Masvida, controlada por el fondo estadounidense Nexus, ya que anotó utilidades por $551 millones.
En este contexto, durante el año pasado la deuda con las clínicas no hizo más que crecer. Si para el primer trimestre llegaba a $306.639 millones, para el segundo y tercer trimestre alcanzó los $456.341 y $562.618 millones, respectivamente. Pero para el cierre del ejercicio se presentó una baja que la redujo hasta los $507.057 millones.
Las garantías
Uno de los aspectos clave sobre el que trata el oficio es el de las garantías. Las nueve isapres con deudas con los prestadores privados de salud tienen garantías en promedio de 88%, pero el oficio detalla que si bien ese porcentaje puede parecer elevado, “hay que observar los casos donde la cobertura es mucho menor, como en el de Nueva Masvida, que tiene la menor cobertura entre las isapres abiertas”.
Al respecto, Clínicas de Chile enfatiza que hay que tener en cuenta que en lo reciente las garantías han sido “de muy difícil ejecución”, considerando que para la quiebra de isapre Masvida en 2017, “los prestadores privados a la fecha sólo han logrado recuperar el pago de un 35% de sus acreencias”.
Además, detallan que, de las garantías totales mantenidas en custodia por $781 mil millones, las boletas de garantías representan el 53%. “Es importante destacar que las boletas tienen vencimiento dentro del año 2023, en este contexto de incertidumbre, basta que estas boletas no sean renovadas por los bancos, para comprometer gravemente la operación del sector prestador”, dice el oficio.
En una declaración de mediados de marzo, el gremio ya había advertido que las garantías de las isapres “en caso de requerirse, no son suficientes ni tampoco liquidables en el corto plazo”.
El caso de Fonasa
Pero mientras la deuda de las aseguradoras privadas se disparó durante el año pasado, en el caso del sector público se ha ido reduciendo.
Clínicas de Chile informa que para enero de este 2023 la deuda de Fonasa con prestadores privados ascendía a $259 mil millones, dato que “muestra el esfuerzo realizado por la autoridad para disminuir las deudas públicas con prestadores privados, considerando que a julio de 2022 la deuda total de Fonasa más la de los Servicios de Salud superaba los $352 mil millones”.
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