Tras dos años de espera, Latam finalmente podrá concretar sus acuerdos comerciales con dos grandes compañías aéreas, American Airlines e IAG, matriz de British Airways e Iberia.
Ayer, el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) dio luz verde a los joint business agreement (JBA) que firmaron las compañías en enero de 2016 para unir fuerzas en la operación de rutas, tanto para sus negocios de pasajeros como de carga.
Eso sí, tras evaluar por más de dos años los efectos en el mercado chileno que traerán los acuerdos -tras una consulta impulsada por la Asociación de Empresas Chilenas de Turismo (Achet)-, el organismo de libre competencia estableció a las compañías nueve medidas de mitigación adicionales.
"Se ha llegado a la conclusión que los riesgos que derivan de los acuerdos consultados superan a sus beneficios", dijo el tribunal que ordenó el cumplimiento de una serie de condiciones. Entre ellas, consultar al Tribunal seis meses antes de que cualquiera de los acuerdos cumpla 5 años de vigencia para evaluar la continuidad de ellos.
En mayo de 2017, las aerolíneas presentaron al TDLC un conjunto compromisos, cinco medidas, para mitigar las preocupaciones, entre las cuales propusieron revisar los resultados de estos acuerdos en un plazo de 7 años.
Adicionalmente, el TDLC ordenó establecer una fórmula de reparto de ingresos en los JBA consultados, mantener la capacidad ofrecida en las rutas directas Santiago-Miami y Santiago-Madrid, aumentar la capacidad ofrecida en las rutas Norteamérica y Europa, no cobrar precios implícitos negativos en las rutas indirectas que tengan como tramo troncal los vuelos Santiago-Miami y Santiago-Madrid, ofrecer acuerdos de programa de pasajero frecuente a nuevos entrantes en las rutas directas Santiago-Miami y Santiago-Madrid, acuerdos de combinación de tarifas a nuevos entrantes en las rutas directas Santiago-Madrid y acuerdos de prorrateo especial a nuevos entrantes en las rutas directas Santiago-Miami y Santiago-Madrid. Por último, estableció designar a un consultor para la fiscalización de estas condiciones.
"Esta decisión en principio es un precedente importante para la aviación comercial en nuestra región. Como se ha demostrado en otras partes del mundo donde estas alianzas ya son una realidad, representa una oportunidad para asegurar el crecimiento de la industria, aumentando el tráfico de pasajeros y acercando Chile al mundo, impulsando aún más el turismo, los viajes de negocios y la economía a través de la industria aérea", dijo Enrique Cueto, CEO de Latam Airlines Group.
En relación a las medidas de mitigación incorporadas por el TDLC, la compañía declinó referirse a éstas. Por el momento, señalaron que se encuentra analizando sus implicancias.
Durante la investigación la Fiscalía Nacional Económica (FNE) recomendó rechazar el acuerdo. Esto, pues un estudio presentado por ellos al TDLC aseguraba que en caso que se apruebe la operación, los riesgos serían mucho mayores a los beneficios propuestos por las aerolíneas.
Agencias de viaje reprueban la decisión
Tras la resolución del TDLC, Lorena Arriagada, secretaria general de la Asociación Chilena de Empresas de Turismo (Achet), dijo que "no existen medidas de mitigación suficientes ni efectivas para impedir los graves efectos anticompetitivos que dichos acuerdos tendrán en el mercado, las que en todo caso, además, son imposibles de fiscalizar y muy fáciles de eludir por los miembros de esta nueva alianza".
En esa línea, insistió en que el JBA en realidad "trata de un acuerdo de precios".