Irá a Capitán Yáber: tribunal ordena prisión preventiva para exgerente general de Primus Capital imputado por fraude

Tras cuatro jornadas de alegatos, este sábado el 4º Juzgado de Garantía de Santiago decretó la prisión preventiva de Francisco Coeymans, exgerente general de Primus Capital, un factoring controlado por el empresario vitivinícola financiero Raimundo Valenzuela. La compañía ha estimado los perjuicios del fraude en $70.000 millones y sus socios han debido efectuar aportes de capital por $100 mil millones para mantener su operación.

En las audiencias el fiscal Felipe Sepúlveda describió episodios que evidencian el nivel de coordinación del esquema defraudatorio, presuntamente liderado por Coeymans, junto con el exgerente comercial Ignacio Amenábar, el abogado Antonio Guzmán y el técnico en cocina Marcelo Rivadeneira. Estos dos últimos permanecen en prisión preventiva en Capitán Yáber, tras la decisión del tribunal de que representan un peligro para la sociedad.

Por disposición de la magistrada Carolina Araya Hernández, las audiencias se llevaron a cabo de forma reservada, prohibiendo el acceso de los medios de comunicación a la sala.

En la audiencia, la jueza leyó una extensa resolución en la que sostuvo que, según la exposición de los hechos, se acreditó la acusación del Ministerio Público por asociación ilícita, administración desleal, falsificación de instrumentos mercantiles financieros, delitos informáticos y lavado de activos.

Consultado el abogado de Primus, Francisco Velozo, socio de Contreras Velozo señaló: " la resolución nos deja muy conformes, no solo por que acreditó todos los delitos que son imputados al Sr. Coeymans, sino por que descartó su versión de los hechos, en cuanto a que el Directorio o la gerencia de Primus hubiera conocido con antelación las operaciones fraudulentas. Es un gran avance en la causa que el Sr. Coeymans haya sido detenido y puesto a disposición de los Tribunales chilenos. Ahora se podrá proseguir con el proceso a su respecto”

La formalización de Coeymans se produjo tras su extradición desde Lima, Perú, el pasado 19 de noviembre, luego de pasar siete meses y 26 días fuera de Chile. El imputado está vinculado a uno de los mayores fraudes financieros de los últimos años, que incluye la emisión de facturas falsas, el uso de sociedades ficticias constituidas por venezolanos con visas de tránsito, fiestas y la participación de modelos peruanas.

La defensa de Coeymans es encabezada por el abogado Mario Vargas, socio del estudio Lagos, Vargas y Silber. Eso mientras que Francisco Velozo, socio de COVEL, es abogado querellante.

Coeymans cumplirá la medida cautelar en el Anexo Capitán Yáber.

Francisco Coeymans ha perdido varios abogados durante el proceso. El primero en renunciar fue Juan Domingo Acosta, quien abandonó el caso tras la inasistencia del imputado a una audiencia de formalización el 3 de abril, fecha en la que Coeymans ya había salido del país hacia Perú.

Posteriormente, la representación fue asumida por Mario Vargas, quien renunció el 13 de mayo argumentando desconocer en detalle la carpeta investigativa. Sin embargo, Vargas retomó la defensa tras presentar un nuevo poder firmado por Coeymans el 1 de abril de 2023. Vargas delegó parte de la representación en los abogados Carlos Eduardo Lagos Herrera y Diana Belén Venegas Araya.

El 8 de agosto, Manuel Guerra, otro abogado defensor, también renunció, señalando que Coeymans, pese a estar detenido en Perú, estaba informado de su decisión. Guerra, exfiscal de la zona oriente, posteriormente fue vinculado al caso “Audio”, relacionado con el abogado Luis Hermosilla, acusado de soborno, delitos tributarios y lavado de activos.

Mario Vargas, al igual que Guerra, fue relacionado con el caso “Audio”. En abril, presentó un recurso de protección para evitar que el Ministerio Público entregara los chats de Luis Hermosilla al Consejo de Defensa del Estado (CDE). Vargas reconoció haber intercambiado mensajes con Hermosilla, pero afirmó que se trataban de asuntos de su vida privada. En su recurso, advirtió sobre el peligro de exponer conversaciones personales al escrutinio público sin justificación: “Así las cosas, resulta altamente peligroso para todos vernos expuestos al escarnio público sin razonabilidad alguna”, argumentó.