El viernes a las 23:59 se acaba el plazo para que la clase política estadounidense evite un cierre parcial del gobierno federal y el camino para un acuerdo que luce pedregoso, particularmente por la posición del Presidente. Donald Trump ayer se negó rotundamente a firmar un presupuesto que no le entregue los recursos necesarios para fortalecer la seguridad en el límite con México.
"Demócratas, es hora de unirnos y poner la seguridad del pueblo estadounidense antes de la política !La seguridad fronteriza debe convertirse en una prioridad número 1!", señaló Trump a través de Twitter, después de que el vocero de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, informara que el mandatario no firmará la ley.
"Vamos a volver y trabajar para agregar seguridad fronteriza a esto", detalló Ryan. En tanto, el líder de la mayoría republicana, Steve Scalise, precisó que los republicanos agregarán US$5.000 millones al presupuesto, incluyendo financiamiento tanto para las fronteras, como para el fondo de emergencia para desastres.
No obstante, la oposición ha sido clara en que no tolerarán las demandas de Trump, específicamente en relación al muro fronterizo entre México y EEUU. De hecho, aun teniendo la mayoría los republicanos, no está claro que una legislación de esa naturaleza consiga el visto bueno en la Cámara.
Dilatar el asunto tampoco le conviene al Presidente, considerando que el 1 de enero toman posesión de sus cargos los nuevos parlamentarios, traspasando la ventaja numérica a los demócratas en la cámara baja.
En este escenario, Mitch McConnell, líder de la mayoría republicana en el Senado, ya le dijo a sus colegas del Capitolio que se preparen para una posible votación para hoy al mediodía, en uno de los últimos intentos por evitar el cierre parcial del gobierno.
Lo que está en juego, específicamente, es el 25% de los fondos del gobierno, reduciéndose el gasto en nueve, de las quince agencias federales, incluyendo Seguridad Nacional, Justicia, Transporte, Interior, Agricultura y Estado. Los recursos para el 75% ya se aseguraron en un presupuesto que comenzó a regir en octubre de este año.
De todas maneras, el cierre de gobierno implicaría que alrededor de 800.000 empleados federales dejen de recibir sus salarios, de los cuales unos 380.000 dejarían de operar por no ser considerados esenciales. Eso incluye a casi todo el personal de la Nasa y de Vivienda y Desarrollo Urbano, el 80% del Servicio de Parques Nacionales y más de 50,000 trabajadores en el Servicio de Impuestos Internos.