Vivimos tiempos turbulentos…
Estamos en una época en donde se cuestiona todo lo relacionado con el marketing.
Se cuestionan los procesos formativos de marketeros y los contenidos en las universidades, el poder de la publicidad y la forma en que se emplea hoy, nuestra capacidad de analizar datos existentes, las nuevas fuentes de información disponibles, nuestras formas de obtener datos personales (y su ética), el interés que somos capaces de generar en nuestros clientes, si realmente los conocemos, la forma en que producimos nuestros productos o servicios, nuestra relevancia en la mesa directiva, nuestra capacidad de conectar con la calle, nuestras misiones, valores, propósitos, etc.
Es tremendamente difícil ser gerente de marketing hoy…
Esta turbulencia nos ha hecho sentir que debemos tenerlo todo. Que debemos saber de todo. Que debemos tener un set inmenso de habilidades para desempeñarnos en nuestro día a día.
Imaginen que conversando con solo 10 personas que hoy son gerentes o directores de marketing, ellos me nombraron 38 competencias diferentes que sentían debían tener en su posición.
Sí, 38!!!
Lo más interesante, es que cuando les pregunté qué sentían que les faltaba para ser mejores en sus trabajos, a estos mismos 10 cercanos, sólo me nombraron 4 cosas en total.
Sólo 4!!!
O sea, a modo de ejemplo, se nos ocurren 38 habilidades o conocimientos que debemos poseer y nos faltan sólo 4.
Esto refleja el momento que vive el marketero en el marketing. Una abismante necesidad de saber de mucho. Un miedo tremendo a decir que le falta algo. Una sensación de cuestionamiento constante.
Personalmente, creo que es el marketing el encargado de conectar a la organización con nuestros clientes: debemos conocer en profundidad quiénes son, sin estereotipos, sin "yo creo". Debemos ser expertos en nuestros negocios: saber de contextos, rentabilidad, logística, KPI's comerciales, servicio al cliente, etc.
Debemos entender que en un mundo de infinitos sustitutos, de precios a la baja y de mejor calidad percibida, lo único que puede diferenciar nuestra marca de otras marcas es el marketing que hacemos. Es el gerente de marketing el guardián de la marca, y hoy "todo es marca" para un consumidor.
Y sobre todo, debemos recuperar la capacidad de generar sensaciones positivas relacionadas a nuestro quehacer, pues al final del día, como dijo Maya Angelou (la reconocida activista por los derechos civiles de la población negra norteamericana): "La gente olvidará lo que dijiste, la gente olvidará lo que hiciste, pero la gente nunca olvidará cómo la hiciste sentir".
Y el marketing es básicamente eso. Generar sensaciones y administrar relaciones.