“Go for Chile” o “Vamos a Chile”, es el slogan de una campaña publicitaria en cinco idiomas que se lanzó hace pocas semanas para promocionar el turismo receptivo (de extranjeros) en nuestro país con foco en visitantes de Brasil, Argentina, Colombia, Perú, Estados Unidos, Europa y Canadá. La estrategia, que dura hasta diciembre de 2022, fue desarrollada por el Consejo Consultivo de la Promoción Turística, una entidad que incluye al gobierno y a los diversos gremios de la industria.
Esta es una de las tantas acciones que rápidamente el sector del turismo está desarrollando considerando el reciente levantamiento de las restricciones sanitarias para extranjeros que entran a Chile, así como la mirada hacia esta temporada alta, que para muchos hoteles y operadores ya comenzó y, para la mayoría se extiende hasta marzo.
Hay dos hitos más que están ayudando a reactivar uno de los sectores que más sufrió por la pandemia: La reciente apertura de Isla de Pascua, uno de los destinos más icónicos para quienes nos visitan desde fuera de las fronteras; y la apertura en septiembre de la temporada de cruceros 2022-2023, donde se esperan la recalada de 380 naves con más de 375 mil pasajeros hasta abril del próximo año. Si bien a nivel de turismo nacional ya se estaba recuperando, el segmento receptivo aún estaba en deuda, especialmente el de Rapa Nui, San Pedro de Atacama y la Patagonia chilena; así como el turismo de negocios más enfocado a Santiago.
Según cifras de la Federación de Empresas de Turismo de Chile (Fedetur), en un diciembre normal -o sea prepandemia- llegaban cerca de 450 mil turistas extranjeros. Para diciembre de 2022 se espera que ingresen un poco más de 323 mil. O sea, una recuperación de cerca de 80%. Para la industria son números que tranquilizan. Incluso, antes de que se diera a conocer el fin de las medidas para el ingreso de extranjeros, este gremio calculaba que podrían igualar las ventas del mundo pre Covid para fines de 2023. Con el anuncio del gobierno, rápidamente recalcularon la proyección a septiembre del 2023. Por eso que es tan relevante lo que pase este verano.
“Definitivamente habrá una recuperación y ya lo estamos viendo”, dice la vicepresidenta ejecutiva de Fedetur, Helen Kouyoumdjian, quien agrega: “Esperamos terminar este año con 1,8 millones de turistas. Y mirando al verano, creemos que la recuperación será de cerca de un 75% con respecto a un año normal. Si miramos enero de 2022, estábamos un 80% por debajo a enero de 2019. Entonces, la brecha se está acortando”.
Según Rodrigo Donoso, gerente comercial de los hoteles Explora, este verano prevén llegar a niveles de ocupación de niveles prepandemia, a excepción de Isla de Pascua. Cabe recordar que luego de casi dos años y medio, recién a principios de agosto llegó un avión comercial -y por ende con turistas- a Rapa Nui. “Creo que en el caso de la isla, la temporada 2023-2024 recién podría recuperarse un 100%”, dice Donoso.
Además, los actores de la industria turística coinciden que para que “el ombligo del mundo” normalice totalmente su atracción a visitantes extranjeros, se necesita una mayor cantidad de vuelos. Hoy existen dos vuelos a la semana. El tema no es menor si consideramos que el 90% de la población de esa comuna vive tradicionalmente del turismo.
Ahora, según el ejecutivo, desde que se anunció la eliminación de la homologación de las vacunas, el flujo de consultas y reservas a sus hoteles ha subido cerca de un 30%. “Como sea, durante la pandemia se hizo un trabajo para atraer al turista nacional que esperamos mantener”, agrega Donoso.
Lorenzo Posse, gerente comercial de Cocha es aún más optimista: “Tras el fin de las medidas sanitarias, esperamos que la demanda comience a incrementarse entre octubre y noviembre, alcanzando los niveles de 2019″.
Ventajas y competencias
En América Latina, la recuperación turística ya la lograron países como Colombia y México, que levantaron sus medidas sanitarias hace cerca de un año. Por otro lado, Argentina le puso menos problemas a los extranjeros para entrar. Estos son ejemplos de tres países que compiten con Chile en la región, principalmente con respecto al turismo enfocado en la naturaleza o bien, deportes enfocados en espacios abiertos.
“Por ejemplo, nosotros vimos cómo mucha gente que venía siempre a esquiar a Chile, terminaba en Bariloche. En la zona central hubo más nieve que nunca, pero llegó un cuarto de turistas brasileros que un año normal”, cuenta Dirk Zandee, country manager de Despegar zona andina, y agrega: “Pero mirando el vaso medio lleno, eliminar las restricciones es altamente positivo para esta temporada”.
Es la misma mirada de Kouyoumdjian, quien estima que a pesar de la competencia de destinos similares, Chile siempre gana los primeros lugares en turismo aventura y justamente eso, es lo que están buscando millones de turistas extranjeros. “Chile no es un país de multitudes y eso ayuda mucho a quienes están viajando post Covid. Los espacios abiertos, como parques nacionales, es un lugar donde el distanciamiento se da de forma natural”, indica la vicepresidenta ejecutiva de Fedetur.
“En el mundo hay una demanda contenida de querer viajar a lugares como Chile”, concluye Zandee. Incluso, el ejecutivo de Despegar indica que por ejemplo, los extranjeros que van a lugares como las Torres del Paine anticipan sus vuelos con más de seis meses, por lo que pensando en este verano, ya muchos tomaron reservas para otro lado. “Creo que esa zona tendrá que apoyarse nuevamente en el turismo nacional, que paga una tarifa más baja que el extranjero”, recomienda Dirk Zandee.
Pero la Patagonia no son solo las Torres del Paine. Un subsector que prácticamente mira solo a los turistas extranjeros y con alto nivel adquisitivo es el de los lodges de pesca, que se detuvieron absolutamente por más de dos años. Y a pesar que en 2022 ya comenzaron a llegar pescadores, el fin de las restricciones para su ingreso moverá más la aguja en su negocio.
Eduardo Barrueto, vicepresidente de la Asociación Gremial de Guías de Pesca de la Patagonia y quien además es socio de tres lodges de pesca (Magic Waters Patagonia lodge, River of Dreams Basecamp y Patagonia Baker Lodge) estima que el sector podría recuperarse completamente, pero para este verano, se llegaría a un poco más de un 60% de ventas de un año normal… “Para nosotros es un regalo que no haya casi restricciones. Además, muchos clientes que estaban temerosos con el Covid, ya entendieron que es algo con lo que hay que vivir. Incluso, para el nuevo lodge que estamos armando (Patagonia Baker) que estamos preparando ni siquiera tenemos página web y ya hay muchas reservas que han llegado solo por dato”, dice.
Por su parte, Diego Guerrero, del lodge Vista Patagonia también indica que ya tienen muchas reservas. “Nuestro segmento funciona muy diferente al resto del turismo deportivo, ya que el pescador es un fanático. Por eso nos estamos preparando full. También vienen chilenos, pero pocos y, al principio y al final de la temporada. La mayoría de nuestros huéspedes son norteamericanos. Para hacerse una idea, este lodge de pesca que es pequeño en comparación a otros tiene valores en promedio, de US$5.000 por persona en un paquete de una semana.
Con respecto a San Pedro de Atacama, Eustaquio Martínez, gerente general Tánica Hoteles explica que esperan que esta temporada alta la venta en el hotel Nayara Alto Atacama crezca un 25% con respecto a la temporada anterior, misma cifra que en el Nayara Hangaroa (Isla de Pascua). “Vemos que el fin de las restricciones para los extranjeros será muy positivo y contaremos con más visitantes internacionales, principalmente de Estados Unidos y Europa”, indica Martínez.
Según los operadores turísticos de San Pedro de Atacama, están apostando principalmente por los visitantes brasileros para este verano, ya que los europeos (que son otro segmento importante), no viajarían mucho en los próximos meses a este destino, según proyectan. Por lo general el turista que llega a esta zona se queda unos 10 días.
“Ese turista ya no lo tenemos con la frecuencia de antes. Primero por la pandemia y luego, por la guerra entre Ucrania y Rusia, que nos está afectando”, dice Ricardo Quiroz, presidente de la Asociación de Empresarios Turísticos de San Pedro de Atacama, entidad que representa a un segmento del turismo más asociado a las pymes. Quiroz añade: “Tenemos todo e optimismo, pero no vemos una ayuda del Estado para una industria como está. Tenemos un arrastre enorme de deudas de tesorería, infraestructura y empleados. Muchos empresarios turísticos incluso, tuvieron que vender sus empresas o restaurantes.
Factor inflación
¿Cómo influye en este panorama el alza del dólar y la inflación? Según Kouyoumdjian a primera vista es positivo. “En el fondo, somos un sector exportador, y -aparte de la compra de pasajes u hospedaje, con un tipo de cambio favorable con respecto al dólar, el consumo que hace un turista extranjero en Chile será más beneficioso para él en términos de costos. Es un factor sumamente importante que nos favorece. Y, por otro lado, las empresas chilenas que venden en dólares, como por ejemplo un hotel, cuando lo cambia a la moneda local le rinde más que unos meses atrás. Todo esto favorece a la oferta turística”.
Sin embargo, la dirigente de Fedetur comenta que esta moneda también tiene otra cara, ya que la mayoría de los artículos e insumos del sector turismo se importan, lo que se refleja en el precio final. “Pero, como tercer factor, un dólar alto hace que el turista chileno se inhiba a viajar afuera y prefiera Chile”, concluye Kouyoumdjian
Rodrigo Donoso, de Explora, tiene una opinión similar: “El precio del dólar incluye positivamente porque le abarata los costos al turista internacional, pero la inflación juega en contra, porque encarece el costo de los players del mercado… y ambos se están equilibrando”.