Un meme
—Por Tomás Casanegra— Ingeniero civil PUC y MBA The Wharton School
El manual del buen inversionista dice lo siguiente: solo apuesta lo que te puedes dar el lujo de perder cuando las probabilidades de ganar sean elevadas. ¿Si es así, por qué Chile pondría en juego lo que ha logrado en las últimas décadas para abrazar prácticas que han demostrado reiteradamente ser un fracaso, tener un presidente comunista, por ejemplo? La respuesta más inmediata es que los chilenos no somos racionales, y por consiguiente buenos inversionistas tampoco. La respuesta profunda, la primera causa por llamarlo así, solo puede estar en la teoría de la evolución.
La psicología evolutiva (me refiero a “evolutionary psychology”, su traducción literal tiene también otro significado en castellano) es un área relativamente nueva que nos muestra lo que millones de años han ido tejiendo en nuestro cerebro. Así como la evolución hizo del “gen albino” un gen triunfador entre los osos que habitaban el ártico (indetectables mientras hubo hielo), existen rasgos psicológicos que triunfaron de la misma manera entre nuestros ancestros, pero que hoy nos pueden jugar malas pasadas. Pensamientos bondadosos, malvados, feos, cavernícolas, heteropatriarcales, los que sean, están ahí, en nuestro hardware. Nuestra manera de pensar hoy (al igual que cualquier característica evolutiva) fue moldeada bajo circunstancias y desafíos distintos a los que enfrentamos en la actualidad. Es como andar acarreando un apéndice en el cerebro, algo que alguna vez sirvió, pero que hoy estorba en el mejor caso o es contraproducente en el peor. El software cultural de la modernidad los trata de amortiguar en algo, pero ese software, como le voy a contar más abajo, también depende del equipo donde se instala.
La psicología evolutiva para mí es tan interesante como deprimente. Nuestras ideas y manera de pensar en general son tan poco moldeables como nuestra contextura y características físicas. Todos creemos ser capaces de decidir, pero quizás esa decisión no es más que millones de años de evolución enfrentados a una circunstancia, lo que conlleva una respuesta mecánica. A lo más, como decía Schopenhauer, podemos hacer lo que queremos, pero no podemos querer lo que queramos.
Me gasté casi toda la columna para poder llegar a ese meme cultural llamado comunismo (antes que alguien se ofenda, meme es toda idea, costumbre, hábito, creencia, etc., que tiene la capacidad de transmitirse de persona a persona). De la misma manera que hay genes exitosos, aquellos que lograron ser transmitidos de generación en generación hasta el día de hoy, hay también memes exitosos. Estos memes son de la más variada índole y su éxito no depende de su calidad empírica (terraplanismo solo por mencionar un caso extremo), sino de su capacidad para ser asimilados y reproducidos. Rasgos muy humanos como miedo, odio, violencia, envidia, culpar al resto, gratificación inmediata, minimizar el esfuerzo personal, son parte de nuestro hardware evolutivo, aun cuando sean irracionales en el sentido que no traigan cosas positivas a nuestra vida moderna. Pero ahí están, no hay cómo sacarlos, creando un caldo de cultivo y una alta capacidad de proliferación para cualquier meme que diga cosas del tipo: los malos son los otros. Como en el mundo real no existen malos que se reconozcan como tal (Dr. Evil es un personaje de fantasía), este mensaje lo pueden hacer suyo tanto los “buenos” como los “malos”, y los políticos sagazmente aprovecharán eso. El fin de semana pasado aprendí que perder por el voto de los ricos (malos) está bien visto, mientras perder por el voto de los pobres (buenos) sería una vergüenza. También escuché a una candidata lamentar que el meme del miedo, que supongo le iba a traer réditos políticos, se cambió de bando.
¿Qué se puede hacer contra memes políticos que son tan exitosos y dañinos como el Covid? No creo que mucho, distraer con otros más llamativos es lo que he visto. Por ejemplo, la razón por la que no vamos en el cuarto o quinto retiro, creo yo, es porque un diputado dijo: mejor retiremos el 100%. Los del meme chico (retiremos de a 10%) encontraron absurdo el meme grande (retiremos el 100%), pero al parecer esto no impidió que días después lo pusieran en su programa. A meme, meme y medio parece que será la tónica.
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