La agenda del exmandatario Donald Trump en su actual candidatura presidencial propone un enfoque centrado en el crecimiento económico a través de la independencia energética y la desregulación. Eso ha quedado demostrado durante su campaña con planteamientos de reducción de regulaciones en combustibles fósiles, que expanden la producción de petróleo y gas, y ralentizan la transición hacia fuentes de energía más limpias. Así lo exponen también los periodistas especializados en medioambiente Oliver Milman y Dharna Noor, en un artículo publicado en el diario británico The Guardian, donde aseguran que el expresidente planea “impulsar la producción de combustibles fósiles, marginar a los principales investigadores del clima y anular las normas que frenan las emisiones que calientan el planeta”.

Al respecto, Jorge Rojas, investigador del Instituto de Políticas Económicas y director del Magíster en Economía y Ciencia de Datos de la Facultad de Economía y Negocios UNAB, distingue un claro impacto en un eventual nuevo mandato de Trump, pero que tiene relación más con lo inmediato. “En el corto plazo, es innegable la postura negacionista de Trump respecto del cambio climático, que afecta, por ejemplo, a políticas orientadas a la electromovilidad y en el precio de las materias primas, perjudicando a economías emergentes e incentivos sostenibles de corporaciones de los distintos países del mundo”. Sin embargo, en el mediano y largo plazo el académico concluye que no habría un efecto sustancial, debido a la inercia y el momentum existente en políticas de sostenibilidad.

Republican presidential nominee and former U.S. President Donald Trump attends his campaign rally at Macomb Community College in Warren, Michigan, U.S., November 1, 2024. REUTERS/Brian Snyder

Alzas en materias primas

Por otro lado, Rojas plantea cómo una posible victoria de Trump podría afectar los precios de las materias primas, “debido a sus políticas internacionales y domésticas”. En su primer mandato, su propuesta de construir un muro en la frontera con México aumentó la demanda de materias primas como cobre, provocando un incremento en sus precios. Sin embargo, cuando se hizo evidente que el muro no se concretaría, los precios se ajustaron a la baja. De acceder a un nuevo mandato, dice Rojas, con una postura menos preocupada por el cambio climático, Trump haría disminuir los precios del litio, relacionado con tecnologías verdes. Al mismo tiempo, si el gobierno reanuda su enfoque en políticas migratorias que requieran más materias primas, como el cobre, podría incidir en elevar su cotización, favoreciendo a economías emergentes y sus exportaciones, como el caso de Chile.

A su vez, Marcelo Mena, exministro de Medio Ambiente y académico de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, señala que un potencial segundo gobierno de Trump podría afectar tanto la cooperación internacional como su desarrollo nacional en materia de sostenibilidad. Asegura que una nueva salida de EE.UU. del Acuerdo de París tendría efectos negativos, especialmente en un año clave para compromisos climáticos más ambiciosos. “Si gana Trump es muy probable que la administración Biden entregue su compromiso climático, debilitando así el acuerdo y cediendo terreno geopolítico a China en el desarrollo de tecnologías limpias. Esto podría dejar al país con tecnologías obsoletas, mientras el mundo avanza hacia soluciones más sostenibles por razones ambientales y económicas, además de desincentivar a otros países a tomar medidas audaces en la lucha contra el cambio climático, comprometiendo proyectos ambientales de economías emergentes de la región”, explica Mena.P