Dicen que, ante situaciones de incertidumbre, la cautela es el mejor consejo. Y en esta ocasión, la frase se aplica a la perfección, ya que, ante la guerra comercial desatada entre dos potencias mundiales como Estados Unidos y China, resulta más que necesario mantener la calma y la prudencia y observar las variables que día a día surgen de un escenario económico marcado por la volatilidad.

Durante estas últimas semanas hemos visto de esta confrontación -en la cual nadie saldrá vencedor, ni siquiera el propio Estados Unidos- que las amenazas arancelarias del país del norte hacia el gigante asiático impactaron fuertemente en materias primas como el cobre, el cual registró ocho bajas de precio consecutivas llegando a mínimos de US$ 2,71 la libra durante julio, lo que sin duda no es una buena noticia para nuestro país y las arcas fiscales. Esto, debido a que por cada centavo de dólar que cae el precio del metal rojo, Chile pierde en exportaciones US$ 125 millones y el Fisco, unos US$ 50 millones por concepto de impuestos que las empresas de la gran minería dejan de aportar.

Otro de los efectos que generaría esta guerra comercial en el plano local, serán las nuevas políticas de reducción de costos por parte de las compañías del sector y las probables dificultades para operar que pueden experimentar los pequeños y medianos productores quienes tienen menos espaldas para soportar un período de bajos precios que las empresas de la gran minería y un menor acceso al financiamiento bancario.

Conscientes de este escenario, el Presidente Sebastián Piñera nos instruyó hace pocos días a tomar la medida de suspender por tres meses el pago del crédito de sustentación a los pequeños mineros, al mismo tiempo que junto a la empresa Nacional de Minería (Enami), hemos estudiado durante estas jornadas la aplicación de una serie de medidas orientadas a apoyar a este importante sector que beneficia a 44 localidades del país de cinco regiones de manera directa y que actúa en muchos casos como una de las pocas fuentes laborales que existen en varias zonas del norte de Chile.

Por otra parte, también estamos enfocados y coordinados entre los distintos ministerios del área económica e instituciones financieras, en diversificar nuestra matriz exportadora y explorar nuevos mercados y destinos de comercio con otros países donde no estemos presentes. Asimismo, y como parte de este plan de medidas anunciadas por el gobierno, nos centraremos en mejorar y perfeccionar los tratados vigentes con 64 países, lo cual contribuirá a que los efectos negativos generados por las guerras económicas no nos impacten tan duramente.

Estamos conscientes que en esta guerra donde nadie gana, no se puede predecir lo que va a ocurrir ni con el precio del cobre ni con los efectos hacia nuestra economía, pero sí puedo anticipar que estamos tomando todas las medidas que están al alcance del gobierno para enfrentar una confrontación comercial que afecta a todos y adoptar las medidas que limiten dentro de lo posible sus efectos negativos para las familias chilenas, por lo que esperamos por el bien de nuestro país y la minería, esto sea un tema pasajero y no se extienda por mucho tiempo más.