Si bien no existe consenso en la definición de la Inteligencia Artificial, la mayoría de las veces se explica que es un subcampo de la informática cuyo objetivo es crear o diseñar máquinas que imiten la inteligencia humana, siendo capaces de razonar, percibir, resolver problemas, planificar o manipular y mover objetos, e incluso aprender.
Ahora bien, cuando nos preguntamos por qué su crecimiento será tan explosivo en los próximos años, creemos que la principal razón radica en los múltiples beneficios económicos y reputacionales que puede brindar a una empresa, al dotarla de tecnología para aumentar su eficiencia y mejorar la calidad de atención a clientes y usuarios.
Pero, ¿qué ocurre en Chile? ¿Cuenta nuestro país con todas las condiciones para dar vida a esta tendencia? Desde mi punto de vista, totalmente. Tanto los organismos del Estado como los diversos proveedores de servicios digitales, hemos trabajado sistemáticamente para impulsar la transformación digital que requieren las empresas del país, dando énfasis en el sinfín de ventajas que adquiere una empresa -sin importar su tamaño - al decidir reinventar sus procesos de negocio y enfocarlos hacia las crecientes demandas de sus stakeholders.
Y si bien esta tecnología no es nueva, pues varios especialistas sostienen que está presente desde los tiempos de Alan Turing y la construcción de su dispositivo Bombe, que permitió descifrar los códigos de la máquina alemana Enigma, en Chile es algo aún incipiente. Por lo mismo, de acuerdo a proyecciones de IDC, sólo el 6,1% de los CIOs de grandes empresas en Chile tiene como prioridad la implementación de IA para 2018.
Y es precisamente el uso de chatbots, el que se extenderá en las verticales de comercio, finanzas y sector público. Pues ya no es extraño que al momento de solicitar una cita médica y confirmar tu asistencia a la misma debas interactuar con un robot vía correo electrónico o que, incluso, recibas el soporte de un asistente remoto en la página del banco cuando realizas una transacción.
Pero, además, no debemos olvidar que serán también soluciones de Inteligencia Artificial las que nos permitirán continuar desarrollando tareas impensadas para el ser humano, como la exploración espacial en lugares totalmente inhóspitos.
Este y otros casos de uso, son los que nos han obligado a desarrollar infraestructura de primer nivel para alojar y procesar información en espacios seguros y de alta disponibilidad. Pues todo el conocimiento generado debe servir para aportar valor a las empresas y aumentar la eficiencia de sus procesos internos.
Por eso, nuestra recomendación frente al escenario en que nos sitúa la aplicación de IA es diseñar una correcta estrategia de Transformación Digital. Una enfocada en trazar el camino correcto para alcanzar los objetivos de negocio y no en incorporar tecnología sin razón.
Las empresas de servicios digitales ya contamos con la infraestructura necesaria para sentar las bases de esta revolución tecnológica, y, por tanto, durante los próximos meses y años el crecimiento de tecnologías como la IA, 5G, IoT o Big Data continuará siendo exponencial.
Sabemos que nuestro rol es clave en el entendimiento de los beneficios de este nuevo ecosistema, y la forma en que contribuirá para mejorar la experiencia y satisfacción de los clientes de los distintos rubros e industrias. Es por eso que estaremos allí para apoyar, asesorar y acompañar a todas las empresas que lo requieran.