Muchos abogados corporativos chilenos preparaban sus maletas esta semana y dejaban Santiago para viajar a París. Otros ya estaban en la capital francesa desde hace días. O en algún país de Europa.
Desde este domingo 29 y hasta el próximo viernes 3 de noviembre, en París se realizará la IBA Annual Conference 2023, un evento de grandes proporciones que reúne a los socios (y no socios) de la International Bar Association, la organización mundial de los abogados creada en 1947 y que reunió en principio a los colegios profesionales, pero luego se expandió a los estudios privados. Es como el mundial de los abogados, dice un chileno asistente. Pero sin competencia. Es un evento para construir relaciones y para actualizarse en materia legal, opina Jaime Carey Tagle, socio de Carey, hoy vicepresidente mundial de la IBA y su más probable presidente a partir de 2025.
A París llegarán cerca de 6 mil profesionales de todo el mundo y por eso las grandes ceremonias se realizan en el Palais des Congrès de París, que tiene un anfiteatro con casi 4 mil asientos. Durante todos esos días, la lista de actividades es numerosa: un brochure de 19 páginas detalla cada uno de los eventos por especialidad que se desarrollarán en esos días. Los estudios corporativos chilenos van en masa y algunos difunden en sus redes sociales los integrantes de sus delegaciones, para coordinar encuentros con colegas de otros países.
El bufete local más grande, Carey & Cía., que tiene 260 abogados, lleva una comitiva de siete socios, liderados por Jaime Carey. De Claro & Cía. irán cinco abogados, encabezados por sus socios José María Eyzaguirre Baeza, el chileno más destacado en M&A en los rankings, y Rodrigo Ochagavía, quien asesora, entre otras operaciones, a SQM en la negociación con Codelco. De Cariola asisten también seis, entre ellos, el exministro de Educación, Gerardo Varela, y su socio principal, Juan Francisco Illanes. De Barros Errázuriz van cuatro; Pablo Guerrero y Cristián Barros entre ellos. De Bofill Mir van cinco, incluidos sus socios principales, Octavio Bofill y Pablo Mir. “Nuestro equipo estará participando de la Conferencia de la IBA en París ¿Conversemos?”, dice un posteo de este último estudio en LinkedIn que agrega un correo para contactarlos. Lo mismo difundió Carey.
La lista de chilenos la integran cerca de 70 profesionales. Para participar, cada uno debe pagar una inscripción que esta semana, en la página web, ascendía a 4.390 libras esterlinas para los miembros de IBA. Pero la inscripción anticipada costaba menos, en torno a 3.500 libras. “Es caro”, concede un abogado que ya está en Europa. El precio financia solo la participación en el encuentro: cada asistente debe agenciar traslados y un hospedaje que se hizo difícil en estas fechas. Más de alguno debió buscar un lugar temporal vía Airbnb antes del domingo: dominado por el Mundial de Rugby, este sábado se juega en París la final entre Nueva Zelandia y Sudáfrica, y los hoteles estaban a tope.
Un chileno como presidente
Jaime Carey es uno de los dos vicepresidentes de la IBA -el otro es un italiano- y antes fue secretario general. Probablemente asuma la presidencia en dos años más y sea el primer chileno en lograr esa posición: la tradición de IBA indica que el vicepresidente se convierte luego en presidente y pocas veces ha habido candidaturas alternativas. La actual presidenta es una española, Almudena Arpón de Mendívil.
¿Qué ganan los abogados que van al encuentro anual de IBA? “Primero, las relaciones que puedes lograr con distintos abogados: eso te da visibilidad como estudio y como país. Segundo, te permite ver las tendencias que están dominando el mundo legal en sus distintas áreas”, resume Carey, quien menciona, por ejemplo, que la inteligencia artificial será uno de los temas de este encuentro. “Y tercero, permite hacer buenos amigos”, dice Carey sobre un encuentro anual al que, sumando París, ha asistido en 39 ocasiones. “Es sólo networking”, dice un abogado que va a París. “Como van otros estudios de abogados competidores, no puedes faltar”, justifica un socio de otro gran bufete chileno.
La IBA nació en 1947 para agrupar a los Colegios de Abogados del mundo, pero hoy tiene dos divisiones: la que agrupa a los gremios y la que integran los abogados. Luis Alberto Aninat, consejero del Colegio de Abogados y presidente del comité de relaciones internacionales del gremio, irá por su estudio, Aninat Abogados, y por el gremio chileno. Aninat dice que estos encuentros sirven para nutrir de información sobre las áreas de interés de la profesión y sus gremios, en materias como acceso a la justicia, control ético de la profesión, Estado de derecho, independencia judicial y hasta salud mental. “Hay un altísimo nivel de ponencias y producción de conocimiento”, explica. Más abajo en la ecuación ubica el factor relacionamiento social, ya que la mayoría de los asistentes tienen una práctica internacional y conocen juristas de otros países. Pero sirve para estrechar lazos en vivo y directo. “Cuando debes referir clientes o tomar casos en otras jurisdicciones, es relevante haber generado vínculos de confianza con otros abogados”, justifica.
Los encuentros temáticos en los varios días de IBA 2023 abordan una gran diversidad de temas y la asociación ha ido expandiéndose a áreas tradicionalmente alejadas de encuentros legales de este tipo. En total existen cerca de 80 comités y entre ellos hay uno de derechos humanos y otro de derechos LGBTQI+. En la lista de reuniones se incluyen temáticas como seguros, impuestos, agricultura, mercado de capitales, propiedad intelectual, finanzas y penal, además de encuentros regionales por zonas geográficas. También hay ponencias especiales: el lunes, los abogados reunidos en París podrán escuchar al Premio Nobel de la Paz 1983 y luego presidente de Polonia, Lech Wałęsa. El año pasado, a la distancia, expuso Zelensky, el presidente de Ucrania.
También Zack Kass, un especialista global en inteligencia artificial; Christopher Stephens, vicepresidente senior y consejero general del Banco Mundial; y Helle Thorning-Schmidt, ex primer ministro de Dinamarca.
El encuentro anual estaba previsto en París en años de pandemia y, por lo mismo, fue reprogramado para este año. En 2022 se organizó en Miami y años atrás ha tenido como sedes Seúl, Viena, Sidney y Roma. Un evento de esta envergadura se fija con mucha anticipación. Para 2024 será en México, y el 2025, en Toronto. Ese año, Jaime Carey podría ser ya anfitrión de la reunión de sus colegas globales.
Carey cuenta que hace años se hizo el intento de establecer a Chile como sede de un encuentro anual del IBA, pero no existía la infraestructura necesaria. “Lo tratamos de hacer, pero no tenemos un centro de convenciones para cinco mil personas”, dice el futuro presidente mundial de la IBA.