Con US$1.915 per cápita, Chile es el cuarto país de la Ocde que menos gastó en salud en 2017
Aunque un informe del organismo también ubicó a Chile entre aquellos con menor contribución del sector público en el financiamiento de la salud, con el 51,8% del desembolso total en esta materia, la Ocde valoró los avances del país en los últimos años.
Aunque Chile incrementó su gasto en salud per cápita, desde US$1.892 en 2016 a US$1.915 en 2017, retrocedió dos puestos en el listado donde se le compara con sus pares de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde), situándose así como el cuarto país que menos gastó en ese ítem durante el año pasado. En esa categoría, el país sólo supertó a Letonia, Turquía y México, que cierra el cuadro con US$1.034.
La posición de Chile no sorprende, considerando que el promedio de gasto en salud per cápita del conjunto de integrantes del organismo multilateral fue de US$4.069 el año pasado, es decir, US$2.154 más de los recursos comprometidos a nivel nacional. Así lo consignó el informe "Estadísticas de salud de la Ocde 2018", donde se destacan en las primeras posiciones de la medición Estados Unidos (US$10.209), Suiza (US$8.009) y Luxemburgo (US$7.048).
A la hora de analizar el gasto total como parte del PIB, con 8,1% el país se ubicó en el puesto 23, por debajo de Eslovenia (8,3%) y por encima de otras 12 naciones, entre ellas Corea del Sur (7,6%), Israel (7,4%) e Irlanda (7,1%). Los extremos se repiten en este listado, con Estados Unidos en la punta, con 17,2% del PIB, y México en la parte más baja, con 5,4%.
De esta manera, el promedio de lo gastado por los miembros de la Ocde en el cuidado de la salud fue de 8,9% del PIB en 2016, mientras se anticipa que permanezca cercano a ese nivel en 2017.
Por otra parte, según la Ocde, del total de recursos en salud, en promedio el 71% proviene de las arcas fiscales, ya sea a través de transferencias directas o por medio de contribuciones de seguridad social. Mientras en esta área destacan los países escandinavos, Bélgica y Japón, con niveles superiores al 84%, Chile exhibe el equivalente al 51,8% del total. Detrás de Chile aparecen Estados Unidos y Suiza, lugares donde sus respectivos estados gastan menos de 50%.
Progresos de Chile
El organismo destacó los avances observados en el país cuando se trata de las fuentes de donde provienen los recursos que se destinan a la salud. "Un número de países ha implementado políticas significativas para reducir el gasto de bolsillo en los años recientes. Chile y México, por ejemplo, han reducido la proporción de gastos de bolsillo en más de una décima desde 2000 al aumentar la cobertura pública", se lee en el documento. El gasto de los hogares, que según el propio organismo "es regresivo, depende de la habilidad para pagar y más pesado para los más pobres", pasó de representar el 46,7% del total, al 39,2% el año pasado.
Por el contrario, el gasto privado en salud ha aumentado entre 3 y 5 puntos porcentuales desde 2009 en países de la periferia Europea, más puntualmente Grecia, España y Portugal. Esto se explica por "ciertas medidas que tomaron esos países para contener los presupuestos públicos, lo que incluye una mayor participación en los costos y el ajuste de los derechos a los beneficios públicos".
El conjunto de los países del organismo aún no recupera los niveles precrisis
El total de los recursos destinados por los integrantes de la Ocde a la salud ha ido en aumento, aunque todavía no logra recuperar el ritmo que ostentaba en la década pasada. Según consigna el documento, en 2016 se registró un aumento de 3,4% y se espera un progreso similar en 2017, cifras que si bien califican como las más altas desde 2009, todavía están por debajo de los niveles previos a la crisis financiera.
En efecto, hasta el 2009 los gastos aumentaban un promedio anual de entre 4% y 6%, en términos reales, pero la caída de la economía a nivel global se dejó sentir en la salud, con una reducción en el gasto de los años posteriores.
"Durante la crisis financiera, muchos países que fueron severamente afectados por la caída de la economía, en particular en Europa, intentaron reducir el gasto en salud para controlar el presupuesto público", detallan en la Ocde.
Dentro de las políticas que se implementaron en ese contexto se cuentan: "Controles en los salarios de los trabajadores públicos de la salud, un freno en el reclutamiento, reducción real de la fuerza de trabajo en salud, recortes en los aranceles pagados a los proveedores de servicios de salud y la contención del gasto en productos farmacéuticos".
Esto queda especialmente reflejado en la periferia europea. El gasto per cápita de Grecia en 2017 está 30% por debajo de lo exhibido en 2009, mientras que España, Portugal e Italia recién se están acercando a los niveles previos a la debacle económica.
Otros en el Viejo Continente dan cuenta del golpe que significó para la salud la debacle económica, como Estonia y Letonia, cuyo gasto está 40% por debajo del nivel de 2009.
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