Las utilidades semestrales de Aguas Andinas bajaron un 0,7% a $80.610 millones, frente a los $81.165 obtenidos en el mismo periodo del año anterior.
Según los datos enviados por la compañía a la CMF los ingresos regulados subieron un 2,5%, principalmente debido a la indexación tarifaria registrada durante el año pasado, y por una mayor provisión de consumos no facturados a clientes.
Por otro lado, los ingresos no regulados subieron un 9,9% entre enero y junio de este año, con respecto al mismo periodo de 2018, "principalmente por mayores ingresos en filiales no sanitarias, asesoría técnica para el segmento agua potable rural y mayor actividad en modificaciones de infraestructura sanitaria solicitada por clientes", según indicó la compañía en su análisis razonado.
La compañía explicó además que los costos operacionales subieron un 4%, debido principalmente al impacto que ha tenido la sequía que ha golpeado al país durante este año, y que se ha concentrado en la zona centro norte del país, donde ya hay 111 comunas con emergencia agrícola y 56 con escasez hídrica.
En su análisis razonado la compañía detalló además lo acontecido con Essal, que a partir del 11 de julio dejó sin agua a miles de familias en Osorno, en una grave crisis de agua potable que se extendió durante varios días. Esto gatilló la salida del gerente general de la compañía, y también del presidente del directorio de Aguas Andinas y Essal, Guillermo Pickering a comienzos de agosto.
Tras el clamor ciudadano y político que pedían el fin de la concesión de Essal, la Superintendencia de Servicios Sanitarios abrió un expediente de caducidad de la concesión que tiene la compañía en la zona afectada por el corte de suministro de agua.