Pese a que los números durante las últimas semanas han ido a la baja, en gran medida por el proceso de vacunación, los fantasmas de la pandemia nuevamente han salido a flote con la llegada de la variante Delta, unas dos veces más contagiosa que la original, y que en el ámbito laboral, podría generar un nuevo problema si es que no se adoptan rápidamente los protocolos decretados por las autoridades.
En ese sentido, Francisco Torres, director de staffing & outsourcing de Randstad, señala que las empresas deberán “tener la capacidad de adaptarse lo más rápidamente posible para no comprometer la continuidad de la operación ni los puestos de trabajo en aquellos rubros incompatibles con el home office. Aparte de entregar todos los elementos de protección necesarios para resguardar la salud del personal, y establecer minuciosas políticas de prevención, higiene y seguridad para evitar los contagios, es preciso desarrollar planes orientados a mitigar los efectos de la crisis en el mercado laboral”, dice.
Junto con ello, destaca la importancia de generar campañas de vacunación al interior de las organizaciones y desarrollar planes comunicacionales “que apunten a que la gente se sienta segura y protegida en su lugar de trabajo, ya que las industrias consideradas esenciales deben seguir funcionando independientemente de las condiciones sanitarias y de las cuarentenas decretadas”.
Sebastián Parga, socio de Canales Parga Abogados Laborales, reconoce que el impacto de la variante Delta en el trabajo “aún es incierto, pero lógicamente que el hecho de considerar contacto estrecho a cualquier persona que esté en el lugar de trabajo con o sin mascarilla, y sin importar el tiempo transcurrido, hace que las medidas, si son cumplidas rigurosamente, tengan consecuencias insospechadas. Ahora bien, una pregunta que me hago es cuánto tiempo después de que la persona dio positivo se sabe que es de la variante Delta, porque en los hechos, el nuevo protocolo puede ser totalmente ineficaz, ya que es solo en el caso que el contagio sea por variante Delta. Mientras ello no se confirme la gente sigue circulando por la calle”, comenta Parga.
Torres por su parte, indica que si bien el sistema ha ido adquiriendo cierta preparación y se ha ido acostumbrando a funcionar con mayor “normalidad” en medio de una pandemia, “es complejo que esté 100% preparado para los estragos que podría causar una prolongación excesiva de condiciones desfavorables. De todas formas, hoy vemos importantes señales de recuperación, por lo que independiente de que se presenten nuevas cepas, el aprendizaje ganado durante estos 18 meses nos da una mejor capacidad de reacción, la que sin duda nos deja mejor preparados para enfrentar un escenario hostil”. Destaca además, que las compañías “deben estar a la altura del momento ‘leyendo’ correctamente los nuevos intereses y motivaciones de la gente y saber qué es y será más valorado por ellos en un mundo post Covid-19. Y es que la sensibilidad y conciencia con la que actúen las organizaciones en momentos como este, aparte del replanteamiento que puedan hacer de sus políticas y beneficios, serán factores decisivos en la capacidad de atracción y retención de talento que tengan una vez que pase la crisis”.
Nuevas cepas
Respecto al futuro y cómo se ve el panorama laboral ante la posible propagación de esta u otras cepas que eventualmente pudieran llegar a nuestro país, el ejecutivo de Randstad explica que “ante un contexto tan complejo, nuevo e impredecible como el que estamos viviendo, siempre existe temor a enfrentar rebrotes o a que surjan cepas más peligrosas de las que ya conocemos, no solo por los efectos que esto generaría en la economía y en el empleo, sino también por las repercusiones que un escenario tan adverso podría provocar entre las personas y los trabajadores”.
Por su parte, Parga, recalca que “más que temer nuevas cepas, me preocupa mucho el estancamiento que estamos viendo en el mercado formal y en la salud mental de los trabajadores. Ambas cosas están muy desgastadas y temo que están subponderadas en las medidas que está tomando la autoridad”.
Barrera de entrada
Un factor clave para evitar la llegada del virus a los puntos laborales es el cierre y fiscalización de las fronteras. Así lo estima Héctor Jaramillo, gerente corporativo de Seguridad y Salud en el Trabajo de la Mutual de Seguridad: “Hasta lo que sabemos, no hay ningún caso de variante Delta en Chile provocado por una infección comunitaria, es decir, de alguien que estando en el país contagió a otra persona en Chile. Lo que sabemos es que hay tres casos que han llegado desde el extranjero y esos tienen este protocolo especial que aplica hoy día”. Indica también que “la posibilidad de contagiarse con Delta está limitada a que entres en contacto con una persona que viene fuera del país y que se escape a esta barrera de entrada, por lo tanto, la primera recomendación para el mundo de las empresas sería: hoy no hay Delta en el lugar de trabajo, pero si usted tiene un empleado que viene fuera del país, considere que tiene que estar 11 días en aislamiento y cumplirlo antes de ir al trabajo, y por ninguna razón se presente sin cumplir ese protocolo”.
Si vemos los datos reportados del Minsal, más del 76% de los casos de contagio se producen en los domicilios, en las interacciones sociales, y hay un porcentaje de ese 24 restante que también incluye a los centros de larga estadía, hogares de ancianos, y por lo tanto, la menor cantidad de casos se ha producido en el ambiente laboral. “Y eso sucede porque hubo hartos períodos de tiempo donde se suspendió el trabajo, las empresas que se acogieron a la ley de protección al empleo dejaron vacías las oficinas, por lo tanto no habían interacciones. Hubo otro grupo importante con teletrabajo y los que pudieron abrir tuvieron que cumplir protocolos muy estrictos para empezar a trabajar”, destaca Jaramillo.
Por último, el especialista de la Mutual de Seguridad destaca la importancia de la vacunación y las facilidades que deben entregar las empresas. “Las personas de menos de 40 años son las que tienen menos porcentaje de vacunación y eso sí lo pueden hacer las empresas: facilitar lugares para vacunación y permitir la libertad para poder asistir a inmunizarse. En cualquier escenario, tener las personas vacunadas es un punto muy importante, uno de los más estratégicos. Todo lo que facilite el proceso de vacunación tenemos que dar un dedito para arriba”, finaliza.