Varias autoridades de la Reserva Federal consideraron la posibilidad de suspender las alzas de las tasas de interés hasta que estuviera claro que la quiebra de dos bancos regionales no provocaría mayor tensión financiera, pero incluso ellas concluyeron en su última reunión que la prioridad seguía siendo una inflación elevada.

Según las minutas de la reunión del 21 y 22 de marzo del Comité Federal de Mercado Abierto, publicadas este miércoles, “varios participantes (...) consideraron si sería apropiado mantener estable el rango objetivo en la reunión” para evaluar cómo la evolución del sector financiero podría influir en los préstamos y en la trayectoria de la economía.

Sin embargo, esas autoridades, junto con otras, coincidieron en que las medidas adoptadas por los responsables políticos estadounidenses y la Reserva Federal habían “contribuido a calmar las condiciones en el sector bancario y a disminuir los riesgos a corto plazo para la actividad económica y la inflación”, según las actas, y apoyaron una subida de tasas de un cuarto de punto porcentual.

La inflación, por su parte, “se mantuvo muy por encima del objetivo a largo plazo del Comité del 2%”, y los funcionarios de la Fed “coincidieron (...) en que los datos recientes sobre inflación ofrecían pocos indicios de que las presiones inflacionistas estuvieran bajando a un ritmo suficiente para devolver la inflación al 2% con el tiempo”.

Debate complejo

Las actas mostraron a un comité forzado por las quiebras de Silicon Valley Bank y Signature Bank a un debate inesperadamente complejo, pero que en última instancia siguió adelante con unos tasas de interés más altos.

“Algunos participantes señalaron (...) que habrían considerado un aumento de 50 puntos básicos (...) en ausencia de los recientes acontecimientos en el sector bancario”, se lee en las minutas.

“Los participantes acordaron que los recientes acontecimientos bancarios se tendrían en cuenta en las decisiones de política monetaria del Comité en la medida en que afecten a las perspectivas de empleo e inflación y a los riesgos que rodean a las perspectivas”.

En la reunión de marzo, los responsables de la política monetaria debilitaron su compromiso de seguir subiendo las tasas, eliminando de la declaración de política monetaria la necesidad de “continuos aumentos” y limitándose a decir que probablemente sería necesario “algún endurecimiento más”.

“Los participantes observaron que la inflación seguía siendo demasiado alta y que el mercado laboral seguía estando demasiado tenso, por lo que anticiparon que podría ser apropiado un endurecimiento más de la política monetaria”, según las actas.