“Este luce como un gran día para las acciones del mercado y para el empleo”. Con esas palabras Donald Trump celebraba la nueva muestra que ofreció Estados Unidos de su reactivación económica. Este martes el Departamento de Comercio informó un alza de 17,7% en las ventas del retail de mayo, el mayor de la historia del indicador que supera con creces la estimación de un aumento de 8,4%.
En el detalle del informe, que sucede al de una baja de 14,7% en abril, se da cuenta de un aumento de 188% en las ventas de tiendas de ropa y accesorios, la mejora más destacada, mientras se registró un incremento de 44,1% en las de vehículos motorizados, lo que califica como el avance más amplio desde 1967.
“La economía cerró en marzo y abril, por lo que cuando comenzó a reabrir se esperaba que todos los indicadores se recuperaran bruscamente”, señala desde Pensilvania Joel Naroff, socio de Naroff Economics, destacando que “la reapertura está creando incrementos masivos en la actividad y eso debería continuar en junio y tal vez incluso en julio”.
Chris Rumpkey, economista financiero de MUGF en Nueva York, comparte el optimismo. “La economía dio un gran paso hacia la recuperación con los consumidores inundando los centros comerciales (…) No hay miedo a la segunda ola para los consumidores. ¡Están de regreso!”, indicó en un informe.
Más razones para celebrar
La noticia del retail estadounidense se sumó a los anuncios de estímulos monetarios adicionales, que desvanecieron en cuestión de un día las preocupaciones sobre un rebrote de coronavirus en China. El ánimo también fue influido por los anuncios de los bancos centrales.
“Ya sea en el año fiscal 2021 o 2022, siento que estamos muy lejos de una situación en la que podemos aumentar las tasas”, indicó el presidente del BoJ, Haruhiko Kuroda, luego de que se anunciara el aumento a US$1 billón del apoyo crediticio a empresas locales. La Fed ya había hecho lo propio la jornada previa, cuando anunció el inicio de compra de bonos individuales.
Ello favoreció un incremento de 2% en el cobre hasta cerrar en US$2,6125 la libra, permitió que el color verde se instalara en los tableros de las Bolsas alrededor del mundo, destacando el alza de 4,8% en el Nikkei.
Con esos datos, los mercados ya celebraban en Occidente, pero el ánimo mejoró aún más gracias a trascendidos sobre un plan de infraestructura que alista Trump. Se trataría de US$1 billón para puentes, carreteras, el desarrollo de la red inalámbrica 5G y de la banda ancha rural, según consignó Bloomberg.
Con todo, Jerome Powell, presidente de la Fed, intentó poner paños fríos al entusiasmo predominante. En su informe semestral al Senado, indicó que la “incertidumbre es significativa” y que “los niveles de producción y empleo permanecen muy por debajo de sus niveles previos a la pandemia”. Sin embargo, sus declaraciones no tuvieron muchas repercusiones en Wall Street.