Visas laborales caen 59% en el primer semestre por término de proceso de regulación y menor oferta de empleo
Entre enero y junio de 2023 las solicitudes de este tipo de permisos llegaron a 39.510, lo que se traduce en una caída de casi 60% anual. Entre enero y junio de 2022 se entregaron 96.391 permisos. Venezolanos lideran con 14.211.
La población extranjera en Chile es eminentemente laboral. Un indicador para monitorea su evolución son las visas que les permite trabajar en el país. En el primer semestre de 2023 las solicitudes de este tipo de permisos llegaron a 39.510, lo que se traduce en una caída de 59% frente a 96.391 del mismo período del año pasado.
En el Servicio Nacional de Migraciones explican que la caída se debe a que, en el primer semestre de 2022 se debió procesar 72.406 permisos, correspondientes al proceso de regularización extraordinaria del año 2021 que estaban pendientes de resolución.
No obstante, el director del organismo, Luis Eduardo Thayer, explica que la demanda se mantendrá constante durante este año. “En 2022 se otorgaron en torno a 72 mil residencias temporales -independiente del proceso de regularización de 2021- y en 2023 la proyección es de aproximadamente 79 mil residencias. Esto supondría un crecimiento menor al 10%. Esto habla, por una parte, de una mantención relativamente estable de la demanda de permisos y, por otra, de una eficiente implementación de la nueva Ley de Migraciones”, puntualiza.
Por países, los venezolanos lideran con 14.211. Luego le siguen los colombianos con 6.538 permisos y, en tercer lugar, ciudadanos bolivianos con 3.950, y los peruanos con 3.644.
Thayer indica, además que “también hemos sido capaces de disminuir en un 50% los tiempos de procesamientos de las solitudes de permisos de residencia que permiten trabajar, para de esta forma contribuir a la regularidad migratoria y al desarrollo económico del país, pero sin descuidar el debido análisis y chequeo de antecedentes de las personas migrantes”.
Las razones
Un primer cambio que permite un mayor control de la población extranjera que viene a trabajar al país es que se eliminaron las visas por motivos laborales, creada bajo el segundo gobierno de Michelle Bachelet. Este permiso permitía ingresar al país sin contar con un trabajo, pudiéndolo firmar en Chile. También abarató el costo para el empleador, puesto que no tenía la obligación de pagar el o los pasajes de regreso del migrante y su familia a su país natal. Eso se derogó en el gobierno de Sebastián Piñera, sin embargo, bajo su mandato se crearon las visas de responsabilidad democráticas que beneficiaron a los ciudadanos venezolanos, quienes tenían mayores facilidades para ingresar al país. Ese permiso lo derogó el actual gobierno, y ahora se permite ingresar al país solo con un contrato de trabajo.
En ese sentido, el director del servicio puntualiza que “la nueva Ley de Migraciones establece que, para venir a trabajar a Chile, la persona debe contar con una visa temporal para trabajo solicitada desde el extranjero. En este marco, la principal visa es el permiso para realizar actividades lícitas remuneradas”. Si bien dice que no es la única, “es la principal, porque también hay otras visas que permiten trabajar, por ejemplo, recientemente firmamos un acuerdo de reciprocidad con Bolivia que nos permite para este caso tramitar visas con los criterios del acuerdo de Mercosur”.
Mercado laboral
Otro factor que influye en la menor llegada de extranjeros, es la situación económica por la que atraviesa el país. “Chile es uno de los países con peores perspectivas de crecimiento dentro de la región latinoamericana en 2023. Dado que el propósito principal de los extranjeros que vienen a Chile es trabajar para obtener ingresos, el debilitamiento de la actividad económica afecta negativamente las oportunidades laborales, lo que disminuye el atractivo de migrar hacia Chile”, sostiene el director del Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales, Juan Bravo.
En ese escenario subraya que, “el mercado laboral del segmento de extranjeros se ha deteriorado en forma considerable, con una persistente destrucción de empleo formal, exhibiendo ya 12 reportes consecutivos de disminución”. El economista enfatiza que “al trimestre junio-agosto 2023 hay una caída de 3,4% anual en el empleo formal de extranjeros, mientras que el empleo informal de este segmento ha crecido al 17% anual. Esto ha llevado la tasa de ocupación informal a una cifra récord de 32,2%”.
A su vez, menciona que la tasa de desempleo en inmigrantes ha subido desde 6,7% a 7,8% en el último año. “La tasa de desempleo sería aún más alta de no ser por el fuerte crecimiento del empleo informal, al que están recurriendo muchos extranjeros justamente para evitar el desempleo, ante la destrucción del empleo formal que afecta a este grupo”, asevera el experto.
Thayer sostiene que “la situación laboral y la disponibilidad de empleos de difícil cobertura es ciertamente un factor que incentiva la llegada de trabajadores extranjeros. Es el caso de la agricultura, la construcción o en los servicios como el transporte y las empresas de delivery. Cuando la generación de empleo en los sectores donde se inserta el grueso de la fuerza de trabajo extranjera decae, se reduce el incentivo para venir a Chile, y se reduce también la disponibilidad de contratos u ofertas de empleo que son requisitos para solicitar una visa de trabajo”.
En su argumentación añade que, “en los últimos meses, hemos visto un incremento en la salida de personas que habían ingresado a nuestro país en años anteriores. Desde marzo de 2022 hemos autorizado la salida de más de 10.000 extranjeros que habían ingresado irregularmente en años anteriores. Esto puede deberse en parte a que la intensidad de la llegada de migrantes en años anteriores tendió a completar los segmentos del mercado de trabajo ocupados por migrantes”.
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