La última cifra oficial de población extranjera en Chile se mantuvo estable en 2021, de acuerdo con los datos del Servicio Nacional de Migraciones y el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), arrojó que los inmigrantes residentes llegaron a 1.482.390 al 31 de diciembre de 2021.
Esta cifra representó un alza de 1,5% (1.460.047) respecto a 2020; de 2,3% en relación a 2019 (1.448.391) y de 14,1% si se compara con el 1.299.43 de 2018. Todo esto, considerando cifras actualizadas cada uno de esos años.
Al desagregar por regiones, la Región Metropolitana lidera con más de 900 mil extranjeros; le sigue Antofagasta, con más de 100 mil; y en tercer lugar se ubica Valparaíso, con poco más de 97 mil inmigrantes. Por comuna, se mantienen un total de 42 localidades con 10.000 o más personas extranjeras estimadas, las cuales sumaron en conjunto 1.140.323 personas, representando 77% del total de la población extranjera residente en el país.
La mayoría de las personas que llegan al país lo hacen por motivos laborales. De eso dan cuenta las cifras del Servicio Nacional de Migraciones, que reflejan que entre 2011 y a noviembre de 2022 se han entregado 2.268.731 visas que permiten trabajar en el país.
Entre enero y noviembre de 2022, se han entregado 242.454 visas laborales si bien representa un alza de 127% en comparación a 2021 cuando se visaron 106.470 permisos, el número todavía se ubica por debajo de los niveles de prepandemia: en 2019, por ejemplo, se entregaron 312.760 y en 2018 se llegó al peak de 432.100 visas para trabajar.
El director del Servicio Nacional de Migraciones, Luis Eduardo Thayer, explica que la mayoría de las visas laborales otorgadas en 2022 corresponden al proceso de regularización 2021, correspondiendo a dos tercios del total. “Ello obedeció al plan de normalización del Servicio que debimos implementar, para solucionar el alto rezago que presentaban las solicitudes de años anteriores”, menciona el director. El otro tercio de las visas se distribuye entre nuevas residencias otorgadas bajo el nuevo sistema de tramitación desde el extranjero y prórrogas de residencias de personas que ya estaban en el país.
En cuanto a la cifra, Thayer sostiene que “efectivamente ha habido durante 2022 una relativa recuperación en la cantidad de permisos de residencia que habilitan a trabajar en el país. Eso ha respondido a la demanda de diversos sectores productivos, en los que se destacan la agricultura, transportes, comercio, entre otros”. También destaca el hecho de que durante el 2022 se terminaron de procesar las solicitudes de residencia que estaban pendientes del proceso de regularización 2021, dispuesto en la nueva Ley de Migraciones e iniciado en el gobierno anterior.
El exdirector del Servicio Nacional de Migraciones, Álvaro Bellolio, sostiene que “el flujo del año pasado es una mezcla de los 54 mil ingresos clandestinos más el proceso de regularización 2021 para extranjeros con visa vencida y la aplicación de las nuevas visas que se solicitan desde el exterior”. En ese sentido explica que “es razonable que sea menor a la época de turismo laboral de 2017 y 2018 y obviamente esperamos que la política migratoria no retroceda a los años de los vuelos Law, donde los extranjeros entraban como turistas y presentaban cualquier documento y se quedaban, lo que generó, en la práctica, una migración de fronteras abiertas”.
Al desagregar por países, Venezuela lidera por lejos, con 119.666 visas entregadas en 2022. Le sigue muy por debajo 38.998 permisos para Colombia; luego se sitúa Perú, con 31.949; Bolivia, con 22.019, y Ecuador, con 7.179.
Correa puntualiza que durante 2022 la gestión del servicio ha implementado la nueva Ley de Migraciones y sus reglamentos. En ella, según detalla el director del Servicio Nacional de Migraciones, se incorporan distintas subcategorías de residencia temporal, que pueden ser solicitadas con contratos y con ofertas de trabajo. Un cambio importante que contempla la nueva ley es el hecho de que las nuevas residencias por trabajo deben ser solicitadas desde el extranjero, asunto que se ha implementado a través de la plataforma del servicio y la debida coordinación con nuestros consulados en el extranjero para la legalización de los documentos pertinentes. Ello ha representado un desafío para empleadores y trabajadores, quienes han tenido que adaptarse a este nuevo sistema de tramitación de residencias.
Nueva bolsa de empleo
Una de las propuestas que el gobierno anunció para regular el flujo migratorio laboral es que se establecerá un sistema donde una persona desde el extranjero, que postule a una visa, pueda optar al mismo tiempo e idealmente en el mismo formulario a una oferta de empleo. Con eso se buscaba resolver parte importante del orden del flujo migratorio y la necesidad del mercado de trabajo que hoy se encuentran con déficit de fuerza laboral.
Thayer puntualiza que ese es un proyecto que tenemos como servicio para desarrollar en el presente año. “Nuestro equipo ha trabajado junto al Ministerio del Trabajo en el diseño de este proyecto, analizando la implementación informática y su procedimiento. El proyecto ya cuenta con financiamiento. Si bien no podemos adelantar un plazo para su implementación, podemos señalar que es una prioridad para nuestra gestión 2023″.
Para Bellolio, “la bolsa de empleo me parece una propuesta ineficiente”. Para el exdirector, es “más realista y efectivo firmar convenios con los países vecinos para trabajadores de temporada y para obtención de visas de oportunidades dirigidas a especialistas médicos y profesionales de la transformación digital. La lógica de que el gobierno decide que es lo mejor para la economía y no las propias personas es un sello de la actual administración”.
Proyecciones para 2023
Para este año, el servicio no se la juega por una estimación concreta de visados, sin embargo, es probable que la tendencia siga al alza.
“2018 y 2019 no fueron años normales en materia de otorgamiento de residencias, ya que sus cifras respondieron también a la resolución de las solicitudes de residencia presentadas en 2018 por la vía del proceso de regularización de ese año, también implementado por el gobierno anterior. Influyó en esa época la llegada importante de flujo de personas venezolanas”, dice Thayer. Por ello enfatiza que para este año esperan “seguir implementando la ley, mejorando la capacidad de respuesta institucional en nuestro servicio y respondiendo adecuadamente a las necesidades de los sectores productivos de nuestro país”.
Y puntualiza que el desafío del gobierno “es ordenar la migración, combatir la irregularidad y contribuir en la respuesta a las urgencias en materia de seguridad que la ciudadanía está demandando”.
No obstante, para Bellolio dependerá de la política migratoria que se adopte. “Si el gobierno se enfoca en dar perdonazos a quien ingresó clandestino y fomenta el turismo laboral, probablemente aumenten exponencialmente las visas y volveremos a los grandes aumentos demográficos del 2017 al 2019. En una economía deprimida y sin inversión, generará graves problemas de cohesión”.