La Audiencia Provincial de Stuttgart condenó a Volkswagen, como matriz de Porsche, a pagar 47 millones de euros de compensación por "no informar convenientemente a los accionistas del escándalo sobre la manipulación de las emisiones de gases contaminantes de sus vehículos".

El tribunal, en el primer fallo de este tipo en Alemania, aseguró que Porsche deberá "compensar a los accionistas querellantes por la violación de las obligaciones de información de la normativa sobre mercados de capitales en relación" al escándalo del fraude de las emisiones, según informó un comunicado de la audiencia.

Fabian Reuschle, juez que está al frente de los procesos civiles sobre este asunto, afirmó que al menos el entonces presidente del mayor fabricante de vehículos de Europa, Martin Winterkorn, incumplió "gravemente" con sus obligaciones.

La sentencia argumenta que el grupo Volkswagen informó demasiado tarde y, por tanto de forma deficiente, a sus accionistas sobre la evolución del escándalo y sus consecuencias.

El tribunal limita la compensación al período entre el 23 de mayo de 2014 -cuando considera que la empresa podía ya haber comunicado la cuestión a sus accionistas- y el 22 de septiembre de 2015, cuando se destapó el escándalo públicamente a raíz de una investigación de las autoridades medioambientales de Estados Unidos.

De esta manera, el fallo prevé una compensación de más de 44 millones de euros para un grupo de accionistas representados por el abogado Josef Broich, y de 3,2 millones de euros para el fondo de pensiones de la ciudad británica de Wolverhampton, que contó con la defensa legal del bufete Nieding + Barth.

En tanto, Porsche rechazó la sentencia, al considerarla injustificada, y anunció que presentará un recurso de apelación.

El caso en Chile

En enero de 2017, Volkswagen admitió -tras un oficio realizado por Sernac- que alrededor de cinco mil vehículos circulaban en el país con una alteración de software que permitía engañar a los controles técnicos de emisiones contaminantes, hecho que correspondió a un nuevo coletazo del dieselgate protagonizado por la firma alemana en 2015.

De esta manera, Sernac informó -en ese entonces- que iniciaría las conversaciones necesarias para realizar una medicación colectiva con los representantes de la marca en el país, para que estos propusieran de manera proactiva las soluciones, lo que terminó con un llamado a revisión de los modelos involucrados.

El dieselgate se inició tras una denuncia de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA), quien acusó a la firma alemana de utilizar un software hacker espía para aumentar en 40 veces los límites legales de óxidos de nitrógeno en sus vehículos.