La semana no trajo buenas noticias para la economía mundial. El miércoles la Reserva Federal (Fed) daba cuenta de un escenario 2019 más complejo recortando las perspectivas de crecimiento y eliminó la opción de alza para la tasa de interés.
A ello se sumó que ayer los indicadores de manufactura de Alemania y Francia se contrajeron, complicando aún más el panorama global.
Todo esto llevó, además, a que el rendimiento del bono del Tesoro de tres meses superó al de 10 años, evento que ha antecedido en siete oportunidades una recesión en EEUU, siendo el de 2007 el último episodio, previo a la crisis financiera que derivó en una contracción económica mundial.
La noticia disparó 20% la volatilidad de los mercados, que ya operaban en rojo debido a los datos que también alarman sobre la situación económica al otro lado del Atlántico.
En Chile, en tanto, la reacción más inmediata fue la caída que registró el cobre y el alza del dólar (ver página 9), pero también hubo un cambio en la trayectoria esperada para la política monetaria, ya que ahora el mercado financiero -tasas swap-eliminó por completo la opción de un incremento en 2019 postergándola para marzo de 2020. Y ahora, el mercado está a la espera de lo que diga el Banco Central en el Informe de Política Monetaria (Ipom), que se publica el próximo lunes.
Si bien ya está incorporada una desaceleración mundial para este año, considerando el ritmo de crecimiento más lento que se espera para las mayores economías planetarias, persisten las dudas de cuán profunda puede llegar a ser.
Implicancias
En este escenario, el movimiento en el bono del Tesoro llegó para ensombrecer aún más el panorama. La curva de rendimiento en general tiende ir hacia arriba, ya que los mayores retornos son para las inversiones a más largo plazo (en este caso a 10 años) que para los que lo hacen a corto plazo (tres meses).
Cuando la situación es la contraria, es decir, la inversión en bonos a corto plazo es mejor compensada que la de largo plazo invirtiendo la curva, quiere decir que se ven más riesgos a corto plazo, lo que anticiparía una recesión, lo que de hecho se ha concretado en el pasado.
"Cuando la curva entre 10 años y 3 meses se invierte, un modelo de probabilidad simple estima un 48% de probabilidad de recesión en de 12 meses y de 56% en 12 a 24 meses", explica a PULSO Michael Hanson, jefe de estrategia macro en TD Securities.
Reacción de mercado
Si bien Kathryn Rooney, jefa de investigación y estrategia en la firma financiera Bulltik, matiza al indicar que "la recesión no es inminente", comparte el análisis de Hanson al señalar que "ocurrirá eventualmente y la curva de rendimiento tiende a presagiar la recesión con una anticipación de 16 meses".
Aunque no todos son pesimistas, Jennifer McKeown, economista jefa de economía global en Capital Economics, asegura lo que se avecina es "una moderación cíclica normal en lugar de una caída", la ola de ventas se desató en los activos de riesgo, es decir, monedas y bolsas). Por el contrario, se abrió el apetito por los activos de refugio, particularmente por el bono alemán, cuyo rendimiento pasó a negativo por primera vez desde octubre de 2016.