AUNQUE en la apertura los principales mercados de Nueva York se sumaron a la ola de ventas registrada en Asia y Europa, incrementos en las acciones de las gigantes tecnológicas ayudaron a revertir la tendencia y partir el segundo semestre del año con el pie derecho.
Las tensiones comerciales calaron hondo en la bolsa de Shanghai, que cayó 2,52%, en linea con el Nikkei japonés, que bajó 2,21%. En el Viejo Continente los tableros también quedaron en rojo, con descensos de 1,17% en el FTSE 100 y caídas algo más leves en el CAC francés y el DAX alemán.
"Las tensiones comerciales y arancelarias continuaron afectando a las acciones a nivel global así como a las monedas de mercados emergentes", indicó John Stoltzfus, estratega jefe de inversiones de Oppenheimer, en una nota a clientes.
Los temores del mercado se concentran en las recientes advertencias de la Casa Blanca sobre imponer aranceles a los automóviles, por un total de US$275.000 millones, y más barreras contra China, que podrían llegar a afectar a US$400.000 millones de importaciones de ese país a EEUU.
Sin embargo, la volatilidad no parece inquietar a la administración de Donald Trump. "No hay un umbral en el mercado bursátil que vaya a cambiar la política", dijo ayer Wilbur Ross, secretario de comercio de Estados Unidos en entrevista con CNBC, agregando que "el presidente está tratando de solucionar problemas a largo plazo que deberían haberse solucionado hace mucho tiempo".
Pero el conflicto ayer no se interpuso en el avance de las FANG, acrónimo con el que se conoce a cuatro de las grandes tecnológicas de EEUU. Ayer se observaron alzas en Netflix (1,72%), Facebook (1,56%), Alphabet (1,14%) y Amazon (0,82%), impulsando aumentos generalizadas en Wall Street.
Pese a que se esquivaron las bajas en el mercado estadounidense, el panorama luce complejo para la segunda parte del año. "Los fundamentos positivos se están compensando, en el corto plazo, por el temor a una caída potencial negativa del drama comercial", indicó Tom Essaye, fundador de The Sevens Report, en un informe. "Los aranceles reales establecidos (o que están a punto de establecerse) no representan mucho en el comercio mundial, y la certeza no descarrilará la economía de los EEUU, pero, las constantes amenazas de algo peor están empezando a tener efecto porque están ocurriendo desde hace demasiado tiempo, sin un objetivo claro o final a la vista", detalló.