Como en Chile, tras las elecciones del domingo, una de las principales incógnitas para los analistas de grandes bancos de Wall Street está en la definición del ministro de Hacienda que acompañará al presidente electo Gabriel Boric.
De acuerdo a Alberto Ramos, economista para América Latina de Goldman Sachs, es importante que sea un nombre que convenza no solo al mercado, sino que también a trabajadores, pymes y a los actores económicos en general.
Para Fernando Díaz, economista que sigue a Chile en Citi, también es relevante que sea una persona a la que escuche el mandatario y que cuente con su respaldo. Plantea, eso sí, que conocer el nombre tres meses antes del cambio de mando conlleva el riesgo de un desgaste anticipado.
Alberto Ramos, Goldman Sachs: “Se va a requerir de un talento político muy elevado para coexistir con tres poderes”
Los desafíos políticos serán cruciales para el presidente electo Gabriel Boric, de acuerdo al economista para América Latina de Goldman Sachs, Alberto Ramos. Esto, tanto por la coexistencia del Poder Ejecutivo con un Legislativo dividido y con la Convención Constituyente, como por el manejo de expectativas que se deberá desplegar.
¿Cuál es su primera impresión frente a la victoria de Gabriel Boric?
-Dado el margen con que ha ganado, es un mandato muy claro, contundente. Son más de 10 puntos, así que tiene un mandato fuerte para gobernar. Habrá una cohabitación con un presidente más de centroizquierda, un Congreso dividido y una Convención Constitucional que empieza a escribir una Carta Magna, por lo que se va a requerir de un talento político muy elevado para coexistir con tres poderes que por algún tiempo van a estar en escena.
Me parece que la incertidumbre política no se va a desvanecer totalmente. De hecho, el principal reto para el presidente electo Boric es unificar el país, dado que hay un nivel de polarización política y social muy elevada y es importante que se deje eso atrás y se siga adelante.
El país enfrenta retos importantes que van a requerir políticas muy acertadas, que logren entregar lo que la gente espera, pero al mismo tiempo manteniendo un grado importante de disciplina fiscal y los incentivos a la inversión para que se pueda generar un crecimiento robusto y socialmente inclusivo.
Ese es el reto. La gente quiere una red de protección más amplia, ansía un progreso económico más rápido. No es fácil hacerlo de un día para otro, pero ese es el gran reto para el nuevo gobierno.
¿Le preocupa la primera reacción del mercado ante el triunfo de Boric?
-No le daría mucha importancia a la primera reacción del mercado. Lo que venga va a depender bastante de los próximos pasos y declaraciones públicas del presidente electo. Qué tipo de políticas va a querer implementar, qué tipo de puentes va a construir para pacificar y unificar el país. El mercado va a tomar una dirección más enfocado en los primeros pasos del Presidente, en quiénes va a escoger para gobernar y cómo va a gobernar.
El país está dividido, el Congreso está dividido, así que no es un reto fácil. De hecho, aunque hubiera ganado (José Antonio) Kast no iba a ser fácil gobernar. La gente también tiene expectativas muy altas, por lo que también hay que mostrar a la gente que las cosas no acontecen del día a la noche, que hay que tomarse un tiempo y contener esa ansiedad para que se puedan encontrar las soluciones.
¿Qué características debiera tener el nuevo ministro de Hacienda para generar confianza en el mundo económico?
-Es importante que no sólo en el mercado, sino que también en el país en general, a la gente emprendedora, a los trabajadores, a todos. Que se busque a alguien que muestre que tiene total control de la situación, que va a gobernar con un grado de disciplina elevado, porque la gente en la vida no hace lo que quiere, hace lo que puede y hay una situación fiscal que es necesaria observar. La parte fiscal ya se ha deteriorado bastante en los últimos años.
También hay que entender que el país no se desarrolla por decreto. No es así de sencillo que se mejoran las condiciones de vida. Es claro que algo se puede hacer, pero con una dosis de realismo, porque hay limitaciones muy importantes en lo que el Estado puede hacer. Al final es una asociación entre el sector público y el sector privado, y si no hay confianza no hay inversión, no hay crecimiento, no hay oportunidad, no hay empleo, no hay salarios; así que es importante que se tenga eso siempre en mente.
Entonces, se requiere un ministro de Hacienda con experiencia y comprometido con algún tipo de disciplina fiscal.
¿Cómo lidiar desde la economía con las expectativas en relación a la agenda transformadora de Boric?
-La gente quiere cambios, quiere más oportunidades, ingresos, empleo, crecimiento, protección social... La cuestión es cómo se hace eso de una manera responsable. Es parte del contrato social entre los individuos y el Estado que los representa.
Si la gente quiere más gasto, hay que definir cómo se va a financiar. Al final hay que entender que esto no es un “tenedor abierto”, que si se quiere gastar más se debe ver cómo se va a lograr para que se financie de una forma responsable, de manera que no liquide el incentivo a la inversión y al crecimiento, porque el Estado por sí solo no va a poder hacer eso, necesita la ayuda del sector privado, que tenga confianza e invierta para que el país se mueva adelante. El reto también es un juego de expectativas.
En relación a la gobernabilidad y la coexistencia de poderes que mencionaba, ¿ayuda la cercanía de Boric con la Convención Constitucional?
-Me parece que sí. Facilita si tiene un perfil ideológico más próximo a la composición promedio de la Convención. Así que es menor la posibilidad de algún enfrentamiento por ahí entre la presidencia y la Convención, que es un poder constituido, electo.
Hay restricciones económicas, financieras y fiscales, hay restricciones políticas... Es una democracia y por eso que insisto que se necesita de un talento político elevado para navegar entre esas restricciones y la ansiedad de la gente.
¿Cuáles serán los principales desafíos para el nuevo gobierno en materia económica?
-La economía se está sobrecalentando, no hay duda. El Banco Central ha subido la tasa de interés agresivamente para lidiar con la inflación que ya está bastante alta. El crecimiento se va a desacelerar bastante en 2022, por la propia expresión del ajuste fiscal que ya está en el Presupuesto.
Es importante que el objetivo prioritario del corto plazo sea que se baje la inflación, para que más adelante el Banco Central pueda salir de una política restrictiva a una más neutra, pero estamos hablando de fines de 2022 o 2023.
El manejo de la parte fiscal es importante. Si se gasta más, hay que ver cómo se hace de una manera responsable. El programa del presidente electo Boric es ambicioso y tienen también un aumento de la carga tributaria, de cómo se distribuye la carga tributaria, y esos son retos importantes. Vamos a ver qué pasa.
Fernando Díaz, Citi: “En su ADN político ya ha mostrado que quiere generar consensos, así que creo que Boric va a tender a la moderación”
Su historia política, además de un Congreso dividido y una economía en dificultades, llevarán a que Gabriel Boric modere su agenda, de acuerdo a Fernando Díaz, economista de Citi que da seguimiento al desarrollo económico de Chile, el cual -a su juicio- enfrentará en el primer año de la nueva administración importantes desafíos tanto externos como domésticos.
¿Cuál es su primera impresión del resultado de la elección?
-Hubo dos cosas interesantes. Uno, que el margen fue un poco mayor al esperado, y dos, que la participación fue muy alta. Dicho eso, una primera interpretación podría ser que Boric tiene una mandato más fuerte. Sin embargo, también es cierto que era una elección muy polarizada, muy difícil de interpretar, si todos los votos que sacó fueron de gente que lo apoya explícitamente a él, o si era más un voto anti Kast.
Creo entonces que hay que matizar la idea de que va a tener un mandato mucho más fuerte del que esperábamos. Eso lo vamos a saber mejor con el tiempo, una vez que empecemos a ver qué tasa de aprobación tiene él y los anuncios sobre cuál va a ser su equipo. En Chile la transición es larga, así que puede ser que ese proceso sea gradual, para descubrir qué tan fuerte es el mandato que realmente tiene.
¿Cómo interpreta la reacción del mercado?
-Si bien el mercado reaccionó como uno esperaría, la magnitud del ajuste muestra un poco que no fue un resultado completamente inesperado. La mayoría de las encuestas daban por ganador a Boric, quizá la diferencia fue la sorpresa, junto con la mayor participación.
¿Cómo ve la moderación que ha mostrado Boric?
-Hay dos cosas interesantes y positivas. Durante la segunda vuelta ambos candidatos se moderaron y convergieron al centro, como era esperable, lo que muestra que es pragmático, algo que me parece positivo.
En segundo lugar, en su ADN político ya ha mostrado que quiere generar consensos, entonces sí creo que Boric va a tender a la moderación. Lo anterior también por el hecho de que no tiene mayoría en el Congreso, entonces eso va a generar, más allá de cómo él piensa la política, la necesidad de generar consensos y, por el otro lado, el hecho de que la situación económica que él hereda es bastante difícil, lo que llevará a que siga empujando por los cambios que propuso en la campaña, pero de manera más gradual y no muy disruptiva, para que el impacto económico inicial no sea tan fuerte y vuelva todo más difícil.
¿Qué tan relevante es una pronta definición del ministro de Hacienda y qué características debiera tener para generar confianza en el mundo económico?
-Que se rodee de gente con experiencia o no va a ser un indicativo de qué tan exitoso puede ser su gobierno. También qué tan rápida puede ser la curva de aprendizaje del comienzo.
Después creo que, más allá del objetivo claro que él tiene de redistribuir la riqueza, hay formas y formas de hacerlo. Se puede hacer de una forma técnicamente mejor o técnicamente peor.
Lo peor serían impuestos distorsivos, que más allá de redistribuir la riqueza generan desincentivos para invertir y producir y, por ende, terminan generando deficiencias de mediano plazo. Entonces, el enfoque que tenga su ministro va a ser importante.
Es cierto que, por un lado, anunciar su equipo pronto puede reducir la incertidumbre, pero también hacerlo tres meses antes puede generar que esas figuras empiecen a desgastarse anticipadamente y ser contraproducente por ese lado.
De todas maneras, los economistas que se fueron sumando a su campaña, entre la primera y segunda vuelta, independiente de sus visiones ideológicas, se puede acordar que es gente muy preparada y buenos profesionales.
Después de conocer los nombres de sus ministros, habrá que ver cuánto los apoya Boric y cuánto los escucha. Porque podría ser alguien técnicamente bueno, pero débil políticamente, y en el mediano plazo no ser viable.
Entonces, creo que hay tres factores claves: experiencia; qué tan buen técnico es, porque hay diferentes formas de distribuir el ingreso; y si es una persona idónea, qué tan respaldada está por Boric, dado que es una coalición amplia bastante ideológica, entonces probablemente habrá tensiones al interior de la coalición, situación en la cual va a ser importante qué tanto respaldo tenga el ministro de parte del presidente electo.
¿Cuáles son los principales riesgos que encarará esta administración en términos de la política económica?
-Hay riesgos externos. El contexto para los mercados emergentes va a ser un poco menos favorable, en relación al último año. Por un lado, China va a crecer bastante menos de lo que lo venía haciendo y, por otro lado, hay un problema de inflación global y cada vez se espera que la Fed en EEUU ajuste la política monetaria más rápidamente, lo cual puede generar menos flujos de capitales hacia países emergentes.
Es cierto que todos los commodities van a reaccionar de la misma forma y esperamos que el precio del cobre se va a mantener relativamente alto, pero va a ser en un contexto externo un poco peor, al menos en relación a 2021, que fue bastante ideal.
En lo doméstico, creo que es evidente que la situación que hereda no es buena. Si bien el crecimiento este año fue muy fuerte, eso implica que haya menos capacidad ociosa y eso va a hacer que sea más difícil crecer hacia adelante.
Claramente hereda una economía sobrecalentada, con muy poco espacio fiscal y donde va a ser claro que cierta consolidación fiscal es necesaria hacia adelante. No hay duda que Chile va a poder conseguir financiamiento para poder cubrir el déficit fiscal, pero tampoco hay duda que el actual déficit fiscal es insostenible y, por ende, se tiene que ir ajustando.
Por el lado de la política monetaria, la inflación está muy alta y el Banco Central va a tener que subir las tasas bastante rápido, lo cual también será un viento en contra del crecimiento. Entonces, ya hay tres factores que hacen que se pueda esperar una desaceleración del crecimiento.