Parece que la clase de Derecho Internacional Público no estaba muy entretenida esa mañana. José Manuel Jiménez (28), fundador y actual CEO de Webdox, cursaba tercer año de Derecho en la Universidad Católica (UC) y no lograba concentrarse en la materia. "Es que no podía sacarme una idea de la cabeza".
Corría el 2011 y Jiménez ya pensaba en emprender. Le gustaba lo que estaba estudiando, pero lo encontraba algo monótono y aburrido. El viento de las startups lo estaba despeinando.
"Ya estaba trabajando como procurador en un estudio jurídico, pero tenía mucha curiosidad de cómo poder mejorar la gestión de contratos y otros documentos legales con tecnología", cuenta.
Metódicamente hizo una lista de 10 ideas y -con la ayuda de un amigo informático- decidió que lo mejor era desarrollar un software que mejorara la búsqueda de documentos a los abogados de los estudios jurídicos y así, ahorrar tiempo.
"Nos dimos cuenta de que, en general, estos sistemas estaban muy poco desarrollados. Y el paso siguiente fue ofrecerles la misma herramienta a las empresas", dice José Manuel, con una claridad y vehemencia típica de un abogado cuando está presentando un caso ante un juez.
Junto a un compañero de carrera y un amigo ingeniero, partieron Webdox a principios de 2013.
Como el foco en las empresas estaba claro, no tardaron en decidir que había que ajustarlo más aún: su target serían las grandes compañías que manejan miles de documentos legales al mes. "No fue fácil al principio. Vimos varias tecnologías especializadas, otras no tanto, y fuimos agregando diferentes módulos, entre otros elementos.
Era complicado competir con grandes compañías multinacionales, como Microsoft, que ya estaban muy posicionadas en este mercado. Pero ya habíamos tomado el camino".
Afinando la puntería
En tres años lograron vender sus herramientas a muchas empresas que son parte de las 500 más grandes de Chile, según dice Jiménez.
En 2016 tenían varios clientes y buenas ventas, pero sentían que en vez de ofrecer varios productos, había que enfocarse sólo a uno. Acto seguido, con la incorporación de nuevos socios, en junio de 2017 tomaron la decisión: su único gran producto sería la gestión de contratos, debido a su importancia y volumen.
"La clave fue entender que el contrato no corresponde sólo al área legal de la compañía, sino a toda la empresa: se redacta, se firma, se administra, se termina, etc. Pero tiene elementos comerciales que dependen de esa área o aspectos logísticos, que le preocupan a otra gerencia", dice este abogado emprendedor, y agrega: "Finalmente, el contrato es la forma de controlar o gobernar un negocio".
Y al parecer, esa fue la piedra filosofal de este "Software como un Servicio" (SaaS, por sus siglas en inglés).
Ya desde 2014, lograron grandes clientes, tales como Embotelladora Andina y Lipigas, empresas que lograron la expansión del software a países como Argentina, Brasil, Paraguay, Colombia y Perú. También le prestan servicio a Walmart, Copec, Coca-Cola y British American Tobbaco, entre otras corporaciones.
Con respecto a los números, a la fecha han recibido cerca de US$1,5 millones de inversión de privados, US$300.000 de Corfo y otros aportes de entidades como Wayra y la teleco mexicana Axtel.
Entre los privados se encuentran, por ejemplo, Pablo Guilisasti, Juan Alberto Vásquez (Liberty), el emprendedor Juan Enrique Benítez, un estudio jurídico, varios profesionales y, recientemente, el empresario Franco Mellafe Angelini.
Una de las llaves que les abrió el éxito fue - según José Manuel- haber entendido y transmitido a las empresas que los contratos hay que entenderlos bajo otra dimensión. "Muchas veces pasan cientos de contratos por una empresa y nadie sabe qué tienen adentro, hasta que pasa algo. Webdox, ayuda, al menos, a mejorar esa lectura, con herramientas automatizadas y reducir los riesgos.
"Así, cambiamos la concepción de este tipo de documentos. Ya no es algo que sirve sólo como una herramienta legal para agarrarse a combos cuando hay un problema; sino como un instrumento que regula y administra el negocio mes a mes. De hecho, los premios Nobel de Economía de 2016 fueron reconocidos por la teoría de los Contratos", explica José Manuel Jiménez.
La bandera en México
Para este año, proyectan facturar US$1,2 millones y en 2019 cuadriplicar esa cifra; además de subir de 25 a 40 personas.
¿Cómo? El acuerdo con Axtel les abrió el mercado mexicano, donde ya arrendaron una oficina que están a punto de abrirla, logrando poner la primera bandera de Webdox fuera de Chile.
"Es importante que las startups tengan inversiones, pero también hay que generar la maquinaria para que sea autosuficiente.
El capital es importante, pero las ventas también", aconseja a otros emprendedores Jiménez, agregando que él es "sólo un motivador, un coordinador. Pero la clave está en el equipo".
Tecnológicamente hablando se encuentran optimizando más aún el software. Sin embargo, lo de México los tiene pensando en una nueva era. "Estamos trabajando para ser los mejores del mundo.
De aquí a cinco años esperamos facturar US$100 millones y para lograrlo vamos a trabajar como perros de caza… como un pitbull", dice entusiasmado José Manuel, apuntando con el dedo un cuadro con la imagen humanoide de esa raza de perro, la que comunica la filosofía que los inspira.