WeWork, la multinacional de alquiler de oficinas y espacios de ‘coworking’, fundada en 2010 por Adam Neumann y Miguel McKelvey, se ha declarado finalmente en suspensión de pagos al solicitar la protección del Capítulo 11 del Código de Quiebras de EE.UU. con una deuda de US$18.656 millones de dólares (17.377 millones de euros) y un activo de US$15.063 millones.

La quiebra de WeWork, anticipada en la prensa estadounidense la semana pasada, llevó en el día de ayer a la suspensión de la negociación de las acciones de la empresa “a la espera de noticias” por el operador de la Bolsa de Nueva York.

La compañía anunció este lunes el comienzo de una “reorganización integral” para reforzar su estructura de capital y desempeño financiero y posicionar mejor a la compañía para el futuro, para lo que ha celebrado un Acuerdo de Apoyo a la Reestructuración con acreedores que representan aproximadamente el 92% de sus bonos garantizados con el objetivo de reducir drásticamente la deuda financiada existente y acelerar el proceso de reestructuración.


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Durante este periodo, WeWork indicó que racionalizará aún más su cartera de arrendamiento de oficinas comerciales mientras se concentra en la continuidad del negocio y en brindar los mejores servicios a sus miembros, ya que se espera que las operaciones globales continúen como de costumbre.

De este modo, WeWork confirmó la solicitud de protección bajo el Capítulo 11 del Código de Quiebras de EE. UU. y la intención de presentar procedimientos de reconocimiento en Canadá bajo la Parte IV de la Ley de Arreglo de Acreedores de Empresas, mientras que precisó que las ubicaciones de WeWork fuera de EE.UU. y Canadá “no forman parte de este proceso”, así como tampoco los franquiciados de WeWork en todo el mundo.

WeWork se declara en quiebra

“Ahora es el momento de impulsar el futuro abordando agresivamente nuestros arrendamientos heredados y mejorando drásticamente nuestro balance”, afirmó el consejero delegado de WeWork, David Tolley, quien defendió que estos pasos permitirán a la empresa “seguir siendo el líder mundial en trabajo flexible”.

De su lado, Adam Neumann, quien abandonó la dirección de la empresa en 2019, ha considerado, “como cofundador de WeWork, que pasó una década construyendo el negocio”, “decepcionante” la declaración de quiebra de la empresa.

“Ha sido un desafío para mí observar desde 2019 cómo WeWork no ha logrado aprovechar un producto que es más relevante hoy que nunca. Creo que, con la estrategia y el equipo adecuados, una reorganización permitirá a WeWork surgir con éxito”, ha defendido.

Las acciones de WeWork, que llegó a valorarse en US$47.000 millones, se han depreciado casi un 99% en lo que va de año, cerrando el pasado viernes a 0,84 dólares, último día de negociación antes de su declaración en bancarrota, muy por debajo del precio récord de 14,97 dólares que llegó a marcar el 22 de octubre de 2021, un día después de su debut bursátil.

WeWork se declara en quiebra

Los títulos de la compañía comenzaron a cotizar en Wall Street en octubre de 2021 de la mano de BowX Acquisition, una empresa de compra de propósito especial (SPAC), dos años después de que WeWork se viera forzada en septiembre de 2019 a cancelar su salto al parqué, poco después de que Adam Neumann, cofundador de la firma, decidiera dejar el cargo de consejero delegado.

WeWork informó el pasado mes de agosto de que registró pérdidas de US$349 millones en el segundo trimestre del año, lo que representa una disminución del 39,5% respecto de los ‘números rojos’ contabilizados por la compañía en el mismo periodo de 2022, lo que elevaba a US$613 millones los ‘números rojos’ del primer semestre.

Sin embargo, a pesar de reducir sus pérdidas, la compañía advirtió entonces de que, como resultado de las pérdidas de la empresa y las necesidades de efectivo proyectadas, combinadas con una mayor rotación de miembros y niveles de liquidez, “existe una duda sustancial sobre la capacidad de la compañía para continuar como un negocio en marcha”.