Ya hay dos proyectos para un tercer retiro del 10% en el Congreso: ¿Es posible que el TC cambie de opinión y lo autorice?
El viernes diputados ingresaron otra reforma para un tercer retiro de ahorros en las AFP. Abogados constitucionalistas ven bastante difícil que el Tribunal Constitucional -que rechazó con voto dirimente la fórmula del Congreso en el segundo retiro- cambie de posición y esta vez permita una reforma de ese tipo. La puerta, sin embargo, no está del todo cerrada.
El viernes, último día antes del receso legislativo del Congreso, ingresó un nuevo proyecto para un tercer retiro del 10% de las AFP. Ya son dos. El primero se presentó el el 15 de diciembre ingresó uno por parte de la diputada Pamela Jiles (PH); en el segundo, diputados de la Federación Regionalista Verde Social, encabezados por Jaime Mulet y Alejandra Sepúlveda, proponen una reforma constitucional muy similar a los primeros retiros del 10%, pero con algunas novedades.
Más allá de poder sacar hasta un 10% de las AFP, con un mínimo de UF35 y máximo UF150, la nueva iniciativa también propone que los pensionados por rentas vitalicias puedan sacar hasta un 10% del monto que le hayan transferido a las aseguradoras, con un mínimo de UF35 y máximo UF150. También se incluye un bono de reconocimiento para que sea el Estado el que se haga cargo de reponer el dinero retirado al momento de jubilar, tanto para quienes saquen dinero de las AFP como de rentas vitalicias.
Sobre el resultado que tuvo en el Tribunal Constitucional (TC) el proyecto del segundo retiro de fondos, donde el gobierno se anotó un triunfo, Mulet dijo que “este fue un fallo político, dirimido por la ex jefa de gabinete de Piñera (María Luisa Brahm), que como todos los fallos produce efecto relativo, o sea, aplica sólo a ese proyecto, no genera un precedente obligatorio, por lo que esperamos que el TC pueda cambiar su votación”.
Constitucionalistas al debate
¿Podría realmente el TC cambiar su votación? En general, los abogados constitucionalistas creen que es extremadamente improbable que el TC modifique su postura; pero también otros lo ven como una opción, aunque bastante más difícil que antes.
Así por ejemplo, el académico UDP y de la Universidad de Utrecht, Javier Couso, está entre los primeros. “Considero extremadamente improbable que el TC cambie su decisión. La mitad del TC (más el voto dirimente de su Presidenta), declaró hace sólo unas semanas atrás inconstitucional este tipo de reformas constitucionales. Así que no veo que eso vaya a cambiar”, comenta. En todo caso, Couso detalla que si no hay un patrocinio del Ejecutivo a este proyecto, “haciéndolo suyo (y eso es también extremadamente improbable), éste no tiene futuro, a mi juicio”.
Por su parte, el académico de la UC y la UDD, José Manuel Díaz de Valdés, afirma que si es que esta iniciativa para un tercer retiro “tiene los mismos vicios que el anterior (básicamente utilizar una reforma constitucional para saltarse la iniciativa exclusiva presidencial, utilizar un quórum de 3/5 en vez de 2/3 de los parlamentarios en ejercicio, y ´vaciar´ el derecho a la seguridad social en vez de darle cumplimiento) no veo cómo los ministros del TC podrían cambiar su voto. Incluso podría ser 6/4 dependiendo de lo que opine el Ministro (Juan José) Romero, que en el fallo osado tuvo una opinión más matizada”.
En ese sentido, Díaz de Valdés añade que “este fallo fue muy importante porque sentó la doctrina de que el TC puede ejercer un control de fondo de las reformas constitucionales, y algo tan trascendental no va a cambiar en un par de meses”.
Para el abogado constitucionalista y académico UDP, Domingo Lovera, en este tema no todo es blanco y negro, pues ve distintos escenarios posibles.
Lovera detalla que “si el proyecto es del mismo tenor que los anteriores, hay que tener claro que podría ser aprobado -como aconteció con el primer retiro- sin problemas y ser ley (de reforma constitucional). Para que un proyecto vuelva a llegar a manos del TC, es preciso que se presente un requerimiento en su contra, que con ocasión del segundo retiro fue presentado por el propio Presidente”.
De este modo, Lovera cree que primero hay que ver qué ocurre con la misma tramitación, tanto su eventual aprobación en ambas Cámaras, como de la decisión que se tome de ir o no al TC. Cabe recordar que para el primer retiro del 10% el gobierno decidió no acudir al TC por diversos motivos, entre otros, por la popularidad de la medida y la presión social de un momento en el que más de la mitad del país estaba en cuarentena.
Lovera recalca que “es importante anotar que el requerimiento podría ser presentado, además, por cualquiera de las Cámaras o de una cuarta parte de sus miembros en ejercicio. Dicho esto, si se presentara el requerimiento y el proyecto llegara a manos del TC, ¿podría éste cambiar su parecer y fallar de modo diferente? Desde luego (...) ¿Lo hará? Difícil saberlo de antemano, pero es igualmente difícil que con la misma composición, tratándose de un proyecto prácticamente idéntico, varíen las posiciones de los ministros y las ministras del TC”.
¿Ahora es más difícil que se concrete un tercer retiro? “Se ve más difícil si el fallo anterior del TC y la eventual posibilidad de que se vuelva a recurrir a él sean considerados un obstáculo, pero, como he dicho, tratándose de decisiones (el requerimiento y la sentencia) que dependen de voluntades (y razonamientos tras esas voluntades) es algo que estará más sujeto a las fuerzas políticas a estas alturas que a un arreglo institucional propiamente tal”, concluye Lovera.
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