Zdenka Astudillo, directora de Sistema B Chile: “El éxito de los negocios ya no es solo financiero, sino social y ambiental”

Zvenka Sistema B

En el conversatorio de Hub Sustentabilidad, la directora ejecutiva de Sistema B Chile y los gerentes de sostenibilidad de Workmate y de CIC, Lucía Martínez y Andrés Orrego, profundizaron en los nuevos estándares de sostenibilidad que se avistan para los negocios.


Las empresas se están abriendo nuevos caminos para alcanzar estándares de desarrollo sostenible en sus negocios. Sobre ello, Zdenka Astudillo, directora ejecutiva Sistema B Chile, plantea que, más allá del establecimiento de estrategias comerciales, existe la necesidad de crear una narrativa en las dinámicas corporativas: “Protagonizamos un momento en que las demandas sociales y ambientales exigen acción, compromiso y mejorar”.

En un conversatorio de Hub Sustentabilidad titulado “Nuevos estándares sostenibles de negocio: navegando por las nuevas rutas de certificación”, la ejecutiva profundizó en la necesidad de que las compañías evolucionen hacia modelos más amigables con el medioambiente y la sociedad. “El éxito de los negocios no es sólo financiero, sino incorporado en la misma ecuación el desempeño social y ambiental”, dijo en el encuentro transmitido el miércoles por Pulso, donde también participaron los gerentes de sostenibilidad de Workmate y de CIC, Lucía Martínez y Andrés Orrego, respectivamente.

Para obtener una certificación de empresas B, en la actualidad, se requiere alcanzar una puntuación de 80 puntos en cinco áreas de impacto, pero esto se encuentra en proceso de revisión y existe una propuesta de considerar nueve ítems, como gobernanza en las partes y propósito; justicia, equidad, diversidad e inclusión; acción climática; circularidad y gestión ambiental; acción colectiva; cultura organizacional; salario digno; derechos humanos, entre otros. Astudillo argumentó que la intención está en evaluar el compromiso de acciones concretas en relación con resolver dichas problemáticas sociales y ambientales. “Las empresas B no deberían sentir que se les viene una ola encima, porque estamos trabajando en esto hace mucho tiempo y el proceso de mejora continua solo implica en qué etapa se está del camino. No necesariamente es una sorpresa, porque se le está poniendo nombre especifico a cosas que ya están mirando”, dijo.

Como ejemplo, Orrego relató que en CIC, compañía que se certificó como B en julio de 2023, implementan desde hace cuatro años un programa destinado al reciclaje de colchones. Este consiste en que el cliente, al comprar un colchón nuevo, puede entregar uno ya no usado, el cual es recibido en la planta de la empresa para ser desarmado y cuyos componentes son designados a distintos centros de reciclaje. “Este proceso tiene componente ambiental y social”, acotó.

La iniciativa fue concebida tras contactar a varios de sus stakeholders, lo que les permitió acercarse más a la Municipalidad de Maipú y conocer que existían dificultades respecto a los microbasurales que, entre sus elementos, tenían colchones y camas. “La municipalidad recibe colchones de los vecinos y eso llega una vez a la semana a CIC, donde se recicla; a algo que tenía un impacto ambiental también le incorporamos uno social”, detalló.

En ese sentido, Astudillo indicó que estos “impactos positivos” suelen traducirse en un buen retorno para las empresas. “Es una ecuación: no hay que separarlos. La actividad tiene que ser una consecuencia de haber generado unas acciones que vayan comprometidas con la sociedad, el entorno y, por ende, permita crecer considerando cuáles son los límites del entorno, hasta dónde puedo crecer y con cuántos recursos se pueden involucrar”.

Por otro lado, Martínez aseguró que el camino hacia la certificación B es multidimensional y que, en el caso de Workmate, el principal impacto es social. “Hay que llevar los desafíos a la cultura organizacional o sistematizar lo que ya existe”, concluyó.

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