El nuevo sistema electoral para la elección de parlamentarios -que debutó el domingo 19- dejó de manifiesto que la nueva composición del Congreso Nacional, a partir de marzo de 2018, será -a lo menos- más desafiante.
En la Cámara de Diputados, Chile Vamos subió a 73 su número de escaños, llegando a un peso de 47%, frente al 40% que ostentaba. En el caso de la Nueva Mayoría (hoy fraccionada en Convergencia Democrática y La Fuerza de la Mayoría), llegó a 56 parlamentarios, bajando su peso de 57% a 36%.
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Sin lugar a dudas el gran vencedor de la jornada fue el Frente Amplio, que logró 20 diputados, llegando a 13% de representatividad, por sobre el 2,5% en la composición actual de la Cámara.
Explicaciones para esta nueva composición existen muchas, siendo las principales dos: el quiebre de la Nueva Mayoría que fue castigada no sólo por el electorado, sino también por el sistema proporcional que ella misma impulsó, y el trabajo desarrollado por el Frente Amplio, sector que logró elegir a sus diputados ícono, quienes a su vez lograron una votación tal que incluso "arrastraron" a otros compañeros de lista.
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Con todo, la nueva composición del Congreso obligará al nuevo Presidente a tener una cuidada agenda legislativa, con la obligación de negociar cada uno de los votos parlamentarios para las reformas que quiera implementar.
Hoy, la "nueva izquierda" representada por el Frente Amplio sale a todas luces más fortalecida, mientras que la derecha, pese a ganar escaños, no logra una mayoría que le garantice la viabilidad absoluta a una agenda reformista respecto de la actual administración si logra imponerse con su candidato en la segunda vuelta del 17 de diciembre.
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